Eduardo Fidanza


En uno de tus textos académicos, hacés referencia a que Max Weber se desmarca del optimismo liberal, que suponía que del egoísmo individual podía derivarse el bien colectivo 36.¿Cuál es tu pensamiento actual sobre el optimismo liberal con sus matices locales libertarios? 21 DE DICIEMBRE DE 2021 ENTREVISTA RADIO


ENTREVISTA RADIO- 21 DE SEPTIEMBRE DE 2021



ENTREVISTA RADIO CULTURA 27 DE FEBRERO 2023

LUNES 27 DE FEBRERO 2023


30 de octubre, 2023




23-10-2023

La corrupción finalmente no produjo el efecto que se imaginaba. O sea, en Buenos Aires el Yategate e Insaurralnde no generó lo que se planteaba, incluso hasta en Chaco ganó el peronismo. Es decir, algo indica la sociedad respecto de temas que resultan de enorme preocupación para los periodistas, medios y que no tienen un correlato luego en la decisión de voto de las personas.


Modo Fontevechia



* El que avisa no traiciona, dice el refrán popular. Ante la elección que podría llevar a la Presidencia a un tirano, asumiremos el riesgo de advertir, no sin desesperación: el autoritarismo, que encierra la negación del otro, constituye una trágica falsificación de la libertad. Los pueblos ultrajados a menudo se equivocan. Esperemos que el domingo próximo los argentinos no elijan una nueva forma de opresión.


TEXTO DE EDUARDO FIDANZA

contenido.

hacer valer esta advertencia: no se garantiza la consistencia del contenido.

Weber tanto porque pudo observar en América por doquier las huellas vivas de los orígenes del moderno espíritu capitalista, así como a éste mismo en su pureza de ‘tipo ideal’”5. Weber, en cambio, hace un módico balance del viaje, sin referencia al influjo de la experiencia americana sobre La ética. Más allá de la severidad y la adustez típica de su estilo, parece valorarlo ante todo como una señal de la superación de su depresión: “Naturalmente, –escribe– no puedo afirmar que el resultado ‘científico’ del viaje guarde para mí relación con los costos [...] En todo caso, es bueno que yo haya sido capaz de hacer el viaje, que apenas hace un año habría sido inimaginable”6.

extravió o se malversó20. Trataremos de mostrar las implicancias de esta imagen profundizando sus vínculos con otra, que opera como espectáculo sociológico de fondo: un sistema económico auto-sostenido, de fundamento mecánico, que parece funcionar solo, indiferente de la voluntad de los sujetos, a los que atrapa en sus engranajes.

“dura como el acero”, y que suele traducirse por “férrea envoltura”, o bien por términos similares que evocan un caparazón duro y opresivo22. Las razones que llevaron a Parsons a usar la atractiva expresión, que se hizo célebre, han sido exhaustivamente investigadas y resumidas hace poco23.

y la renuncia a la universalidad fáustica [...] –escribe Weber– es en el mundo actual condición de toda obra valiosa”27.

compulsión: “El puritano quería ser un hombre profesional, nosotros tenemos que serlo”31. Es el pasaje del mundo de la libertad al mundo de la necesidad. Lo que para el antepasado era una decisión intencional, para el descendiente es una obligación, de la que no se puede librar. La pérdida de autonomía está condicionada por la erección de una máquina, el capitalismo, que “determina hoy con fuerza irresistible el estilo de vida de todos cuantos nacen dentro de sus engranajes”32. Son los Tiempos Modernos, cuando el obrero industrial queda atrapado en las grandes ruedas del mecanismo devorador, como lo ilustra, con una imagen bella y paradigmática, la película de Chaplin. Y es también, literalmente, la máquina de hacer chorizos, que contempla Weber perplejo en los mataderos de Chicago.

productivo y administrativo se han autonomizado, adquiriendo “un poder creciente y al cabo irresistible sobre los hombres, un poder que no ha tenido semejante en la historia”33. Como un Frankestein, “el capitalismo victorioso” no sólo ya no necesita de sus creadores para sostenerse, sino que se vuelve agresivamente contra ellos. La pérdida de sentido se consuma: donde estaba el espíritu, o la vocación originaria, hay ahora un recipiente vacío y una desesperada compulsión. El manto liviano y flexible devino, como en las pesadillas de Kafka, en opresivo caparazón34.

como certeramente apunta el español, Weber se desmarca, en una situación límite y desgarrada, del optimismo liberal, que suponía que del egoísmo individual podía derivarse el bien colectivo36.

Blumenberg al citar un párrafo del Manifiesto Comunista: derriba todo los lazos feudales “no dejando en pie”, entre los hombres, “ningún otro vínculo que el interés desnudo”. La referencia cercana a nuestro autor y a su contexto cultural lo aporta una cita de Franz Werfel, que recuerda el desprecio nietzscheano de Weber por “los últimos hombres” del capitalismo: “La verdad desnuda, la nuda veritas, es la concubina de los bárbaros. La cultura comienza precisamente cuando se tiene algo que esconder…”39. Traigamos aquí devuelta la perplejidad y la repugnancia de Weber ante Chicago, a la que contempla como una “ciudad desnuda”, similar a un cuerpo humano desgarrado que deja ver sus vísceras funcionando.


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30 de octubre




23-10-2023

La corrupción finalmente no produjo el efecto que se imaginaba. O sea, en Buenos Aires el Yategate e Insaurralnde no generó lo que se planteaba, incluso hasta en Chaco ganó el peronismo. Es decir, algo indica la sociedad respecto de temas que resultan de enorme preocupación para los periodistas, medios y que no tienen un correlato luego en la decisión de voto de las personas.


Modo Fontevechia



* El que avisa no traiciona, dice el refrán popular. Ante la elección que podría llevar a la Presidencia a un tirano, asumiremos el riesgo de advertir, no sin desesperación: el autoritarismo, que encierra la negación del otro, constituye una trágica falsificación de la libertad. Los pueblos ultrajados a menudo se equivocan. Esperemos que el domingo próximo los argentinos no elijan una nueva forma de opresión.




TEXTO DE EDUARDO FIDANZA

contenido.

hacer valer esta advertencia: no se garantiza la consistencia del contenido.

Weber tanto porque pudo observar en América por doquier las huellas vivas de los orígenes del moderno espíritu capitalista, así como a éste mismo en su pureza de ‘tipo ideal’”5. Weber, en cambio, hace un módico balance del viaje, sin referencia al influjo de la experiencia americana sobre La ética. Más allá de la severidad y la adustez típica de su estilo, parece valorarlo ante todo como una señal de la superación de su depresión: “Naturalmente, –escribe– no puedo afirmar que el resultado ‘científico’ del viaje guarde para mí relación con los costos [...] En todo caso, es bueno que yo haya sido capaz de hacer el viaje, que apenas hace un año habría sido inimaginable”6.

extravió o se malversó20. Trataremos de mostrar las implicancias de esta imagen profundizando sus vínculos con otra, que opera como espectáculo sociológico de fondo: un sistema económico auto-sostenido, de fundamento mecánico, que parece funcionar solo, indiferente de la voluntad de los sujetos, a los que atrapa en sus engranajes.

“dura como el acero”, y que suele traducirse por “férrea envoltura”, o bien por términos similares que evocan un caparazón duro y opresivo22. Las razones que llevaron a Parsons a usar la atractiva expresión, que se hizo célebre, han sido exhaustivamente investigadas y resumidas hace poco23.

y la renuncia a la universalidad fáustica [...] –escribe Weber– es en el mundo actual condición de toda obra valiosa”27.

compulsión: “El puritano quería ser un hombre profesional, nosotros tenemos que serlo”31. Es el pasaje del mundo de la libertad al mundo de la necesidad. Lo que para el antepasado era una decisión intencional, para el descendiente es una obligación, de la que no se puede librar. La pérdida de autonomía está condicionada por la erección de una máquina, el capitalismo, que “determina hoy con fuerza irresistible el estilo de vida de todos cuantos nacen dentro de sus engranajes”32. Son los Tiempos Modernos, cuando el obrero industrial queda atrapado en las grandes ruedas del mecanismo devorador, como lo ilustra, con una imagen bella y paradigmática, la película de Chaplin. Y es también, literalmente, la máquina de hacer chorizos, que contempla Weber perplejo en los mataderos de Chicago.

productivo y administrativo se han autonomizado, adquiriendo “un poder creciente y al cabo irresistible sobre los hombres, un poder que no ha tenido semejante en la historia”33. Como un Frankestein, “el capitalismo victorioso” no sólo ya no necesita de sus creadores para sostenerse, sino que se vuelve agresivamente contra ellos. La pérdida de sentido se consuma: donde estaba el espíritu, o la vocación originaria, hay ahora un recipiente vacío y una desesperada compulsión. El manto liviano y flexible devino, como en las pesadillas de Kafka, en opresivo caparazón34.

como certeramente apunta el español, Weber se desmarca, en una situación límite y desgarrada, del optimismo liberal, que suponía que del egoísmo individual podía derivarse el bien colectivo36.

Blumenberg al citar un párrafo del Manifiesto Comunista: derriba todo los lazos feudales “no dejando en pie”, entre los hombres, “ningún otro vínculo que el interés desnudo”. La referencia cercana a nuestro autor y a su contexto cultural lo aporta una cita de Franz Werfel, que recuerda el desprecio nietzscheano de Weber por “los últimos hombres” del capitalismo: “La verdad desnuda, la nuda veritas, es la concubina de los bárbaros. La cultura comienza precisamente cuando se tiene algo que esconder…”39. Traigamos aquí devuelta la perplejidad y la repugnancia de Weber ante Chicago, a la que contempla como una “ciudad desnuda”, similar a un cuerpo humano desgarrado que deja ver sus vísceras funcionando.