Aburrimiento
Reynaldo Padilla-Teruel 100344169@alumnos.uc3m.es Universidad Carlos III de Madrid, Spain 2018
- En su lección de 1929-1930 titulada Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo, finitud, soledad, Heidegger (2015) afirma que “el aburrimiento sólo es posible en general porque toda cosa, como decimos, tiene su tiempo” (p. 142).
- Si cada cosa tiene su preciso momento, surgen aquí dos implicaciones. Primero, se ha de examinar el aburrimiento como aquello que se produce en tanto se espera porque cada cosa sea en su preciso momento. Segundo, es necesario reflexionar sobre lo que aquí llamamos “dolor existencial”; esto es, la añoranza que se sufre a causa de que las cosas son a su propio tiempo y no al nuestro; es decir, de que las cosas no son justamente aquí en nuestro ahora cuando las de seamos o necesitamos.
- En este sentido, se presenta la tesis de que el aburrimiento puede ser entendido como aquello que da paso al dolor existencial mediante la espera. El aburrido espera por el preciso momento de algo que, presume, disipará su aburrimiento. La manifestación del tiempo en este esperar no se da necesariamente en su forma de transcurrir en momentos sucesivos, que auguran la cercanía de aquello por lo que se aguarda, sino que se manifiesta en una kairología o kairosofía1. Esto es el tiempo “interno” de aquello que contiene en sí mismo su propio devenir.
- Entonces, la espera por el momento preciso de algo se torna en un aguardar kairológico. A continuación, se mostrará la estructura interna del tiempo como vivencia del fenómeno de la espera que se experimenta cuando estamos aburridos y cómo el devenir de este tiempo se configura existencialmente en dolor.