Eva Giberti Programa Al Dere * Eva Giberti tiene una extensa trayectoria profesional en el campo de la Salud Mental y los Derechos Humanos que difícilmente podemos resumir. Eva Giberti es una psicóloga, psicoanalista, asistente social y profesora universitaria argentina, nacida en 1929. Pionera del psicoanálisis feminista, se dedicó fervientemente a combatir la violencia de género y el abuso sexual en niñxs. Asistente Social (Facultad de Derecho UBA). Doctora Honoris causa en Psicología (Universidad Nacional de Rosario y Universidad Nacional Autónoma de Entre Ríos). * Coordinadora del Programa “Las Victimas contra las Violencias” (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, desde el año 2006). Fundadora de la primera “Escuela para Padres de Argentina” en 1957. * Pero Eva Giberti es la gran heroína de nuestro tiempo. Tiene 94 años.De todas las cosas que podrían decirse de Eva Giberti, una de ellas es que toda su vida profesional estuvo concentrada en enseñar a los adultos cómo educar, criar y respetar a sus hijos. * Conferencista invitada en congresos nacionales e internacionales. Entre sus numerosos libros publicados podemos citar: La familia a pesar de todo; La adopción; Tiempos de mujer, Políticas y niñez; Hijos del rock; Hijos de la fertilización asistida (en colaboración). A continuación transcribimos la Introducción y algunos párrafos correspondientes al capítulo 2 del libro Incesto paterno filial: Una visión desde el género. * Eva Giberti es una psicóloga, psicoanalista, asistente social y profesora universitaria argentina, nacida en 1929. Pionera del psicoanálisis feminista, se dedicó fervientemente a combatir la violencia de género y el abuso sexual en niñxs. * En los comienzos de su carrera, en 1957, creó la “Escuela para Padres de Argentina”, una institución incorporada al ámbito de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires que dictaba sus cursos en el Hospital de Niños. La institución cerró, debido a la persecución política sufrida por Eva Giberti. Sin embargo, Eva continuó publicando libros para repensar la crianza de hijxs y brindar herramientas para que sea libre de violencias y discriminación. * A lo largo de su carrera se especializó en violencias y en psicología de la niñez, siendo oradora en múltiples conferencias y formando parte de equipos internacionales, y hoy en día dirige el importante programa “Las Víctimas Contra Las Violencias”, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. * El programa, conformado por un equipo profesional amplio, cuenta con líneas telefónicas nacionales gratuitas brindando asistencia permanente a víctimas de violencia familiar y sexual. Durante la pandemia, el programa incorporó una línea de Whatsapp para quienes, en la convivencia constante con sus opresorxs, sólo podían comunicarse vía escrita. Esta línea recogió el 20% de las consultas recibidas por el programa en el 2020. Este mismo programa cuenta con un equipo muy activo contra la explotación sexual de Niñxs y “Grooming” (ciberacoso hacia menores perpetuado por adultxs). Les dejamos información sobre el programa en la fotos del posteo. * En 2016 Eva recibió el Premio Konex de Platino en la disciplina Estudios de Género en la Argentina. BRINDIS CON ALICIA, por Eva Giberti Revista El Periodista Nro 57 Texto cedido por la autora para RIMA: Red Informativa de Mujeres de Argentina en Mayo del 2001 (Ver AliciaMoreauDeJusto ) Ver en: http://anterior.rimaweb.com.ar/protagonistas/alicia_moreau_egiberti.html ________________________________________ “Cuando yo era chica, hace tiempo ya, escuchaba cómo en mi casa hablaban de una mujer que “estaba en la política”. La mencionaban con respeto pero como si se tratase de algo extraño. Y en realidad lo era en aquella época. En otros sectores “la rareza” no era respetada; por el contrario, se la descalificaba: otros chicos crecieron en el asombro o el descrédito ante la militancia política de una mujer caracterizada como ajena a los problemas “típicos y esenciales” de la feminidad, aquellos que las recluían en el hogar, en la invisibilidad de la tarea doméstica y las ceñía exclusivamente a la demanda filial. Resultaba “mal visto” eso de meterse en política siendo mujer, y además entrañaba riesgos de toda índole. Pasó el tiempo. Siendo adolescente -y como tantos jóvenes en aquel momento- asistí a una conferencia en la Casa del Pueblo. Me tocó bajar en el ascensor junto con ella. Con la petulancia ingenua de quien supone que su palabra puede resultar trascendente le dije:”La felicito, doctora, por lo que usted hace” Desatino total ¿Desde qué lugar podía yo felicitarla? Debía haberle dado un beso y callarme la boca. Ella sonrió y me dio las gracias. Pasó el tiempo. Alicia Moreau de Justo había dado pruebas inequívocas de su valor, de su tenacidad y de su compromiso político. Su nombre era un Nombre prestigiado. Cierta vez yo debía hablar acerca de la mujer en una Fundación; eran los tiempos en los que el tema mujer se recortaba como una venturosa alternativa, como posibilidad de denunciar en nuevos espacios las opresiones y las impotencias. Ocupando mi lugar en el escenario, en mitad de la conferencia levanté la vista de mi texto y la encontré casi delante de mí, perdida entre las asistentes de las primeras filas. Sólo atiné a interrumpir el párrafo y a decir:”Aquí está Alicia Moreau de Justo” y ya no recuerdo qué palabras utilicé para homenajearla, desconcertada por su presencia. Advertí que los términos de la situación estaban confundidos y que distribución debía ser otra: ella hablando y yo escuchando. La busqué al salir:”Doctora,¿qué hace Usted aquí?” Me contestó:”Quería saber qué decía una psicóloga hablando de la mujer. Como soy médica. Pero me hubiese gustado que usted se refiriese un poco más a la mujer y a la política” ¡Qué lástima Alicia, qué lástima! En aquel momento no pude aprovechar el mensaje: la colonización intelectual que me había enseñado a creer en la asepsia y neutralidad de la tarea profesional me impidió comprender lo que Usted me estaba diciendo. La política era para mi, como para tantas otras, apenas una lontananza cargada de presagios. No volví a verla personalmente nunca más. Pasó el tiempo. Septiembre 1973. Acababan de llevárselo a mi hijo Hernán y lo tenían desaparecido. Embadurnados por el miedo, la casi totalidad de amigos y conocidos no daban señales de vida a mi alrededor. Entonces, en el teléfono más “pinchado” de Buenos Aires, el de mi casa, surgió la voz de Alicia: -”Soy Alicia Moreau de Justo. Quiero hablar con usted. Qué noticias tiene de su hijo?” -”Ninguna doctora, ninguna”. -”Mire Eva: usted sabe quien soy y lo que pienso acerca de Perón. Conoce mi línea como opositora. Eso ahora no importa. Si usted quiere, yo lo voy a ver a Perón y le pido por Hernán; le pido por un joven de veinte años que se ha equivocado. Seguramente me va a escuchar” Recuerdo bien qué le contesté, pero el resto del diálogo quedará entre nosotras dos. El trámite no se realizó pero ese ofrecimiento, jugado entre la vida y la muerte, fue parte de lo que nos ayudó a sobrevivir. El episodio me permitió medir, desde otra dimensión, qué entendía ella por política y mujer. (*) Siguió pasando el tiempo. Actualmente Alicia Moreau de Justo es ovacionada cuando llega a la Plaza de los Dos Congresos para celebrar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; en la misma ciudad donde grandes sectores la consideraban extraña y criticable su militancia partidaria y donde aún continúa siendo infinitamente difícil ocupar el lugar que ella impulsara para la política diseñada por la mujer. Pero donde ya no retrocedemos como no retrocedió ella cuando se trató de hacer política partidaria o construir la Política que nos compete como ciudadanas. La que promovió desde la Sociedad Luz de Barracas, desde el Congreso popular de Educación, o desde la Unión Feminista nacional, o en el Comité Pro Paz, en el Congreso Internacional de Obreras y en tantos otros territorios ocupados por los desposeídos y los humillados. Lo que supo y pudo hacer tendiendo puentes entre su maternidad, su militancia política, su profesión y su matrimonio. Mostrando cómo se puede ser feminista y al mismo tiempo militar en política mientras se atiende la profesión, se cuida a los hijos y se acompaña al marido, poseyendo una identidad propia, aún siendo la “señora de”. Pudo hacer todo esto en la época en que parecía imposible lograrlo, sin optar entre una y otra pasión. Fue un modo de ser revolucionaria integrando las capacidades de la mujer. Así la encuentra su cumpleaños, en el apogeo de una persona que hoy día responde: “queda mucho por hacer. ¿O no cree acaso que hay mucho por realizar para hacer al hombre? El enemigo que debemos combatir es tan potente, desde tanto tiempo es fuerte, aplastó a tanta pobre gente sin reprocharse nunca nada, que realmente, todo lo que se pueda hacer es poco.” Festejamos el cumpleaños de la coherencia y la tenacidad gracias a las cuales se sumaron horas-conciencia con las que se construyó buena parte de esta claridad y estas posibilidades que tenemos hoy para pensar y hacer desde el género Mujer. Y como es válido levantar la consigna feminista “lo personal es político”, debo reconocer que, cuando mi hija adolescente aplaude emocionada viéndola entrar en la Plaza de los Dos Congresos mientras me dice con total naturalidad, sin imaginar que ése es el resultado de muchos años de coraje y tesón:”!Mamá! ¡Está llegando Alicia! !Qué maravilla de mujer!”, yo resuelvo, en clave de esperanza, la fatiga que produce la lucha por la dignidad. ----- OTRAS REFLEXIONES DE EVA: * • 7 de abril de 2020. Hola a todos en la radio, en muy reciente conversación telefónica con Eva Giberti, me dijo: estamos viviendo tiempos extravagantes. Me resultó de gran lucidez. * Busqué la etimología de la palabra Extravagante, del latín extravăgans, es lo que se dice o hace fuera del modo de común de actuar. Por lo tanto, resulta extraño, desacostumbrado o peculiar. También hace referencia a vagar, andar sin rumbo. Es interesante porque desde mi perspectiva el Covid-19 nos está ayudando a repensar nuestro rumbo y espero que nuestro programa de hoy agregue valor a nuestras reflexiones. ----- UN TEXTO DE EVA SOBRE PERSONAS MAYORES * ¿Adultos mayores? Por Eva Giberti https://evagiberti.com/adultos-mayores/ * Si el lector o la lectora tiene menos de 60 años este tema quizas no le pertenece porque , como decimos de entrecasa,se trata de los viejos, de los”abuelos” como la sensibleria tilinga de algunos conductores de los medios insiste en cotizarlos sin saber si ese adulto tiene o no nietos,si sufre por no tenerlos o si los tiene y es como si no existieran; la gente de la tercera edad, los ancianos ,en fin, un guion que abarca los setenta años, los ochenta y más. * Los de setenta años ni remotamente se sienten miembros de esa cohorte, pero las reiteradas visitas al médico le imponen una realidad. Podemos sumar a quienes tienen más de ochenta años y tambien noventa si bien esos diez años de diferencia pueden marcar territorios disímiles. * Sin embargo comparten una situación que escucho narrar cada vez con más frecuencia, en consultas que aparentemente nos hablarian de depresión. Siempre es la misma historia, y arrecia en las fiestas de cumpleaños y en las festividades clásicas,navidades, finales de año. Mesa reunida con los hijos,nietos y amigos de los hijos. * Conversaciones surtidas,entrecruzadas,donde todos y todas intervienen.Ameno encuentro,cordial, simpático sin la menor intención de excluir a alguien. Pero ese alguien, que participa en presencia, está sentado o sentada, escuchando sin que le sea posible intercalar un comentario. De repente ¿se volvió tonta o tonto? ¿Ha dejado de leer?¿De escuchar la radio? ¿Está obnubilado y en otro mundo, se comporta como un vegetal? No, nada de eso. * Es la misma persona de siempre pero ha encallado en la edad que los otros comensales no alcanzaron aun y no imaginan que existe.Porque esa persona sentada con ellos, continua siendo la misma en los afectos y el respeto que le tienen, pero ahora no es una tripulante de esa nave que los otros pilotean con sus ideas, sus opiniones, su tremebunda información y sus certeza adultas y juveniles. Todos conocen a esos nuevos grupos musicales, a esos actores que arrasan teve,se han enterado de las últimas noticias políticas y lo comentan todo vertiginosamente, intercambiando comentarios, alguna discusión pero siempre entre ellos, construyendo un túnel invisible por donde transita la época actual. * Donde no puede introducirse quien tiene ochenta años aunque le sobren comentarios y disponga de alguna información o punto de vista. Involuntariamente queda excluido/a en un silencio de ausencia mortal que ninguno hubiese querido provocarle, pero esa persona está alli, inerte, repleta de palabras posibles pero que no interesan porque no cuajan en el ritmo vertiginoso de las idas y venidas entre los comensales. * Pueden ser ideas interesantes pero no están en el contexto que los otros adultos, hijos, nietos, amigos comparten cotidianamente y al cual quien tiene 70, 80 o más no logra adherirse. Puede disponer de contenidos múltiples y valiosos,cosas para decir, pero se supone que hablará desde otra època, desde cuando era joven, y eso ya no funciona. No existe el menor atisbo de discriminar a ese comensal, sencillamente se lo desconoce como sujeto dialogal y el diálogo es aquella sustancia que permite que las cosas aparezcan,se transparenten. * El comensal sentado sin diálogo,por muy amado que sea en esa familia se endurece como si fuera una cosa porque la cosa no piensa ni dice. Los temas y problemas del ser se convierten en problemas del decir, que es lo que no atina a hacer el viejo o la vieja que además, no puede dejar de pensar en el pequeño dolor que lo aqueja en ese momento o recordar la pastilla que deberá ingerir dentro de media hora. No lo hace porque no hay pausa para escucharlo o preguntarle y entonces en la consulta dicen :”No les interesa lo que yo les diga, en realidad yo no les intereso, me invitan porque no quieren dejarme solo…” * Las escenas de ese encuentro transcurren contra las expectativas del anciano invitado, los diversos sucesos se enuncian de manera imprevista- si bien lógica para quienes hablan- y ese imprevisto posiciona al adulto mayor como expectador de una puesta de teatro de la que no participa aunque es uno de los protagonistas. Ese invitado/espectador se encuentra adherido a su sí-mismo como observador silencioso, posición que lo afecta y puede generar furia o desconsuelo. * Ingresa en una peripecia, algo raro, que inicialmente lo asombra porque es desconocido y le sucede en medio de personas, cosas, circunstancias conocidas (su familia) a la que va acostumbrándose con los años (Aristóteles consideraba la peripecia una ironia del destino) . * Ha aprendido a estar callado donde siempre se lo escuchó o donde siempre se la consultó y ahora pasa inadvertido/a en la hora del diálogo, siempre bien atendido en su dieta o en el brindis general. Como se trata de una situación aprendida ,los jubilados crearon sus propios clubes superadores de los bancos de las plazas, sus propios viajes en conjuntos armoniosos restallantes de conversaciones acordes con quienes se reconocen como semejantes. * Pero algunos no concurren a estas agrupaciones y esperan ser escuchados en sus familias, en sus mundos de siempre. Quizá,por ser lo más difícil ,sea ésta la etapa en la que se inaugura el remanso, cuando el agua se mece a si misma, se escucha a si misma ; los adultos mayores se dan cuenta que podrian decirle a los otros que ellos continuan fluyendo, que están alli, y no solo para que los atiendan y acompañen al médico, sino para dialogar. * No se atreven a rescatar la presencia simbólica que la palabra incluye. Porque quizás no se sientan seguros con su lenguaje, con la velocidad de sus ideas, con la articulación de sus palabras. Pero la palabra de los viejos y de las viejas está allí, omtirla en las invitaciones familiares y en la vida es una indiferencia que merece revisarse. La palabra humana que le escamoteamos al otro y la escucha saturada por lo innecesario de cada dia que anula o posterga la presencia simbólica del otro, son amarga insignia de estos tiempos. Escuela para Padres. ---- El sexo del marido Por Eva Giberti 6 de julio de 2022 - 00:39 - Pagina 12 * A veces el consultorio nos acerca historiales asombrosos, pero por lo general las consultas responden a problemas habituales para los cuales contamos con experiencias previas. Cuando un historial que nos resultó original comienza a repetirse, estamos frente a un modelo que pone patas para arriba lo que habíamos aprendido a reconocer como lo común y corriente. * Hace años la consultante era una señora de cincuenta años que llevaba veinte años de matrimonio. Con doloroso ritmo comenzó a contarme cómo habían sido sus años de matrimonio y las rarezas que últimamente había encontrado en su compañero. En ese punto le resultaba difícil retomar la narración hasta que alcanzó a decirme: “¡Ahora Jorge me confiesa que es homosexual!”. * El llanto la inundó y no pudo continuar la narración. Fue preciso hacer una larga pausa para que lográsemos incorporar los detalles que ella suponía que yo precisaba; su ansiedad alcanzó la desesperación cuando confirmó: “¡¡Ahora me dice que va a irse a vivir con su pareja y me pide el divorcio!!”. * El psicoanálisis tiene sus limitaciones y ésta es una de ellas. Interpretar su desesperación frente a un cambio de identidad del compañero y la modificación del estilo de vida, todo junto, justifica la desesperación de un ser humano. Allí estaba yo, desconcertada y con estrechos recursos interpretativos. Era una mujer que esperaba, quizás, una palabra milagrosa para explicar lo que consideraba inexplicable. * Finalizó su entrevista preguntándome si yo “podría verlo, atenderlo, porque seguramente estaba enfermo”. Esta persona continuó con sus descripciones hasta rebalsar su historial que selló con su decisión de no concederle el divorcio a su marido, priorizando el matrimonio. * Meses más tarde otra mujer, de alrededor de sesenta años, al enterarse de la homosexualidad de su compañero, dadas sus indiscreciones, eligió la solución que implicaba mantener el matrimonio, pero cada cual en su habitación. No se hablaban, pero ambos mantuvieron la pareja matrimonial. La diferencia con la mujer anterior era que aquella no podía hacer otra cosa como no fuera aceptar el divorcio. Y no deseaba hacerlo. Era otro modelo. * En otra ocasión, cercana en el tiempo, se repitió la consulta pero se trataba de una mujer joven, quien afirmaba que era una vergüenza para ella y su familia. Asumió un divorcio muy ruidoso. * Cuando una mujer que contaba alrededor de sesenta años planteaba que su marido tenía otra pareja, pero era un varón, yo ya no me sorprendía. * Cuando el varón asume el mundo desiderativo del hombre con energía suficiente como para reconocerse como una persona con una identidad diferente de la habitual, el matrimonio no es fatalmente un obstáculo. Lo que se convierte en un obstáculo es el criterio de normalidad que se impone en las comunidades, que nos espanta e impone la huida ante las rarezas de aquellos que se alejan de la norma. Pero es verdad que la Biblia nos explicó que los hombres y las mujeres funcionan de manera diferente y juntos “para toda la vida”. * ¿Qué será lo mejor para recomendar a quienes ya invirtieron sus vidas? ------ Eva Giberti, una heroína infatigable * Fue quien les enseñó a los padres a criar a sus hijos, quien protegió a las víctimas de la violencia y la trata, la que dio cátedra sobre como amar al prójimo. 31 de marzo 2020 - TN * De todas las cosas que podrían decirse de Eva Giberti, una de ellas y no la menos importante, es que puso a los niños en el lugar social que hasta entonces no tenían, pero necesitaban y merecían. Toda su vida profesional estuvo concentrada en enseñar a los adultos cómo educar, criar y respetar a sus hijos. * Psicóloga, psicoanalista, asistente social, profesora universitaria, su obra más célebre fue el libro Escuela para padres, en tres volúmenes, que tuvo 30 ediciones. * Comenzaba la década del sesenta; en general no se prestaba atención al tema. Los niños eran un producto de la fábrica familiar que por lo general padecían descuido e indiferencia. Pero Eva Giberti tomó la cátedra de Psicología Evolutiva de la Facultad de Psicología de la UBA y fue profesora adjunta de Niñez y Adolescencia. Se ocupó de sus derechos, hizo un Posgrado en Violencia Familiar; se especializó en la Psicología Forense en la Universidad de Ciencias Sociales y eventualmente se convirtió en miembro honorario de la “Asociación Argentina de Bioética”. * No hubo un costado de la vida familiar, la prevención y la asistencia a la niñez que Eva Giberti no encarara con su pasión y su saber. Ya en los años ochenta resultó ineludible el tema de la violencia familiar. Luchó por los derechos de las mujeres, se ocupó de los niños nacidos en centros clandestinos de detención. * Elaboró programas para las Víctimas contra la Violencia y tuvo –tiene- una participación activa en el Registro de Aspirantes a Guarda con fines adoptivos. Creó la oficina de Rescate y Acompañamiento a las víctimas de trata y muy especialmente se ocupa de los femicidios. * No tenemos espacio acá para registrar las formas en que la sociedad responde a una actividad de semejante trascendencia: premios, doctorados, galardones, todo eso es lo de menos. Dueña de una mente aguda y filosa y de una belleza que no declina, * Eva Giberti es la gran heroína de nuestro tiempo. Tiene 90 años. * El abuso sexual es siempre un ataque * Por Eva Giberti- 10 de noviembre de 2020 - Pagina 12 * En épocas normales, cuando las maestras concurrían a clase, encontraban un espacio para la breve pausa cotidiana. Conversaban de mil temas: la última notificación del Ministerio, la inspectora poco amable, las historias de vida de algunos alumnos que aparecían con moretones que transparentaban violencia familiar y, últimamente, asomaban comentarios susurrados, poco claros, que dejaban adivinar “algo sexual”. Cada vez con mayor claridad estallaba la frase “abuso sexual padecido por los alumnos”, pero las palabras eran turbias y musitadas sin certeza. * Ese asunto de “lo sexual” relacionado con los chicos arriba a nosotros desde tiempos arcaicos. No solo Nerón hizo historia con el tema; Filón de Alejandría afirmó que, si la pederastia continuaba con sus prácticas, las ciudades se convertirían en desiertos. También hubo quienes calificaron los tratos sexuales con los niños como “crímenes”, violaciones que actualmente se encubren como “abuso sexual”. Jurídicamente, se describen diversas categorías en un nomenclador que disimula el hecho de que siempre produce víctimas que no olvidarán el horror de aquellos días, aunque puedan negarlo. * El ataque sexual es un delito que genera un afecto alienante en quien lo padece; una repercusión en quien lo menciona, que no deja indiferente a quien alude a sus prácticas; compromete a quien lo cita; origina la necesidad de referirse a él; obliga a pensarlo; silencia las palabras que lo describen; enciende el morbo en quien pretende ocuparse de él para afirmar que quiere estudiarlo o prevenirlo. O sea: se trata de un afecto que aliena a quien se tropieza en sus pulsos cuando se lo nombra –con motivos o sin ellos–, dada la vergüenza que arrastra subrepticiamente, tan solo por citarlo. * Cuando hace años comencé a hablar de esas prácticas en Página|12, no provocaba sorpresa ni espanto: era un tema más y llamé la atención del público por esa “indiferencia”. Actualmente, se organizan grupos para “luchar en su contra”, a los que a veces se les suman instituciones. En realidad, sus víctimas, ahora adultas, comenzaron a hablar. Se atrevieron a recordar, sin contar necesariamente "a mí me pasó”, sino en tercera persona: “Lo que les pasa a los chicos”, manteniendo la indignación auténtica que los acompañó como parte de ese sentimiento continuo, doloroso y avergonzado, que siempre estuvo ahí desde que padeció el o los episodios. * El delito llamado “abuso sexual contra niños” deja en sus víctimas una persistencia como un continuo, como un soplo que se atraviesa en la cotidianidad, como sin importancia; en otros casos, desfigura el ejercicio de la vida sexual. * Sin embargo, este delito, que falsifica su violencia encajonado en la benevolencia de un “abuso” para lavar su criminalidad, constituye siempre un ataque sexual, a pesar de la jurisprudencia y de la nomenclatura que los disciplina en diferentes categorías para morigerar las distintas clases, según los matices del ataque y el daño soportado por las víctimas. * Los delincuentes actúan combinando inteligencia e instinto hasta crear significaciones particulares en el desarrollo evolutivo del Yo. * Pero no todos esos crímenes se parecen, ni se superponen, ni pueden enunciarse hablando de “abuso sexual”, como la generalidad del lenguaje cotidiano ha elegido designarlos. Se distinguen, diferencian y eligen a sus delincuentes. Un padre, un abuelo y un conocido de la familia constituyen varones especializados en sus maniobras y las víctimas son silenciosas o gimen entrecortadamente. * Algunas, con temor, pueden describir lo padecido, pero la espontaneidad de la palabra infantil aparece limitada por una inexplicable sensación de vergüenza, como si la criatura se encogiese ante una culpabilidad asumida. Infinitos son los matices que clasifican las maniobras del ataque sexual según edades y géneros, y las califican según el “buen decir” de algunos ordenadores jurídicos y didácticos; alguno es preciso tener en cuenta cuando es el cuerpo de una criatura el que se estremece junto con la violencia. * Las niñas padecen los tocamientos; la habilidad del delincuente lo conduce a rastrear una particular sensibilidad de la anatomía infantil. Busca el clítoris pequeño, rozando el minúsculo relieve, para lograr el reflejo sorpresivo y sobresaltante de la niña. Si lo encuentra, jurará que ella consintió en una respuesta placentera: más aún, que la buscó Y la víctima no se atreverá entonces a contar lo que le sucedió en manos de ese padre o de ese abuelo. * Del tema se habla poco, como si no existiese. Se prefiere relatar cuáles son las prácticas abusivas que describen las modalidades señaladas como excesos entre varones, como si fuese complejo mencionar el cuerpo de la niña o como si se ignorara su funcionamiento. * Sin embargo, los delincuentes recurren a una habilidosa manipulación, que coincide con el desconocimiento de su propio cuerpo que suele tener la niña. * El reflejo que pudo haberse desencadenado constituye la perversidad combinada de la habilidad y el delito, y merece ser distinguido entre los horrores de lo que se denomina “abuso sexual”, una expresión que parece condensar aquello que hace el adulto, lo que padece el niño o la niña, lo que adulto disfruta y los vacíos que la palabra “abuso” inaugura cuando se trata de anunciar sanciones. * Al pensar en el ataque criminal –un calificativo que excede y tergiversa el texto de la ley–, se iluminan escenas que se tornan persecutorias y desencadenan inexplicables vergüenzas en quien solo tiene que mencionar el tema en la cotidianidad. * La frase arrastra un plus de curiosidad acerca de quién elige criaturas para gozar. En el plano judicial se mide al milímetro la diferencia con la violación –que siempre lo es– y se husmean las fantasías de la propia castración. * En cada niño atacado, en las incipientes humedades de cada niña manoseada, el delincuente ya aprendió a pensar que “es solo abuso sin penetración”, y entonces goza también por saber que, para la ley, se trata solo de “un abuso”. * Algunos chicos y chicas están alertas y gritan si los tocan; no obstante, la estadística familiar prioriza el crimen horroroso de la mano de padres y abuelos. * Es una práctica particularmente enloquecedora, porque deja a la víctima sin un adulto en quien confiar. Solo la crueldad de otros adultos puede denominar “abuso” al estallido fractal de un ser vivo, utilizado para gozar. ------ LIBROS DE EVA GIBERTI * Hijos del Rock-Editorial Losada, 1996 * Un análisis de la relación entre la adolescencia y el rock desde una perspectiva psicoanalitica. Su indice incluye entro otros títulos :* Diferencias Generacionales, *Pensamiento crítico: criterios encontrados,*Multimedia en tiempos de sometimiento adolescente, *Iniciadores y transgresiones, *La territorialidad, *Espacialidades psíquicas, *Los muertos amados*, *¿Las tribus? *Los rockeros,¿forman una masa?, *Lógicas del psiquismo, *Articulacion y espacios psíquicos, *El dispositivo musical y las percepciones, *Dioniso y pulsión,un solo corazón,*Lógica totémica y lógica mitica, *Drogas, sus enlaces con el rock, * La lengua, invitada glamorosa, *Chicas del rock, *Las endorfinas,una nueva banda, y otros. * El libro incluye capitulos de tres autores: Vita Escardó(Escenas que pueden desarrollarse en un recital o en cualquier otro espacio sagrado), Luciano Galende(El rock visual) y Hernán Invernizzi(Un cacho de cultura). ----- * Hernán Invernizzi- Conrado Geiger conversó con Hernán Invernizzi, preso político del gobierno militar durante más de doce años, quien contó su vida previa al encarcelamiento, la experiencia en prisión y la diferencia entre un preso político y un detenido común * https://ricbruno.blogspot.com/2022/09/el-hijo-de-eva-giberti.html * Vita Escardó Eva Escardó (Buenos Aires; 31 de agosto de 1965), más conocida como Vita Escardó, es actriz, autora, directora, psicodramatista y licenciada en psicología.Licenciada en Psicología. Especialista en Psicodrama (USAL). Actriz Nacional (Escuela Nacional de Arte Dramático, actual IUNA) Especialista en el cuidado de los cuidadores. Autora del libro "Síndrome de burnout: Cuidado de cuidadores. Dispositivos grupales y técnicas de intervención" (Noveduc, 2006 con prólogo de Eva Giberti). Coordinadora del Cuidado de Cuidadores del Patrocinio a Víctimas de violencia de género de la Defensoría General de la Nación. Coordinadora del Programa Cuidado de Cuidadores del Ministerio público fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. Supervisora del Programa Provincial Cuidado de quienes cuidan de la Provincia de Córdoba. Codirectora de la Carrera de Psicología, Universidad Isalud, Ciudad de Buenos Aires. Integra el cuerpo docente y equipo de Psicodrama del Centro Jungiano de Antropología Vincular. Ha sido distinguida por la Legislatura porteña por su Actividad en Derechos Humanos en 2003.