CARTA SOBRE LA TOLERANCIA

La siguiente carta referente a la tolerancia, que fue (en 1689) primero impresa en latín, y este mismo año en Holanda, ha sido ya traducida al holandés y al francés. Una aceptación tan rápida y general podría presagiar una favorable acogida en Inglaterra. Creo, en realidad, que no existe nación bajo el cielo en la cual se haya dicho más sobre ese tema que en la nuestra. Pero, sin embargo, no existe tampoco pueblo que tenga, como nosotros, mayor necesidad de que se diga y que se haga algo más acerca de este punto. John Locke


Me interesó mucho esta carta, que no conocía, su existencia surgió en una conversación con un integrante de la Iglesia Presbiteriana de Buenos Aires, Argentina. Se unieron, convergieron en mi vida, dos situaciones bastante inesperadas. La primera fue la oportunidad que tuve de conocer personas muy valiosas de la Comunidad Educativa Escocesa San Andrés que eran presbiterianas, católicas, judías y agnósticas con quienes mantuve prolongadas charlas. Se produjeron entrevistas, cuestionarios e intercambio de información durante un lapso de tiempo suficiente como para conversar sobre valores, creencias y pareceres. Este trabajo tuvo como resultado una serie de documentos. El que se hizo público y estoy autorizada a compartir es:BPFUdeSAborrador2010.03.14e.pdf Es un borrador que luego fue enriquecido con algunos ajustes. Pero, en él se traduce la experiencia del diálogo y la pluralidad de miradas con una base de valores comunes.

La segunda fue mi propia inquietud al percibir que con los años me transformaba lentamente en alguien categórica, dogmática y, por supuesto, poco tolerante.

Me acuerdo que mientras entrevistaba a los miembros de la Comisión Directiva de esa institución presbiteriana que por definición es plural y defensora de la diversidad, me reunía con los integrantes del Comité del Colegio, o de la Iglesia Presbiteriana y percibía de una manera casi generalizada -es decir en todas estas personas muy distintas- un aroma cultural de gentileza. Un sello de cortesía, de amabilidad con los demás y de verdadero respeto por los que tenían una perspectiva distinta.

Hay algunos valores trasmitidos en las entrevistas que me interesa destacar. La generosidad se desarrolla a través de otras virtudes institucionales. Se trabaja diariamente en la formación del carácter. La ética del esfuerzo y la responsabilidad. Para lo cual debe estar presente la tradición de construir sobre lo que el otro hizo. Es decir, se procura construir sobre lo que realizaron los antecesores. No perder la memoria. No perder los valores. Al mismo tiempo: sobre la tradición se construye la tolerancia y se propone: No perder el pluralismo. No dejar de proteger las minorías. Se atienden los procesos sin focalizarse en ensalzar, ni criticar, a las personas. Se estima la sencillez personal y la sobriedad institucional.

La curiosidad y la admiración fueron aumentando a medida que los conocía con mayor profundidad. Desde ese momento me he comprometido conmigo misma ha seguir indagando el significado de la tolerancia y de la aceptación genuina del otro como otro. Explorar la mejor manera de reconocer al diferente. Profundizar en la vida cotidiana el tema de mi próximo y mi prójimo. MercedesJones