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 * LA SOCIEDAD PALIATIVA
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 * La sociedad paliativa o rehuir el dolor -José Mármol mayo 26, 2021
 * https://eldia.com.do/la-sociedad-paliativa-o-rehuir-el-dolor/
 * Para Epicuro (342-270 a. C.) el sentido mayor de la filosofía habría de ser el de encontrar la felicidad, y no precisamente la verdad, como en Platón y Aristóteles. Sin embargo, esa búsqueda ha de estar tamizada por la razón; ha de ser una búsqueda guiada por la ética y no por el placer como fin en sí mismo.

De hecho, no es en el hallazgo del placer, donde la felicidad habita, sino en la evitación del dolor.

La filosofía epicúrea se centra, pues, en una finalidad práctica, que sirve concretamente para la vida. Por ello a su Jardín, lo que para Platón fue la Academia y para Aristóteles el Liceo, podían entrar no solo los sabios y discípulos, sino también los esclavos, las mujeres, incluso las prostitutas, en fin, la gente común.

El epígrafe del nuevo ensayo de Byung-Chul Han titulado “La sociedad paliativa. El dolor hoy” (Herder, Barcelona, 2021) es un pensamiento de Walter Benjamin que concluye: “Siempre que el hombre trata de abandonarse al placer, este resulta ser un callejón sin salida”.

 * La reflexión en torno al “homo doloris” actual por parte del filósofo surcoreano termina, no obstante, distanciándose de Benjamin, quien a todas luces está más próximo de Epicuro que del filósofo y escritor neonietzscheano Ernst Jürger y su ensayo titulado “Sobre el dolor” (1934), uno de los puntos de partida de Han, además de alusiones relevantes al cuerpo y al dolor por parte de pensadores como Nietzsche, Hegel, Heidegger, Foucault, Teresa de Ávila o Kafka, que complementan su teoría sobre la forma evasiva de asumir el dolor hoy día.

 * El peligro que vio Jürger en la prepotencia de la técnica contra el sujeto heroico coincide con la tendencia a la desaparición del sufrimiento en la sociedad actual, a lo cual contribuyen el recurso anestésico del orden digital y la esclavización del pensar por el tributo pseudolibertario al cálculo aditivo y al consumismo delirante.

 * Es por esto que lo paliativo de la sociedad moderna neoliberal rechaza todo gesto heroico, aniquila la ética y la estética del dolor. “No hay -dice Jürger, al margen de Han- ninguna situación humana que tenga un seguro contra el dolor”.

 * El dolor de hoy, en cambio, se desgañita por encontrar ese seguro, cebando la existencia en acciones evasivas como la autoexplotación, el dataísmo, la autoviolencia, la selfitis, la ortopedia del espíritu vacío, el fitness, la vigorexia, la bulimia o anorexia y el consumo.

 * El dolor es, quiérase o no, un componente necesario del mundo y su evitación, a la vuelta de la historia, se ha resuelto en barbaries inenarrables. Como entienda el sujeto el dolor será clave en la definición de su ser y de su identidad.

 * ¿Por qué es paliativa la sociedad moderna tardía? Primero, debemos asumir que dependiendo del tipo de relación que tengamos con el dolor nos será revelado el tipo de sociedad en que vivimos. Hay una hermenéutica social del dolor que va más allá de la ciencia médica. El algólogo o experto en dolor ayuda a ese análisis.

 * Sin embargo, hoy día prevalece la algofobia, es decir, la fobia, el miedo generalizado o el rechazo tajante a cualquier asomo de dolor, no solo en el cuerpo individual, sino en la sociedad y en la política. Evadimos la significación ontológica del dolor y nos cubrimos con el manto de la cultura hedonista de la complacencia.

 * Así, lo paliativo es el recurso existencial para atenuar, suavizar, disimular o encubrir el sufrimiento o el dolor, porque la positivización de lo complaciente en la sociedad de rendimiento socava la negatividad creativa y rebelde que el sentido del dolor podría generar. Prometo continuar.
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Byung-Chul Han


Quién es Byung-Chul Han? por él mismo

  • https://www.abc.es/cultura/cultural/20150202/abci-entrevista-byung-chul-201502021247.html

  • Adorno dijo que los nombres son iniciales que no entendemos pero a las que obedecemos como a nuestro destino. El símbolo chino para «Chul» significa, según el sonido, «hierro» o «metal», pero, según el sentido, también «luz». En coreano filosofía significa «Chul-Hak», es decir, «ciencia de luz». De esta manera seguí en mi vida, sin saberlo, el significado de mi nombre. Llegué a Alemania porque fui admitido por la Universidad Técnica de Clausthal-Zellerfeld, cerca de Gotinga, para estudiar Metalurgia. A mis padres les había dicho que iba a continuar mi carrera de Metalurgia en Alemania. Tuve que mentirles porque no me habrían dejado irme. Me marché a otro país cuyo idioma entonces no sabía ni hablar ni leer y me lancé a una carrera completamente diferente: Filosofía. Fue como en un sueño. Entonces tenía veintidós años. Ahora soy profesor de Filosofía en Berlín.


  • https://filco.es/filosofando-con-byung-chul-han/

  • El filósofo surcoreano Byung-Chul Han (Seúl, 1959), no estudió filosofía de entrada. Iba para metalúrgico y estaba en la universidad de Seúl, cuando una explosión, fruto de un experimento que estaba realizando con unos reductos químicos, supuso también una pequeña explosión vital que le hizo replantearse su futuro. No le gustaba esa carrera y lo que le interesaba, la literatura, no lo podía estudiar allí, de modo que marchó a Alemania sin hablar ni una palabra de alemán para estudiar literatura. Problema: había que leer mucho y a un ritmo endiablado, de modo que Han decidió cambiarse a filosofía; al menos en esta disciplina se podía leer más detenidamente y tirarse tres días con una página. Actualmente vive en Berlín, cultiva su huerto y da clases en la Universidad de las Artes. Sus ideas, plasmadas en libros contundentes y normalmente cortos –el más extenso rondará las 150 páginas– radiografían la sociedad contemporánea, lo cual le hace muy actual. Se habla de él como filósofo pop o viral.
  • Quizá fuera La sociedad del cansancio el análisis que lo catapultó a la fama. En él plantea una superación de la lógica marxista, donde hay un amo y un esclavo, un capitalista y un explotado. También afirma que se han superado las relaciones de poder tal y como Foucault las entendía en torno al «debes» o «no debes» en el contexto de una sociedad disciplinaria. ¿Qué tenemos ahora? Tenemos la lógica del «tú puedes», es más, del tú puedes todo –como el logo de Nike, hazlo, tú puedes– y si no puedes, has fracasado y eres culpable. Esto conduce a la esclavitud de nuestros propios proyectos o metas. Según Han, nos erigimos en esclavos de nosotros mismos. Esta es la lógica del emprendedurismo y la cultura del emprendedor que se autoexige hasta la patología. ¿Qué patologías? Han habla de la depresión como pandemia del siglo XXI, el déficit de atención y el síndrome del burn out. En ellas mucho tiene que ver la sobreestimulación, el no dejar tiempo para el ocio, que en realidad es no dejar tiempo para pensar, para salir de esa sociedad hiperestimulada. El resultado, además del cansancio, es la vulnerabilidad: uno se vuelve más débil porque no piensa, no es capaz de reflexionar, solo de responder estímulos, y si uno no piensa, no es libre, no puede decidir. Ese es el gran riesgo de la sociedad cuando se convierte en sociedad del cansancio.
  • La sociedad de la transparencia, otra de sus obras más conocidas –vinculada con la anterior a través de la hiperexposición, en esta ocasión de uno mismo– sostiene que el nuevo valor es mostrarse, la apariencia. Eliminado el espacio de la privacidad (en las redes), nos hiperexponemos y dejamos ver lo que comemos, lo que vestimos, lo que vemos por la calle, lo que sentimos… Todo. Antiguamente importaba el ser, el conócete a ti mismo socrático, el saber quién eres… Con el capitalismo lo que importa es lo que tienes: tener y mostrar lo que tengo me da valor. Hoy lo que importa es el parecer: que los demás puedan ver mi apariencia en un contexto de transparencia que no deja lugar para el no-saber. Todos tenemos que saber todo sobre todos y por ello caemos en la actitud de mostrarnos permanentemente. ¿Cuál es el riesgo? El fenómeno de la transparencia denota que la confianza, como espacio de no-saber, no es un valor. Para confiar en alguien tiene que haber un no-saber: yo no sé cómo vas a reaccionar, ignoro lo que vas a decir, pero confío en ti, en lo que hagas. La confianza se fundamenta en el amor y en la amistad.
  • En el libro titulado La expulsión de lo distinto se trata el rechazo a la negatividad, al no-yo, frente a la positividad que representa uno mismo. Uno mismo es lo que existe, lo positivo, y el resto se rechaza. ¿Por qué? Porque andamos envueltos en un narcisismo que viene de un individualismo mal entendido y también mal practicado. Cuando el otro irrumpe en esa esfera de positividad cuyo centro soy yo, me molesta y procedo a rechazarlo, lo niego. Como mucho estoy dispuesto a compartir mi positividad con una comunidad donde todos seamos iguales. Porque es ahí donde nos sentimos protegidos y seguros, en una comunidad que represente el correlato en plural de mi narcisismo y mi individualismo.
  • Ante este panorama, cabe preguntarse cuál es la salida que propone este pensador.
  • Recuerdo un artículo titulado Por qué hoy no es posible la revolución y firmado por Chul Han, donde este hablaba sobre un debate donde estaba presente Negri. El italiano, a diferencia de él, sí tenía esperanza en que la revolución pudiera darse, pero Han no. Afirmaba que para que esa revolución fuera posible habría que romper con varios mandatos inoculados en nuestra sociedad como es el del rendimiento, el del individualismo y el del narcisismo. En la medida en que estemos ensimismados y no integremos al otro, la revolución será imposible. Para ello habría que generar proyectos conjuntos, hacer comunidad, pero no de seres iguales, sino una comunidad de seres libres que piensan y proyectan un futuro común.
  • Al final sostiene que el amor es la solución. No el de pareja ni una relación erótica, sino el amor en tanto que apertura hacia el otro, la capacidad de generar vínculos tal y como lo plantea Aristóteles. Este ponía el bien supremo, la felicidad, en aquel que piensa con otros y que tiene muchos amigos –no como Roberto Carlos y su millón de amigos–, sino en el sentido de crear vínculos, dentro de la diferencia, que hablen de correspondencia y reciprocidad. Y es que solo a través del otro seré capaz de transformarme y romper las cadenas que me atan a mí mismo, la cáscara narcisista.https://filco.es/filosofando-con-byung-chul-han/


LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO ¿Y/O de la fatiga?

  • BYUNG CHUL HAN. Curso sobre su pensamiento. Capítulo 1/8 "La sociedad del cansancio" (Juan Denis) https://www.youtube.com/watch?v=3nb4nYqNXyM&ab_channel=TheSchoolofLife

  • El paradigma de la negatividad o innmunológico. En el siglo XX el mensaje era "no se puede", o te insertabas en la producción, o pasabas a ser el otro, el distinto. Aquello distinto era negativo, el otro, el distinto era quien quedaba excluído y su destino era la cárcel, el manicomio o el cementerio.
  • Ahora "el paradigma de la positividad" incluye al otro como diverso. Entramos en el paradigma de la positividad "sí se puede", siempre sí, siempre podés. Esta obra comparte el momento en que hay un exceso de positividad, todo es posible, los libros de autoayuda proliferan, hay una enorme carga de si querés podés. En paralelo el otro está incluido como diverso.
  • Bruno Amoretti Aliaga. https://medialab.unmsm.edu.pe/libros-favoritos-la-dictadura-de-la-positividad/ Entonces, se pregunta Han, en esta sociedad ¿no estamos viviendo en una dictadura de la positividad? El dogma es “sí podemos”. No importa las latitudes, los idiomas, o la cultura. Tú, yo, y nosotros, debemos ser felices y tener éxito en tantos proyectos como nos pongamos en frente. El éxito empresarial significa producir, pero, sobre todo, no dejar de hacerlo. Guiados por nuestros líderes espirituales, nos enriquecemos de un léxico entusiasmado de posibilidades, bendiciones y superlativos. Y eso nos está enfermando.

  • A esta conclusión llega Byung-Chul Han en su libro La sociedad del cansancio, o Müdigkeitsgesellschaft en su título original, que en una traducción más exacta sería La sociedad de la fatiga. Es importante hacer la distinción entre fatiga y cansancio en tanto difieren en grado de intensidad. Han comienza la mayoría de las partes de su obra citando las ideas de otros pensadores, pero ciertamente no tiene miedo de contradecirlas.
  • Durante los primeros años del siglo XXI, la sociedad ha traído consigo una amenaza a nuestras formas de vida. Ya no externa, sino desde adentro, en el sentido de que está integrada en el tejido de nuestra sociedad. Ya no existe el otro viral que amenaza, sino un yo totalmente positivo que todo lo abarca y todo lo puede lograr. Si en el pasado los estilos de vida se centraron en prohibiciones, mandamientos y leyes, hoy han sido reemplazados por proyectos, iniciativas y motivaciones.
  • Acontece la depresión en el momento en que el ser humano ya no puede más. El sujeto del rendimiento se somete a la culpa de no poder en una sociedad del “sí puedo”. En otras palabras, se enferma de positividad. Cuando ya no nos sentimos a la altura del desafío del “progreso” continuo, nos agotamos, y recaemos en crisis emocionales severas.
  • Aquella sociedad disciplinaria del siglo XX era una sociedad de la negatividad. Su factor dialéctico sustancial era “no deber”; es decir, no hacer lo que podemos, sino lo que la norma nos indica que debemos hacer. En cambio, la sociedad del rendimiento tiene un factor base positivo, que es ” yo puedo”, porque yo “debo poder”. Solo existe la noción de poder. De la disciplina hemos pasado a la autodisciplina. El nuevo tipo humano, expuesto al exceso de positividad, es el “animal de trabajo” (animal laborans) que se explota voluntariamente, sin coerción. Hoy, las frases “yo soy mi jefe” o “yo soy mi propio amo” son hartamente repetitivas. Somos tanto culpables como víctimas. Cualquiera que se encuentre atrapado en un ambiente de trabajo estará familiarizado con la sensación de estar en una carrera sin final a la vista, donde la única posibilidad de descansar es colapsar, exhausto.
  • Este nuevo sujeto se entrega a la libertad compulsiva; es decir, a una libertad que maximiza los triunfos personales, liderando un proceso de autoexplotación.
  • Nos explotamos bajo el peso de una libertad que trae consigo el imperativo de un rendimiento positivo. No hay espacio para la interrupción, para el detenerse. Al identificarnos como un proyecto de vida, el ser humano ya no diferencia el trabajo del ocio. El amo se ha vuelto esclavo de sí mismo. Entramos en una libertad paradójica —que se manifiesta mediante las enfermedades neuronales— de ser libres porque sentimos que todo lo podemos hacer. Es paradójica porque ese hacer permanente es al mismo tiempo nuestra “cárcel social”.
  • Hemos dejado de ser una sociedad de control por la vigilancia para ser una sociedad obligada por el rendimiento. El término control no termina de explicar exactamente nuestra realidad actual, ya que, según Han, el control supone la existencia de rasgos de negatividad y la existencia de un otro que nos controla, mientras que la obligación del rendimiento es consustancial a la propia persona. Un ejemplo de esto es la cultura del emprendedor, tan enraizada en nuestra forma de vida. Un culto al “hacer” y al “poder hacer”. No son nuestros jefes quienes nos están explotando, somos nosotros quienes nos autoexplotamos, ejecutando un comando incesante para lograr alcanzar ese sueño extraordinario.
  • Dentro de este contexto, Han propone su particular comprensión del cansancio —reflexivo y potencialmente creativo— como contrapunto (y salvación) del estéril y agotador cansancio de la producción del dopaje. Existe el peligro de una rutina y fatiga que conduce a lo que él llama un “infarto del alma”, y lo que es peor, esto es una aflicción individual que separa a las personas. En este punto, Han utiliza el Ensayo sobre el cansancio de Peter Handke para explicar cómo cree que deberíamos abordar el problema. Para ambos, es necesario hacer un espacio en el mundo para cambiar el agotamiento individual por un agotamiento colectivo, uno que realmente promueva la necesidad de negar los excesos de la positividad.


Han crítica a la automatización de la vida activa alejada de la contemplación en la que el sujeto se vuelve una máquina de rendimiento autista. Convertirse en dicha máquina permite un alejamiento de las emociones negativas, como la tristeza o la rabia; estas emociones, para Byung-Chul, son necesarias para la vida contemplativa.

  • El sujeto de la modernidad tardía pasa sus días en una constante aceleración que lleva a la hiperactividad, en la que está condenado al agotamiento profundo.
  • Clase Magistral ofrecida el 6 de agosto de 2018 por Miguel Angel Forte profesor y vicedirector de la Maestría en Ciencia Política y Sociología de FLACSO Argentina https://www.youtube.com/watch?v=NoM76ZbNW-g

  • El Prometeo cansado. La sociedad del cansancio comienza cuando su autor nos presenta al hombre de la modernidad tardía como el Prometeo cansado, un ser agotado que es constantemente devorado por su propio ego, es víctima y verdugo a la vez, y su libertad es una condena de autoexplotación.
  • En la mitología griega, Prometeo (en griego antiguo ‘previsión’, ‘prospección’) es el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo.

LA SOCIEDAD DE LA TRANSPARENCIA

  • https://www.youtube.com/watch?v=LKZv145jj2I&ab_channel=Filosof%C3%ADaenMinutos

  • La transparencia es el deseo de abandonar todo lo que sea negativo. Me molestan mis arrugas, no me gustan las primeras canas, entonces dice Lyung Chul Han, aplico el filtro de mi celular y hago que desaprezcan. Por otro lado, Instagram, Facebook permite a través de una aplicación lograr mi apariencia idea. En Facebook podés decir me gusta o silencia. ¿Porque no puedo decir que no me gusta? Uno es y solo es si lo muestra. La única forma de ser es a partir de la apariencia, lo que muestro. Por eso, es importante la mascara.

EN EL ENJANBRE

  • https://www.youtube.com/watch?v=9wjp3oR-wGM&ab_channel=Filosof%C3%ADaenMinutos

  • En un enjambre de abejas cada una trabaja para sí misma y no tiene conciencia del todo mayor, no saben que integran una comunidad. Somos un montón de personas ensimismadas en nuestro celular. Distinto del hombre masa que se mezclaba con otros, millares, con quienes comparte un mismo ideal. En el primer capítulo, se habla del RESPETO hay una distancia, mirar para atrás, "respectare" mirar para atrás con cierta admiración. Mientras en las redes sociales facilitan el desarrollo de un "expectador sin respeto".
  • Tomar la acción como principio de algo. Porque las redes pueden llegar a paralizarte creyendo que con mis likes y dislikes estoy cambiando algo. El problema es que el algoritmo nos muestra aquello que sabe que nos gusta, ya no hay diversidad y nos creemos que el mundo funciona según las ideas que nos gustan a nosotros.
  • El tema de los haters y el enojo de teclado. Me encanta Biung Chul Han porque para mí las ventanitas del zoom -con una abeja en cada una- me resulta una metáfora muy reveladora.

EXPULSIÓN DE LO DISTINTO

LA IDEA DE LA TRANSPARENCIA, DE LA AUTOEXPLOTACIÓN, AUTOEXIGENCIA, NOS OLVIDAMOS DEL OTRO, ASISTIMOS A LA DESAPARICIÓN DEL OTRO COMO MISTERIO, EL OTRO COMO SEDUCCIÓN SE HA IDO, EL OTRO COMO DESEO, COMO EROS SE HA IDO. EL OTRO EN SU OTREDAD.

  • El otro se ha ido, el otro en su otredad hace que yo me choque con él. El otro como distinto no está. El otro se torna transparente.
  • El otro pasa a ser un contacto. Igual a todos los demas. Si estoy replegado en mi mismo, pendiente de mi celular.
  • Solamente con un otro puedo yo ser humano.
  • El algoritmo me convence que el único ritmo que vale la pena escuchar es el mio. Expulsa de mi mundo lo distinto y yo me ve rodeado por mis propias elecciones creyendo que es "todo el mundo".

COMUNIDAD Y FILÓSOFÍA https://viapais.com.ar/salta/1144981-la-filosofia-como-herramienta-para-enfrentar-problemas-de-la-actualidad/ La actualidad, liderada por la sobreinformación y las redes sociales, presenta nuevos desfíos para los profesionales de la educación, quienes muchas veces se desorientan ante el comportamiento masificado de las nuevas generaciones.

Es así que miembros de Pensar en Comunidad, Asociación Civil de Filosofos, conformada por un grupo multidisciplinario de filósofas, educadoras, abogadas, teólogas y graduadas en Letras, visitaron la ciudad de Salta con el objetivo de reflexionar acerca de las problemáticas contemporáneas desde el lado de las filosofía.

La invitación llegó de la mano de una comunidad religiosa, interesada en conocer una nueva visión sobre los problemas que estan afectando cotidianamente las relaciones familiares, laborales, comunitarias y que resultan por momentos, inmanejables.

  • Frente a la búsqueda de alternativas, el pensamiento de Byung-Chul Han, filósofo de origen surcoreano formado en Alemania, ofrece en sus libros, que han ganado una enorme popularidad, vívidas descripciones de la nueva sociedad digital con sus mandatos de transparencia.
  • La permanente aceleración, el hedonismo, la muerte del eros, el consumismo, que atraviesan nuestro tiempo, inquietan enormemente al pensador. El enjambre, La sociedad del cansancio, La sociedad de la transparencia, El aroma del tiempo... van analizando los distintos aspectos de la problemática contemporánea. Han actualiza un mensaje de recuperación de lo humano en lo que considera un mundo unilateralmente tecnológico y neoliberal.
  • Pensar en Comunidad, asociación integrada por Graciela Ritacco, Teresa Driollet, Zulema Pugliese, Susana Saenz y Virginia Casaurang, tiene como finalidad la difusión de la filosofía, con el convencimiento de que servirá para mejorar la capacidad de discernimiento crítico y facilitará una actitud constructiva ante los nuevos desafíos.

​ * El grupo participa en foros culturales a través de debates, talleres, encuentros y publicaciones, apoyando toda iniciativa que contribuya a un mayor enriquecimiento personal y colectivo. La misión es incentivar la reflexión crítica sobre la base de una responsable autonomía personal.

LA ESTÉTICA DEL DESASTRE

Por: Byung-Chul Han

En la Crítica de la razón práctica de Kant se encuentra la famosa sentencia que también está sobre su tumba: «Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes cuanto más reiterada y persistentemente se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado que está sobre mí y la ley moral que hay en mí». La ley moral tiene su sede en la razón. Tampoco el cielo estrellado representa un afuera, algo externo al sujeto, sino que se despliega en la interioridad de la razón. Etimológicamente, desastre significa «sin estrellas» (del latín des-astrum). En el cielo estrellado de Kant no aparece ningún desastre.

Kant no conoce el desastre. Ni siquiera los poderosos fenómenos naturales representan acontecimientos catastróficos. En presencia de la violencia natural, el sujeto se refugia en una interioridad de la razón que hace que todo lo externo aparezca pequeño. Kant se inmuniza permanentemente contra el afuera, el cual se sustrae a la interioridad autoerótica del sujeto. Todo debe conjurarse para que se encauce hacia el interior del sujeto: así reza el imperativo categórico de su pensamiento.

Según Hegel, la tarea del arte consiste «en transformar en ojo toda figura en todos los puntos de su superficie visible», «de modo que, en ese ojo, el alma libre se dé a conocer en su infinitud interior». La obra de arte ideal es un Argos de mil ojos, un espacio luminoso y viviente:

“O como exclama Platón en aquel famoso dístico dedicado a Aster: «Cuando miras las estrellas, estrella mía, ojalá fuera yo el cielo,/ para mirarte desde arriba con mil ojos»; el arte, de forma inversa, convierte cada una de sus configuraciones en un Argos de mil ojos, para que el alma interior y la espiritualidad sean vistos en todos sus puntos”

El espíritu mismo es un Argos de mil ojos que todo lo ilumina sin restricciones. El cielo de mil ojos del que habla Hegel se parece al cielo nocturno estrellado de Kant, que no se ve afligido por ningún des-astre, por ningún afuera. Tanto el «espíritu» de Hegel como la «razón» de Kant representan fórmulas conjuratorias contra el desastre, contra el afuera, contra lo completamente distinto.

Como ausencia de estrellas, el desastre irrumpe en el «espacio estrellado». Es la «enajenación radical», el afuera que quebranta la interioridad del espíritu: «No diré que el desastre es absoluto: por el contrario, desorienta lo absoluto, va y viene, desconcierto nónuda, sin embargo con la brusquedad insensible pero intensa de lo exterior». El desastre caracteriza otra forma de expectación que se distingue del «Argos de mil ojos» de Hegel: «Cuando digo: vela el desastre, no es para dar un sujeto a la vela, sino para decir: la vela no sucede bajo un cielo sideral». El desastre significa «estar separado de la estrellas»

El cielo vacío como contrafigura del cielo estrellado representa para Blanchot la escena primordial de su infancia. Ese cielo vacío le revela la atopía de lo completamente distinto, del exterior que no cabe interiorizar, cuya belleza y sublimidad colman al niño de una «alegría devastadora»: «El súbito y absoluto vacío del cielo, no visible, no oscuro […] sorprendió al niño con tal encanto y tal alegría, que por un momento se llenó de lágrimas». El niño se siente arrebatado por la infinitud del cielo vacío. Arrancado de su interioridad, se siente ilimitado y vaciado en un exterior atópico. El desastre es una fórmula de la dicha.

La estética del desastre se opone a la estética de la complacencia, en la que el sujeto goza de sí mismo. Es una estética del acontecimiento. Desastroso puede ser también un acontecimiento inaparente, como polvo blanco arremolinado por una gota de lluvia, una nevada silenciosa en el crepúsculo matinal, el olor de unas rocas en el calor estival, un acontecimiento de vacío que vacía al yo, lo desinterioriza, lo desubjetiviza, llenándolo así de dicha. Todos los acontecimientos son bellos porque expropian al yo. El desastre significa la muerte del sujeto autoerótico que se aferra a sí mismo.

En Las flores del mal de Baudelaire se encuentra el poema «Himno a la belleza». Las «estrellas», des astres, de las que emana la belleza, Baudelaire hace que rimen con «desastres», désastres. La belleza es un desastre que desbarata los órdenes de las estrellas. Es la antorcha (flambeau) a la que la mariposa se acerca y con la que se quema. Flambeau rima con tombeau, «tumba». La belleza (beau) es intrínseca tanto a la antorcha (flambeau) como a la tumba (tombeau). La negatividad del desastre, de lo mortal, es un momento de lo bello.

Lo bello, según se dice en la primera Elegía de Duino de Rilke, «no es más que ese comienzo de lo terrible que todavía llegamos a soportar». La negatividad de lo terrible constituye la matriz, la capa profunda de lo bello. Lo bello es lo insoportable que todavía llegamos a soportar, o lo insoportable hecho soportable. Nos escuda de lo terrible. Pero al mismo tiempo, a través de lo bello resplandece lo terrible. Eso es lo que constituye la ambivalencia de lo bello. Lo bello no es una imagen, sino un escudo. https://www.bloghemia.com/2021/03/la-estetica-del-desastre-por-byung-chul.html?m=1

También para Adorno la negatividad de lo terrible es esencial para lo bello. Lo bello es la forma intrínseca de lo amorfo, de lo indiferenciado: «El espíritu que forma estéticamente solo dejó pasar de aquello en lo que se activaba lo que se le parecía, lo que comprendía o tenía la esperanza de equipararse. Se trataba de un proceso de formalización». Lo bello se distingue de lo amorfo, de lo terrible, del todo indiviso, poniendo formas, es decir, diferencias: «La imagen de lo bello como lo uno y diferenciado surge con la emancipación respecto del miedo a la naturaleza abrumadora en tanto lo que un todo no diferenciado». Pero la apariencia bella no conjura por completo lo terrible. La impermeabilización «frente a lo que existe inmediatamente», contra lo amorfo, tiene fugas. Lo amorfo «se parapeta fuera, como el enemigo ante los muros de la ciudad sitiada, y la hace morir de hambre».

La apariencia bella es frágil y está amenazada. Se ve «progresivamente perturbada» por lo distinto a ella, por lo terrible: «La reducción que la belleza causa a lo terrible, desde lo cual y por encima de lo cual ella se eleva y a lo cual mantiene fuera de su templo, tiene a la vista de lo terrible algo de impactante». La relación entre lo bello y lo terrible es ambivalente. Lo bello no se limita a repeler lo terrible. Tampoco lo desacredita. Más bien, el espíritu configurador necesita lo amorfo, su enemigo, para no anquilosarse en una apariencia muerta. La racionalidad configuradora necesita la mímesis, la cual se amolda a lo amorfo, a lo terrible. Del espíritu es propio el «anhelo [mimético] de lo dominado, que no es otra cosa que lo terrible. Lo bello está emplazado entre el desastre y la depresión, entre lo terrible y lo utópico, entre la irrupción de lo distinto y el anquilosamiento en lo igual. La idea de Adorno de lo bello natural se dirige justamente contra la rígida identidad de la forma. Lo bello da testimonio de lo no idéntico:

“Lo bello natural es la huella de lo no-idéntico en las cosas bajo el hechizo de la identidad universal. Mientras este hechizo impera, nada no-idéntico existe positivamente. De ahí que lo bello natural esté tan disperso e incierto y que lo que se espera de él sobrepase todo lo intrahumano”

La negatividad del quebrantamiento es constitutiva de lo bello. Así es como Adorno habla de una coherencia «antagónica y quebrada». Sin la negatividad del quebrantamiento, lo bello se atrofia en lo liso y pulido. Adorno describe la forma estética usando fórmulas paradójicas. Su armonización consiste en «no estar en orden». No está libre de «divergencia» ni de «contradicciones». Su unidad está rota. Se ve interrumpida «mediante su otro». El corazón de lo bello está roto.

Lo sano es una forma de expresión de lo liso y pulido. Paradójicamente, irradia algo morboso, algo inerte. Sin la negatividad de la muerte, la vida se anquilosa en lo muerto. Se la satina, convirtiéndola en aquello que, por carecer de vida, tampoco puede morir. La negatividad es la fuerza vivificante de la vida. Constituye también la esencia de lo bello. Inherente a lo bello es una debilidad, una fragilidad, un quebrantamiento. Es a esta negatividad a lo que lo bello tiene que agradecerle su fuerza de seducción. Lo sano, por el contrario, no seduce. Tiene algo de pornográfico. La belleza es enfermedad:

“La proliferación de lo sano trae inmediatamente consigo la proliferación de la enfermedad. Su antídoto es la enfermedad consciente de sí misma, la restricción de la vida propiamente tal. Esa enfermedad curativa es lo bello. Este pone freno a la vida, y, de ese modo, a su colapso. Mas si se niega la enfermedad en nombre de la vida, la vida hipostasiada, por su ciego afán de independencia de ese otro momento se entrega a este de lo pernicioso y destructivo, de lo cínico y lo arrogante. Quien odia lo destructivo tiene que odiar también la vida: solo lo muerto se asemeja a lo viviente no deformado”

La actual calocracia, o imperio de la belleza, que absolutiza lo sano y lo pulido, justamente elimina lo bello. Y la mera vida sana, que hoy asume la forma de una supervivencia histérica, se trueca en lo muerto, en aquello que por carecer de vida tampoco puede morir. Así es como hoy estamos demasiado muertos para vivir y demasiado vivos para morir

  • La calocracia, o el terror de una belleza espantosa, esa dimensión de lo sano, lo pulido, lo liso, sin arrugas, el botox, la bulimia, la juventud eterna negando la positividad de la vejez y de la muerte como complemento de la vida. Lo sublime, lo bello tiene grietas, tiene arrugas.
  • Dr. Jorge Piña. META-Talk #32: LA CALOCRACIA: LA SALVACIÓN DE LO BELLO -(El Caso de Demi Moore y Byung-Chul Han)https://www.youtube.com/watch?v=_f5N2HVOvnE

  • Han, Byung-Chul. (2015), La salvación de lo bello, traducción de Alberto Ciria, Barcelona, Herder Editorial, 110 páginas.
  • http://revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/filosofia/article/view/2132/58730


¿Por qué hoy no es posible la revolución? BYUNG-CHUL HAN

SEGUIR LEYENDO https://www.bloghemia.com/2019/11/por-que-la-revolucion-ya-no-es-posible.html


LAS PATOLOGÍAS DEL SIGLO XXI-https://delsol.uy/quientedice/cafefilosofico/byung-chul-hansobre-algunas-de-sus-ideas

  • La depresión como la pandemia del siglo XXI
  • El déficit atencional
  • El burnout


Byung-Chul Han: «Hoy no se tortura, sino que se "postea" y se "tuitea"»

  • El surcoreano Byung-Chul Han es la nueva estrella de la filosofía. Sus ensayos son auténticos «best sellers» que llevan meses en nuestra lista de más vendidos. Afirma que ha seguido en su vida, sin saberlo, el significado de su nombre
  • https://www.abc.es/cultura/cultural/20150202/abci-entrevista-byung-chul-201502021247.html

  • «Nos realizamos hasta morir, nos optimizamos hasta morir»
  • Asegura que el capitalismo huye hacia el futuro, se desmaterializa, se convierte en neoliberalismo y convierte al trabajador en empresario que se explota a sí mismo en su empresa. ¿No hay salida? ¿Es pertinente volver a hacerse la pregunta ‘qué hacer’?
  • Resulta que el sistema neoliberal es muy estable e inquebrantable. Nos sentimos libres mientras nos explotamos a nosotros mismos. Esta libertad imaginada impide la resistencia, la revolución. El neoliberalismo aísla a cada uno de nosotros y nos hace empresarios de nosotros mismos.
  • «Ni siquiera la sexualidad puede rehuir el imperativo del rendimiento»
  • ¿Se equivocó Orwell, como tantos otros visionarios? ¿El sistema se ha dado cuenta de que resulta mucho más fácil seducir que obligar, encuentra voluntarios por doquier para convertirse con entusiasmo a la autoexplotación?
  • La técnica de poder del sistema neoliberal no es ni prohibitiva ni represiva, sino seductora. Se emplea un poder inteligente. Este poder, en vez de prohibir, seduce. No se lleva a cabo a través de la obediencia sino del gusto. Cada uno se somete al sistema de poder mientras se comunique y consuma, o incluso mientras pulse el botón de «me gusta». El poder inteligente le hace carantoñas a la psique, la halaga en vez de reprimirla o disciplinarla. No nos obliga a callarnos. Más bien nos anima a opinar continuamente, a compartir, a participar, a comunicar nuestros deseos, nuestras necesidades, y a contar nuestra vida. Se trata de una técnica de poder que no niega ni reprime nuestra libertad sino que la explota. En esto consiste la actual crisis de libertad.
  • Esta coerción sistémica convierte la sociedad de la transparencia en una sociedad sincronizada. Lleva a la conformidad y a la sincronización.
  • Eros, como relación con lo totalmente distinto, elimina la depresión. El desastre implica la salvación. Por cierto, la palabra «desastre» tiene su origen en la palabra latina desastrum, que significa «no estrella». Melancholia es una no estrella.
  • Hoy todo se convierte en objeto de rendimiento. Ni siquiera el ocio o la sexualidad pueden rehuir el imperativo del rendimiento. Pero el Eros supone una relación con lo otro, más allá del rendimiento y de las habilidades que se tengan. Ser capaz de no ser capaz es el verbo modal del amor. El estar en manos de alguien y la posibilidad de resultar herido forman parte del amor. Hoy se trata de evitar cualquier herida cueste lo que cueste.


  • 'La desaparición de los rituales', el nuevo libro de Byung-Chul Han-Herder, 2020 Por: Luis Fernando Afanador
  • https://www.semana.com/cultura/articulo/la-desaparicion-de-los-rituales-byung-chul-han-resena-luis-fernando-afanador/682387/

  • En su nueva obra, el filósofo surcoreano, el más leído de la actualidad, habla de la desaparición de los rituales en el mundo globalizado. Hace un mapa del presente.
  • No es difícil saber por qué Byung-Chul Han es uno de los filósofos más solicitados de la actualidad. Sus ensayos son breves, con una argumentación sólida y clara. Quizás mientras aprendía alemán y leía con gran esfuerzo a Hegel, sobre quien hizo su tesis de grado en la Universidad de Friburgo –“de Hegel solo se puede leer una página al día” –, decidió que él sería distinto a la hora de comunicar sus pensamientos. Y a fe que lo consiguió. O quizás, simplemente, su estilo es una feliz conjunción entre un estudiante coreano de ingeniería metalúrgica y la densa academia alemana.
  • Su obra es una crítica concienzuda al capitalismo neoliberal y a la sociedad globalizada. La desaparición de los rituales, su nuevo libro, es una síntesis de su pensamiento y un mapa del presente, que él considera una modernidad tardía. Un texto escrito antes de la pandemia, pero que podría ser bastante útil para reformular el mundo que surgirá después de esta crisis. Aunque Byung-Chul es escéptico de que se produzcan grandes cambios: “La crisis del coronavirus ha acabado totalmente con los rituales. Ni siquiera está permitido darse la mano. La distancia social destruye cualquier proximidad física. La pandemia ha dado lugar a una sociedad de la cuarentena en la que se pierde toda experiencia comunitaria. Como estamos interconectados digitalmente, seguimos comunicándonos, pero sin ninguna experiencia comunitaria que nos haga felices. El virus aísla a las personas. Agrava la soledad y el aislamiento que, de todos modos, dominan nuestra sociedad. Los coreanos llaman ‘corona blues’ a la depresión consecuencia de la pandemia. El virus consuma la desaparición de los rituales. No me cuesta imaginar que, después de la pandemia, los redescubramos”. (Entrevista con César Rendueles en El País).
  • En su libro, más crítica cultural que filosofía, Byung- Chul plantea que los ritos son acciones simbólicas que transmiten y representan aquellos valores y órdenes que mantienen cohesionada una sociedad. Los símbolos generan comunidad sin comunicación, pero hoy predomina la comunicación sin comunidad. Al ser una forma de reconocimiento, la percepción simbólica percibe lo duradero. Así, el mundo es liberado de su contingencia y se le otorga permanencia: “El mundo sufre hoy una fuerte carestía de lo simbólico. Los datos y las informaciones carecen de toda fuerza simbólica, y por eso no permiten ningún reconocimiento”.
  • Los rituales, dice Byung-Chul, dan estabilidad a la vida y son en el tiempo lo que una vivienda en el espacio. El tiempo carece hoy de una estructura firme; no es una casa sino un flujo inconstante. Pasamos de una información a la siguiente, de una vivencia a la siguiente, de una sensación a la siguiente, sin finalizar jamás nada: “Hoy la intensidad deja paso en todas partes a la extensión. La comunicación digital es una comunicación extensiva. En lugar de relaciones, se limita a establecer conexiones”. La percepción y los hábitos se vuelven seriales. Eliminada la duración, consumimos más. El constante update o actualización, que abarca todos los ámbitos, no permite ninguna duración ni ninguna finalización. La permanente presión para producir lleva a la pérdida del hogar. La vida se vuelve fugaz y contingente. La “percepción serial” aumenta el déficit de atención, y “morar” necesita duración.
  • Una sociedad de individuos aislados, narcisistas, solitarios, deprimidos, perpetuamente insatisfechos, que desechan las formas y privilegian la autenticidad, “la liturgia del yo”; que prefieren la pornografía a la seducción y el erotismo; el trabajo al juego; el dataísmo al ritualismo. Tal es la sociedad creada por el capitalismo neoliberal, que en estos momentos no se encuentra desacelerado sino retenido: puede regresar con más ímpetu.
  • Por si las dudas, Byung-Chul advierte en el prefacio que su ensayo no pretende el regreso a un “lugar añorado”. No es nostálgico de ningún pasado: solo quiere hacer una genealogía de la desaparición de los rituales y perfilar “las patologías del presente”. Su óptica es fenomenológica, no decadentista. Él leyó despacio a Hegel, pero lo leyó bien.


  • HAN, BYUNG-CHUL (2020). La Desaparición de los Rituales. Una topología del presente. Barcelona: Herder Editorial.
  • file:///C:/Users/Dell/Downloads/19040-63718-2-PB.pdf

  • JORGE GONZÁLEZ- UNIVERSIDAD DE LA HABANA (CUBA) 2020
  • RITOS: son acciones simbólicas. Transmiten y representan aquellos valores y órdenes que mantienen cohesionada una comunidad. Generan una comunidad sin comunicación, mientras que lo que predomina hoy es una comunicación sin comunidad. (p. 6)
  • Por su parte, los rituales son “técnicas simbólicas de instalación en un hogar. Transforman el ‘estar en el mundo’ en un ‘estar en casa’” (p. 6).
  • En otras palabras, ellos le dan estabilidad a la vida, sostén, durabilidad. Ante el aumento de la incertidumbre y la falta de sentido, el tiempo en el que transcurren los rituales ha sido un tiempo que acondiciona y ordena; que cohesiona nuestras experiencias subjetivas ante el vaivén de la vida actual.
  • Al mundo y a la persona en su afán de

autenticidad, le sigue la experiencia del “cierre” en el capítulo Ritos de cierre. Ese término alude a un conjunto de fenómenos que están relacionados con el fin de la existencia, las fronteras nacionales, los espacios cerrados que ellas presuponen, la infinita adición de imágenes, entre otras. Se trata más bien de diagnosticar la incapacidad de finalizar y la ausencia de las clausuras como un método que encuentra el sistema en su afán de impulsarnos a producir cada vez más. En ello se arriesga más que el mundo de cosas, se arriesga todo nuestro mundo subjetivo, ya que al no existir límites afloran distintas formas de narcisismo que impulsan a la voluntad a hacer más de lo que ella realmente puede.

  • “La

comunidad sin comunicación da paso a la comunicación sin comunidad” (p. 25). La información que se nos ofrece en la prensa, en los telediarios, en las redes sociales es meramente aditiva. Este problema también toca al espacio de lo habitable. De hecho, según el autor, “el hombre es un ser locativo” (p. 26), es por eso que es tan pernicioso un exceso de cierre de fronteras como un exceso de apertura. La globalización deslocaliza la cultura y crea a su opuesto, el fundamentalista del lugar y los nacionalismos

  • En Fiesta y Religión el autor examina la

celebración, así como la religiosidad implícita a ellas. De nuevo, el panorama que nos dibuja es el de un tipo de vida que lejos de afianzarse en la temporalidad de la repetición, propia de las religiones, lo hace solo en la producción de momentos falsamente auténticos. No solo se barre la diferencia, sino que esta da paso a un estado en el cual el descanso es una extensión del trabajo.

  • La fiesta como forma de descanso se

concreta en la colectividad. El ciclo de todo fenómeno festivo responde a la alternancia entre trabajo y reposo, dispersión y congregación. “En la fiesta la vida se refiere a sí misma” (p. 32).

  • Le sigue el capítulo titulado Juego a vida o

muerte. Esta sección viene a reforzar el creciente aumento en el interés por lo que se conoce como filosofía de la muerte. En los últimos años, diversos analistas y filósofo han insistido en ello. No obstante, Han ve el asunto en relación con la presión por producir un pensamiento contemporáneo que expulsa a la muerte de la vida:La sociedad de la producción está dominada por el miedo a la muerte. El capital parece ser una garantía contra la muerte. Nos lo imaginamos como una acumulación de tiempo, pues con dinero se puede hacer que otro trabaje por uno mismo, es decir, se puede comprar el tiempo. El capital ilimitado genera la ilusión de un tiempo ilimitado. El capital trabaja contra la muerte entendida como una pérdida absoluta. (p. 39)

  • En De la seducción a la pornografía,

comentando a Kierkegaard, introduce su noción de seducción en oposición al avance de lo pornográfico. Este, clausura la seducción como espacio ideal de relación con el Otro. “La época de la pornografía es la época de la univocidad” (p. 64), y ella es además un dispositivo neoliberal. Concluye la obra diciendo: “El exceso de positividad constituye la patología de la sociedad actual. Lo que la enferma no es la carestía, sino la demasía” (p.66).

  • Bajo sus palabras, se aprecia un tono

común, el tono de la añoranza por los rituales. El problema aquí radica en que el deseo como añoranza es un deseo abstracto, nunca concreto. Ello nos lleva a un grito desesperado por formas invisibles que ya no están, pero difícilmente nos ofrece una solución concreta a todos los problemas enumerados en el libro. Más allá de las soluciones que no aparecen, está la cuestión filosófica del problema. Si la topología se expresa en un vacío que demanda y desea de manera abstracta, entonces no se define cuál es el verdadero problema: ¿Es la desaparición de los rituales o de ciertos y determinados rituales? ¿Qué pasa pues con los rituales que no han desaparecido? Y por encima de todo: ¿Qué es desaparecer? ¿Es acaso la desaparición el borramiento absoluto de las formas añejas, o la reasunción desde la diferencia y la integración/superación —que recuerda la Aufhebung hegeliana? Sobre estas cuestiones no tenemos una palabra, y se cree que es uno de los problemas del presente que, de acuerdo a la respuesta que se dé, puede cambiar por completo el panorama de la obra.


  • LA DESAPARICIÓN DE LOS RITUALES- https://www.bing.com/videos/search?q=La+desaparici%c3%b3n+de+los+rituales&view=detail&mid=7A9077C0CA63417C61AA7A9077C0CA63417C61AA&FORM=VIRE

  • La vida sin la muerte acaba a destiempo
  • Son los rituales los que marcan el tiempo específico. El tiempo de los ciclos de la vida. La infancia, la juventud, la madurez, la vejez, la muerte. Son los rituales los que configuran las transiciones de las fases de la vida.
  • Son faces de cierre. Sin ellas nos deslizaríamos sin solución de continuidad. Por eso envejecemos sin hacernos mayores.minuto 19
  • Las sociedades arcaicas no separan tajantemente la vida de la muerte
  • La muerte es un aspecto de la vida
  • La vida tiene un intercambio simbólico con la muerte.
  • La sociedad de la producción teme a la muerte.
  • El capital como garantía contra la muerte. Capital ilimitado, supone tiempo ilimitado, ignorante de ¿?
  • Se perdió el juego, el lenguaje lúdico, la poesía, nombra el Haiku
  • La sociedad ritual, es una sociedad de reglas, se cohesiona por la pasión por las reglas, las reglas se obedecen
  • La ética de la cortesía, pura forma vaciada de contenido moral.

OTROS SOBRE LA PÉRDIDA DE LOS RITUALES



  • LA SOCIEDAD PALIATIVA
    • COMENTARIOS
  • La sociedad paliativa o rehuir el dolor -José Mármol mayo 26, 2021
  • https://eldia.com.do/la-sociedad-paliativa-o-rehuir-el-dolor/

  • Para Epicuro (342-270 a. C.) el sentido mayor de la filosofía habría de ser el de encontrar la felicidad, y no precisamente la verdad, como en Platón y Aristóteles. Sin embargo, esa búsqueda ha de estar tamizada por la razón; ha de ser una búsqueda guiada por la ética y no por el placer como fin en sí mismo.

De hecho, no es en el hallazgo del placer, donde la felicidad habita, sino en la evitación del dolor.

La filosofía epicúrea se centra, pues, en una finalidad práctica, que sirve concretamente para la vida. Por ello a su Jardín, lo que para Platón fue la Academia y para Aristóteles el Liceo, podían entrar no solo los sabios y discípulos, sino también los esclavos, las mujeres, incluso las prostitutas, en fin, la gente común.

El epígrafe del nuevo ensayo de Byung-Chul Han titulado “La sociedad paliativa. El dolor hoy” (Herder, Barcelona, 2021) es un pensamiento de Walter Benjamin que concluye: “Siempre que el hombre trata de abandonarse al placer, este resulta ser un callejón sin salida”.

  • La reflexión en torno al “homo doloris” actual por parte del filósofo surcoreano termina, no obstante, distanciándose de Benjamin, quien a todas luces está más próximo de Epicuro que del filósofo y escritor neonietzscheano Ernst Jürger y su ensayo titulado “Sobre el dolor” (1934), uno de los puntos de partida de Han, además de alusiones relevantes al cuerpo y al dolor por parte de pensadores como Nietzsche, Hegel, Heidegger, Foucault, Teresa de Ávila o Kafka, que complementan su teoría sobre la forma evasiva de asumir el dolor hoy día.
  • El peligro que vio Jürger en la prepotencia de la técnica contra el sujeto heroico coincide con la tendencia a la desaparición del sufrimiento en la sociedad actual, a lo cual contribuyen el recurso anestésico del orden digital y la esclavización del pensar por el tributo pseudolibertario al cálculo aditivo y al consumismo delirante.
  • Es por esto que lo paliativo de la sociedad moderna neoliberal rechaza todo gesto heroico, aniquila la ética y la estética del dolor. “No hay -dice Jürger, al margen de Han- ninguna situación humana que tenga un seguro contra el dolor”.
  • El dolor de hoy, en cambio, se desgañita por encontrar ese seguro, cebando la existencia en acciones evasivas como la autoexplotación, el dataísmo, la autoviolencia, la selfitis, la ortopedia del espíritu vacío, el fitness, la vigorexia, la bulimia o anorexia y el consumo.
  • El dolor es, quiérase o no, un componente necesario del mundo y su evitación, a la vuelta de la historia, se ha resuelto en barbaries inenarrables. Como entienda el sujeto el dolor será clave en la definición de su ser y de su identidad.
  • ¿Por qué es paliativa la sociedad moderna tardía? Primero, debemos asumir que dependiendo del tipo de relación que tengamos con el dolor nos será revelado el tipo de sociedad en que vivimos. Hay una hermenéutica social del dolor que va más allá de la ciencia médica. El algólogo o experto en dolor ayuda a ese análisis.
  • Sin embargo, hoy día prevalece la algofobia, es decir, la fobia, el miedo generalizado o el rechazo tajante a cualquier asomo de dolor, no solo en el cuerpo individual, sino en la sociedad y en la política. Evadimos la significación ontológica del dolor y nos cubrimos con el manto de la cultura hedonista de la complacencia.
  • Así, lo paliativo es el recurso existencial para atenuar, suavizar, disimular o encubrir el sufrimiento o el dolor, porque la positivización de lo complaciente en la sociedad de rendimiento socava la negatividad creativa y rebelde que el sentido del dolor podría generar. Prometo continuar.


EnciclopediaRelacionalDinamica: ByungChulHan (última edición 2024-01-20 10:14:48 efectuada por MercedesJones)