Diferencias entre las revisiones 10 y 11
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 * LABOR, TRABAJO Y ACCIÓN https://cristianorodriguesdotcom.files.wordpress.com/2013/05/arendt-labor.pdf  * LABOR, TRABAJO Y ACCIÓN
 * Una conferencia (1957) iDEAS DE LA CONFERENCIA: Vida contemplativa y vida activa. El concepto de vida contemplativa viene de los griegos. La contemplación es el modo de vida del filósofo que, en cuanto tal, se consideró superior al modo de vida político del ciudadano en la polis ..."está en la condición humana que la contemplación permanezca dependiente de todos los tipos de actividades; depende de la labor que produce todo lo necesario para mantener vivo el organismo humano, depende del trabajo que crea todo lo necesario para albergar el cuerpo humano y necesita la acción con el fin de organizar la vida en común de muchos seres humanos de modo que la paz, la condición para la quietud de la contemplación, esté asegurada. Cuando enumeré las principales actividades humanas, dice Arendt, -labor, trabajo, acción-, era obvio que la acción ocupaba la posición más elevada. Pero, se modifica y la labor, la del artesano, la labor productiva adquiere preponderancia.
 * LABOR- Y dado que este proceso vital, a pesar de conducirnos en un progreso rectilíneo de declive desde el nacimiento a la muerte, es en sí mismo circular, la propia actividad de la labor debe seguir el ciclo de la vida, el movimiento circular de nuestras funciones corporales, lo que significa que la actividad
de la labor no conduce nunca a un fin mientras dura la vida; es indefinidamente repetitiva. A diferencia del trabajo, cuyo fin llega cuando el objeto está acabado, listo para ser añadido al mundo común de las cosas y de los objetos, la labor se mueve siempre en el mismo ciclo prescrito por el organismo vivo, y el final de sus fatigas y problemas sólo se da con el fin, es decir, con la muerte
del organismo individual.
 * Dado que la labor corresponde a la propia condición de la vida, participa no sólo de la fatiga y de los problemas de la vida, sino también de la simple felicidad con la que podemos experimentar nuestro estar vivos. La «bendición o el júbilo de la labor», que juega un papel tan importante en las modernas teorías de la labor, no es una noción vacía.
 * https://cristianorodriguesdotcom.files.wordpress.com/2013/05/arendt-labor.pdf
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 * or otra parte, es también central a la concepción arendtiana del juicio la idea de que juzgar en torno a cuestiones éticas o políticas requiere ‘atender a los particulares’, esto es, implica reconocer que la actividad de formarnos un juicio en torno a alguna cuestión ética o política de nuestro mundo no puede reducirse a sostener unos ciertos principios o máximas generales. Por el contrario, de lo que se trata es de reconocer que, a diferencia de los juicios objetivos o cognitivos (juicios lógicos), lo que resulta precisamente difícil es la tarea de subsumir el particular en cuestión bajo un universal. En otras palabras, de lo que se trata es de reconocer los límites de la teoría a la hora de juzgar, esto es, admitir que al enfrentarnos a una situación particular que demanda de nosotros un juicio nos encontramos confrontados con la necesidad de pensar por nosotros mismos cómo valorar y responder a esa determinada situación, sin disponer en última instancia de regla alguna que nos indique qué máxima general puede ser relevante o, más aún, cómo habría de ser aplicada en esta situación particular4. Es por ello que podemos decir que juzgar, tal como lo entiende Arendt, requiere desarrollar una suerte de sensibilidad ante lo particular, ante lo específico e incluso lo novedoso que una determinada situación puede presentar. Pero esta ‘sensibilidad’ requiere de nuestra capacidad reflexiva, esto es, requiere que nos atrevamos, en ausencia de asideros últimos, a pensar autónomamente. En donde, como hemos visto, el ejercicio de este pensamiento autónomo propio del juicio no implica la exclusión de los otros; por el contrario, parece implicar un ejercitarnos en ‘hacer presente las posiciones de los otros’ en nuestra proceso deliberativo interno. En otras palabras, parece consistir en hacer presente la pluralidad humana al interior del diálogo con uno mismo.  * por otra parte, es también central a la concepción arendtiana del juicio la idea de que juzgar en torno a cuestiones éticas o políticas requiere ‘atender a los particulares’, esto es, implica reconocer que la actividad de formarnos un juicio en torno a alguna cuestión ética o política de nuestro mundo no puede reducirse a sostener unos ciertos principios o máximas generales. Por el contrario, de lo que se trata es de reconocer que, a diferencia de los juicios objetivos o cognitivos (juicios lógicos), lo que resulta precisamente difícil es la tarea de subsumir el particular en cuestión bajo un universal. En otras palabras, de lo que se trata es de reconocer los límites de la teoría a la hora de juzgar, esto es, admitir que al enfrentarnos a una situación particular que demanda de nosotros un juicio nos encontramos confrontados con la necesidad de pensar por nosotros mismos cómo valorar y responder a esa determinada situación, sin disponer en última instancia de regla alguna que nos indique qué máxima general puede ser relevante o, más aún, cómo habría de ser aplicada en esta situación particular4. Es por ello que podemos decir que juzgar, tal como lo entiende Arendt, requiere desarrollar una suerte de sensibilidad ante lo particular, ante lo específico e incluso lo novedoso que una determinada situación puede presentar. Pero esta ‘sensibilidad’ requiere de nuestra capacidad reflexiva, esto es, requiere que nos atrevamos, en ausencia de asideros últimos, a pensar autónomamente. En donde, como hemos visto, el ejercicio de este pensamiento autónomo propio del juicio no implica la exclusión de los otros; por el contrario, parece implicar un ejercitarnos en ‘hacer presente las posiciones de los otros’ en nuestra proceso deliberativo interno. En otras palabras, parece consistir en hacer presente la pluralidad humana al interior del diálogo con uno mismo.
  • El hecho de que la persona sea capaz de acción significa que cabe esperarse de ella lo inesperado, que es capaz de realizar lo que es infinitamente improbable
  • La fragilidad de la acción humana, su carácter impredecible y contingente, supone que cada nuevo acto de fundación surja sin garantizar el éxito; “que la más libre de las acciones políticas puede acabar trayendo el bien pero también el mal” (Villa, 1998: 15). Por ello se confía en el gobierno de las leyes y no tanto en el de las personas.
  • LABOR, TRABAJO Y ACCIÓN
  • Una conferencia (1957) iDEAS DE LA CONFERENCIA: Vida contemplativa y vida activa. El concepto de vida contemplativa viene de los griegos. La contemplación es el modo de vida del filósofo que, en cuanto tal, se consideró superior al modo de vida político del ciudadano en la polis ..."está en la condición humana que la contemplación permanezca dependiente de todos los tipos de actividades; depende de la labor que produce todo lo necesario para mantener vivo el organismo humano, depende del trabajo que crea todo lo necesario para albergar el cuerpo humano y necesita la acción con el fin de organizar la vida en común de muchos seres humanos de modo que la paz, la condición para la quietud de la contemplación, esté asegurada. Cuando enumeré las principales actividades humanas, dice Arendt, -labor, trabajo, acción-, era obvio que la acción ocupaba la posición más elevada. Pero, se modifica y la labor, la del artesano, la labor productiva adquiere preponderancia.
  • LABOR- Y dado que este proceso vital, a pesar de conducirnos en un progreso rectilíneo de declive desde el nacimiento a la muerte, es en sí mismo circular, la propia actividad de la labor debe seguir el ciclo de la vida, el movimiento circular de nuestras funciones corporales, lo que significa que la actividad

de la labor no conduce nunca a un fin mientras dura la vida; es indefinidamente repetitiva. A diferencia del trabajo, cuyo fin llega cuando el objeto está acabado, listo para ser añadido al mundo común de las cosas y de los objetos, la labor se mueve siempre en el mismo ciclo prescrito por el organismo vivo, y el final de sus fatigas y problemas sólo se da con el fin, es decir, con la muerte del organismo individual.

  • Dado que la labor corresponde a la propia condición de la vida, participa no sólo de la fatiga y de los problemas de la vida, sino también de la simple felicidad con la que podemos experimentar nuestro estar vivos. La «bendición o el júbilo de la labor», que juega un papel tan importante en las modernas teorías de la labor, no es una noción vacía.
  • https://cristianorodriguesdotcom.files.wordpress.com/2013/05/arendt-labor.pdf

  • Arendt explora los logros y fracasos de los movimientos revolucionarios rectores de fines del siglo XVIII (la Revolución Francesa y la Revolución Americana) partiendo de la premisa básica de que lo que hace a una revolución moderna es la interacción de individuos sobre la base de un mutuo consentimiento en un espacio público y apuntando a un objetivo común.PAG. 20 http://www.cienciared.com.ar/ra/usr/3/1175/hologramatica_n15v2pp3_22.pdf

  • Dejarse vivir en el destino “con” los otros y a “reconocer” que la revolución es un destino político hecho con otros. Volviendo a los lineamientos planteados por Hannah Arendt se comprueba cómo el espacio revolucionario es un espacio público, político, en el cual la diversidad se ejerce en nuevas formas de expresión entre iguales pero diferentes.
  • En los tiempos de Platón y Aristóteles, el concepto de diégesis se opuso a mímesis. La principal diferencia es que la primera, a través de la figura de un narrador, desarrolla un mundo ficticio verosímil cuyas convenciones pueden diferir de las del mundo real, o incluso contradecirlas. Mientras que en la segunda las convenciones del texto pretenden apegarse a convenciones sociales de diversa índole. Dicho de otro modo, un texto «mimético» busca reproducir hechos naturales o sociales documentados, mientras que uno «diegético» busca crear y obedecer sus propias reglas.
  • http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-43242015000200003 La concepción arendtiana del juicio se centra en la noción de ‘mentalidad ampliada’; idea a partir de la cual la autora desarrolla que el ejercicio de nuestra facultad de juzgar requiere incorporar las posiciones de otras personas, esto es, requiere ‘entrenarnos en visitar las perspectivas de otros’. Asimismo, Arendt señala repetidamente que la facultad de juzgar es, quizás, “la más política de las actividades mentales humanas” e, incluso, “la facultad política por excelencia”. Su relevancia política obedece, al menos en parte, a que supone un modo de pensar los ‘asuntos humanos’ que incorpora la pluralidad. En el presente trabajo examinamos críticamente la noción arendtiana de una ‘mentalidad ampliada’, planteando específicamente la cuestión de cómo entender esta idea de ‘tomar en cuenta la pluralidad’ al momento de formarnos un juicio.

  • por otra parte, es también central a la concepción arendtiana del juicio la idea de que juzgar en torno a cuestiones éticas o políticas requiere ‘atender a los particulares’, esto es, implica reconocer que la actividad de formarnos un juicio en torno a alguna cuestión ética o política de nuestro mundo no puede reducirse a sostener unos ciertos principios o máximas generales. Por el contrario, de lo que se trata es de reconocer que, a diferencia de los juicios objetivos o cognitivos (juicios lógicos), lo que resulta precisamente difícil es la tarea de subsumir el particular en cuestión bajo un universal. En otras palabras, de lo que se trata es de reconocer los límites de la teoría a la hora de juzgar, esto es, admitir que al enfrentarnos a una situación particular que demanda de nosotros un juicio nos encontramos confrontados con la necesidad de pensar por nosotros mismos cómo valorar y responder a esa determinada situación, sin disponer en última instancia de regla alguna que nos indique qué máxima general puede ser relevante o, más aún, cómo habría de ser aplicada en esta situación particular4. Es por ello que podemos decir que juzgar, tal como lo entiende Arendt, requiere desarrollar una suerte de sensibilidad ante lo particular, ante lo específico e incluso lo novedoso que una determinada situación puede presentar. Pero esta ‘sensibilidad’ requiere de nuestra capacidad reflexiva, esto es, requiere que nos atrevamos, en ausencia de asideros últimos, a pensar autónomamente. En donde, como hemos visto, el ejercicio de este pensamiento autónomo propio del juicio no implica la exclusión de los otros; por el contrario, parece implicar un ejercitarnos en ‘hacer presente las posiciones de los otros’ en nuestra proceso deliberativo interno. En otras palabras, parece consistir en hacer presente la pluralidad humana al interior del diálogo con uno mismo.
  • El término ‘público’ significa el propio mundo, en cuanto es común a todos nosotros y diferenciado de nuestro lugar poseí do privadamente en él. [

] Vivir juntos en el mundo significa en esencia que un mundo de cosas está entre quienes lo tienen en común, al igual que la mesa está localizada entre los que se sientan alrededor; el mundo, como todo lo que está en medio, une y separa a los hombres al mismo tiempo. Arendt, H., La condición humana, Barcelona, Paidós, 2005, p. 73.

EnciclopediaRelacionalDinamica: HannahArendt (última edición 2023-11-22 22:35:20 efectuada por MercedesJones)