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SUMACERISTAS
 * gendapublica.elpais.com/noticia/18872/qu-piensan-piensan-suma-cero
 * Por Andrés Ortega- 20 de Octubre de 2023
 * ¿Cómo influye en los ciudadanos pensar en “suma cero”, es decir, en que lo que gana un individuo o grupo social lo pierde otro, o que la gente sólo puede enriquecerse a costa de los demás? Un reciente estudio publicado por la Universidad de Harvard está siendo de los más comentados. Su conclusión es que los que piensan así tienden a ser partidarios de políticas gubernamentales de redistribución de los ricos a los desaventajados, una mayor cobertura sanitaria pública y más impuestos, acceso a recursos, además, sí, de limitaciones a la inmigración. Es una forma de pensar, una mentalidad y una cultura, una hipótesis planteada en los años 60 por el sociólogo George Foster. Estos resultados sugieren que la opinión de una persona sobre una amplia gama de cuestiones sociales, políticas y económicas puede estar fuertemente influida por el grado en que percibe que los beneficios de la sociedad se obtienen a expensas de los demás, es decir, el pensamiento de suma cero.



 * El estudio, de Sahil Chinoy, Nathan Nunn, Sandra Sequeira y Stefanie Stantcheva, se ha realizado con una muestra de 24.000 personas en Estados Unidos, remontándose a sus ancestros (hasta los abuelos). “Los individuos son hoy más de suma cero si tienen antepasados que vivieron en un entorno, o si experimentaron directamente, acontecimientos que eran más de suma cero”, dice el paper, una de cuyas conclusiones (para EE UU) es que los descendientes de esclavos, es decir, fundamentalmente los negros, tienen mayoritariamente mentalidad de suma cero. Otros grupos en esta línea son los habitantes de zonas urbanas, los más jóvenes y los que tienen menos ingresos o menor nivel educativo, es decir, los nacidos en familias más pobres. Todos favorecen las políticas de igualación racial y de género. Quizás los mayores sean menos sumaceristas por haber vivido en su juventud mayor crecimiento económico. El estudio del pensamiento de suma cero puede ayudar a entender algunas (quizás desconcertantes) preferencias políticas en Estados Unidos. “Ayuda a racionalizar por qué en EE UU ciertos grupos que pueden beneficiarse económicamente de la redistribución gubernamental -poblaciones blancas, rurales y de mayor edad- tienden a oponerse a la redistribución gubernamental, mientras que los que pueden perder -poblaciones urbanas y más jóvenes- tienden a apoyarla”. Y explica también algunas divisiones en el seno de los partidos.
 
 * Aunque los sumaceristas en EE UU tienden a votar más a los Demócratas, las conclusiones políticas no son tajantes. Los autores del informe insisten en que el pensamiento suma cero no se traduce directamente en voto para los Demócratas (redistribuidores), frente a los Republicanos. No es una cuestión de partidos. Recuerdan que en 2016 hubo un trasvase importante de votos de 13% de los partidarios de Obama y 12% de los de Bernie Sanders a Trump, al que estos votantes veían más de suma cero, lo que el candidato a presidente cultivó en su retórica. Y ganó. Pero contribuye a la polarización social y política. Para los autores, el populismo, las teorías de la conspiración y el nativismo tienen su origen en la creencia de que un grupo gana a expensas de otros, ya sea una élite mundial, el "Estado profundo" o los ciudadanos de otros países.

 * El crecimiento de la mentalidad de suma cero se ha registrado en las crisis de los años 70 del siglo pasado y en las dos últimas décadas. Tiene que ver, según el estudio, con otros conceptos relacionados, como la envidia del éxito ajeno, la desmotivación para el esfuerzo ante el convencimiento de que no aporta recompensa, o el desarrollo económico a largo plazo.



 * También hay diferencias regionales. Los de Nueva York son de más de suma cero. Pero el rechazo a la inmigración de esta cultura es un problema primordial para los demócratas, que no encuentran una política adecuada, y de ahí que Biden haya vuelto a impulsar el muro con México. La treta seguida por el gobernador republicano de Tejas de enviar a la Gran Manzana a miles de inmigrantes ilegales del Sur en autobuses, crea un problema a sus habitantes, al alcalde demócrata de la ciudad, Eric Adams, y a la Administración Biden. Ahora bien, la demanda de restricciones a la inmigración, según los autores, se da también en otros 70 países.

 * ¿Vale para la política en España? Probablemente servía más cuando había más bipartidismo, o en la actual situación de bloques, pero el multipartidismo la puede diluir. Ahora bien, el pensamiento de suma cero es algo diferente de la dicotomía amigo/enemigo que veía el politólogo Carl Schmitt, cuyo apoyo al régimen nazi fue notable pero que está muy de vuelta entre los estudiosos. Trump la sigue, enfrentando a grupos sociales y cultivando la política del resentimiento, que está también detrás del pensamiento de suma cero.

 * Dadas las actuales crisis a las que se enfrenta el mundo, también surge la pregunta natural de cómo se relaciona el pensamiento de suma cero con las opiniones sobre el cambio climático, la desigualdad global o la competencia entre EE UU y China. Los datos indican la presencia de una visión general de suma cero en el mundo. Del estudio se derivan tendencias internacionales, reforzadas por lo que refleja la Encuesta Internacional de Valores que también aborda esta cuestión. Por ejemplo, los ciudadanos de países en vías de desarrollo, donde impera mayoritariamente esa mentalidad, tienden a estar a favor de las ayudas internacionales, es decir, de una redistribución.

 * Hay que confrontarlo con la idea de suma positiva, en la que todos ganan, es decir, como pregunta la Encuesta de Valores que “la riqueza puede crecer para que haya suficiente para todos", que es la base de la cooperación nacional e internacional (multilateralismo). De hecho, diversos economistas piensan que la mentalidad, o la política de suma cero frena el desarrollo y la innovación. Lo que se puede aplicar a China y EE UU.

 * La competencia con China no tiene por qué llevar inevitablemente a una guerra. Incluso la gran y larga confrontación que supuso la Guerra Fría entre Occidente y Rusia no fue propiamente de suma cero. La doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada respondía a una visión de suma positiva (todos ganan si no van a la guerra), o de suma negativa (todos pierden en una guerra nuclear). La guerra de Ucrania se puede analizar como de suma negativa en la que todos pierden, aunque los contendientes la afronten como una suma cero. La actual de Hamás e Israel apunta a una suma negativa. La legítima defensa no responde al concepto de suma cero. La doctrina del ojo por ojo, tampoco. Hamás no puede destruir el Estado de Israel. Israel puede acabar con la capacidad destructiva de la rama militar de Hamás, pero probablemente solo de forma temporal, pues se reproducirá como una hidra mientras no haya una solución general. Lejos de una suma cero.
 * Leer el artículo original: https://agendapublica.elpais.com/noticia/18871/what-do-zero-sum-thinkers-believe

HORIZONTALIDAD DEMOCRÁTICA Y OTRAS REFLEXIONES


En el trabajo colectivo la horizontalidad se muestra en tensión permanente con la verticalidad.

La cultura de la verticalidad, la autoría con nombre y apellido, la baja tolerancia al error y la dificultad para aceptar los comentarios críticos de otros -sobre nuestra producción, sobre nuestras ideas o nuestras emociones- atenta contra el trabajo colectivo fluido y enriquecedor.

Nuestra experiencia es que las dificultades evidentes para el uso de esta wiki, como herramienta de trabajo colectivo, tienen más que ver con estos factores culturales que con los obstáculos de aprendizaje técnico. Aunque no se puede descartar que quizás exista una relación poco amigable con la tecnología en los grupos de personas de edad intermedia. En el sistema educativo argentino hemos visto varios casos. También en las organizaciones sociales donde los adultos mayores trabajan como voluntarios. Hay muchos ejemplos, de grupos que no tienen acceso a la llamada inclusión y capacitación tecnológica. Pero, todos ellos pudieron trabajar en esta página wiki, cuando fue necesario. No tenían dificultades con el ego, podían tolerar equivocarse, tenían respeto por las perspectivas diferentes a las de ellxs, aprendían junto con todxs nosotrxs.

El tema de la horizontalidad democrática pasaría por aceptar que en un sistema de red y en relación con el conocimiento y el intercambio de ideas: cuanto más comparto más tengo.

Aunque haya personas con mucha experiencia y conocimiento experto y otras con muy pocos saberes específicos la combinación de ambos niveles genera creatividad y estimula la producción conjunta.

Ahora bien, la horizontalidad es fundamental en la gestión colectiva. Pero, horizontalidad no significa falta de división de funciones y responsabilidades diferenciadas. Tampoco sería aceptable la falta de esfuerzo y desarrollo de capacidades para hacerse cargo de la administración de los bienes comunes. Horizontalidad no significa falta de liderazgo. Horizontalidad hace referencia a un tipo distinto de liderazgo. El liderazgo distribuido, el liderazgo redárquico. Ver más en Liderazgo

Por otra parte, el trabajo colectivo tiene siempre una dimensión política. Aceptar la dimensión política de nuestra tarea en sociedad implica asumir que somos responsables del desarrollo de diferentes capacidades cívicas. En este sentido, el gobierno de lo público es asunto de lxs ciudadanxs, todx ciudadanx debería ser politicx.

VIVIMOS EN DEMOCRACIA ¿SOMOS POLÍTICOS O IDIÓTICOS?

Es decir, deberíamos ser políticos porque nos ocupamos de lo público, de lo que es de todos, y aspiramos a administrar los bienes comunes con habilidad y maestría. Ocuparse de las cuestiones de la polis agrega valor y propósito a la vida de lxs ciudadanxs. Para gestionar lo público, tanto los griegos, como los romanos, conversaban, argumentaban y ponían mucho empeño en el gobierno de las palabras. Pero, además se preparaban para llevar adelante esa tarea.

Recuerdo haber leído con atención las reflexiones de Bernardo Maresca, que copio abajo. (Bernardo Maresca, en Página 12 jueves, 29 de septiembre de 2016)

“El peor analfabeto es el analfabeto político. El que no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. El que no sabe que el costo de la vida, el precio de los garbanzos, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado o de las medicinas, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe el imbécil, que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”. Bertolt Brecht (1898-1955)

Desde hace casi veinticuatro siglos es pacíficamente aceptado que el concepto de “política”, deriva del griego antiguo y hace referencia al gobierno de las “polis”, las ciudades estados griegas. El sufijo “tica”, en términos estrictos, se traduce generalmente como “relativo a”, pero se ha entendido que “lo relativo a la polis” es su gobierno. Ese sufijo es utilizado en múltiples palabras y, - en general, y sin forzar su significado -, remiten también al concepto de gobierno.

La aceptación, difusión y popularidad del concepto se debe a “Polìtica”, una de las obras más conocidas del filósofo Aristóteles (384 a.C. a 322 a.C.). Con el tiempo el “gobierno de la polis” significó también el “gobierno del Estado”, sea este nacional, provincial o municipal.

El mismo Aristóteles definió al ser humano como un “zoon politikon”, esto es, un animal político que vive en un medio social ordenado por las leyes que lo rigen. La política, en la Grecia clásica, estaba asociada al concepto de “asuntos públicos” para diferenciarlos nítidamente de los “asuntos privados”. Lo “político” era inherente al ciudadano preocupado por el gobierno de la cosa pública (la “res pública” de los romanos), y por completo ajeno a quienes sólo privilegiaban sus asuntos privados.

Otras palabras de raíz helénica con el mismo sufijo y que refieren a cuestiones de gobierno pasan habitualmente desapercibidas. Un tema es un asunto o materia que se pone en consideración, mientras que un problema es una cuestión dificultosa que se trata de aclarar. La conducción de los asuntos públicos y sus complicaciones exigen el “gobierno de los temas” (temática) y el “gobierno de los problemas” (problemática).

En tiempos de Pericles, ( 495 a.C - 429 a.C.) la administración de los asuntos públicos (polis, res pública) reclamaba, además, que el gobernante posea la idoneidad suficiente para ejercer adecuadamente tanto el “gobierno de las palabras” (gramática) como el “gobierno de los números” (matemática).

Asimismo, la pericia del gobernante debía incluir la “heurística”, entendida como el gobierno de las investigaciones basadas en el descubrimiento, la creatividad o las innovaciones positivas, necesarias para la resolución de los problemas políticos; la “hermenéutica” o “gobierno de la interpretación de los textos”, imprescindible para dar un significado unívoco a lo redactado sobre la acción de gobierno o comprender adecuadamente los mensajes remitidos por terceros países; la “holística”, es decir, “el gobierno de ese todo que es superior a la suma de las partes”, en el que las partes sólo tienen sentido interrelacionadas entre sí, careciendo de significado en forma aislada. Podemos agregar, también la “ética” entendida como “el gobierno de las obligaciones propias de un buen ciudadano”, diferenciándolas de las acciones antiéticas que caracterizan al mal ciudadano; y la “mística” que expresa “el gobierno del máximo grado de perfección y conocimiento humanos”.

El ciudadano que no reunía tales capacidades de gobierno de los asuntos públicos sólo le quedaba limitarse a gobernar sus asuntos privados. En el siglo de Pericles no eran bien consideradas aquellas personas egoístas que hacían caso omiso de las cuestiones generales y públicas y sólo se dedicaban a cuestiones particulares y privadas. “Idios”, en la Grecia clásica, significaba “privado”. La “idiótica”, entendida como “el gobierno de lo privado”, no era una actividad apreciada por los ciudadanos preocupados por los asuntos públicos; por el contrario, llegó a tener una carga semántica tan negativa que la palabra “idiota” –privado de la razón– deriva de la palabra que señalaba al que sólo privilegiaba sus propios asuntos particulares haciendo caso omiso de las cuestiones que afectan a todos los ciudadanos.

Parece obvio que gobernar lo público reclama gobernar sus temas y sus problemas; sus palabras y sus números; con creatividad e innovaciones positivas; conociendo e interpretando sus orígenes e historia; conduciendo al conjunto en beneficio del bienestar general y no en favor de unos pocos particulares; y cumpliendo con sus obligaciones públicas con el máximo grado de perfección. Por lo menos esa era, en tiempo de Pericles, la diferencia existente entre un político y un idiótico.

Ver más en: https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-310554-2016-09-29.html


SUMACERISTAS

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  • Por Andrés Ortega- 20 de Octubre de 2023
  • ¿Cómo influye en los ciudadanos pensar en “suma cero”, es decir, en que lo que gana un individuo o grupo social lo pierde otro, o que la gente sólo puede enriquecerse a costa de los demás? Un reciente estudio publicado por la Universidad de Harvard está siendo de los más comentados. Su conclusión es que los que piensan así tienden a ser partidarios de políticas gubernamentales de redistribución de los ricos a los desaventajados, una mayor cobertura sanitaria pública y más impuestos, acceso a recursos, además, sí, de limitaciones a la inmigración. Es una forma de pensar, una mentalidad y una cultura, una hipótesis planteada en los años 60 por el sociólogo George Foster. Estos resultados sugieren que la opinión de una persona sobre una amplia gama de cuestiones sociales, políticas y económicas puede estar fuertemente influida por el grado en que percibe que los beneficios de la sociedad se obtienen a expensas de los demás, es decir, el pensamiento de suma cero.
  • El estudio, de Sahil Chinoy, Nathan Nunn, Sandra Sequeira y Stefanie Stantcheva, se ha realizado con una muestra de 24.000 personas en Estados Unidos, remontándose a sus ancestros (hasta los abuelos). “Los individuos son hoy más de suma cero si tienen antepasados que vivieron en un entorno, o si experimentaron directamente, acontecimientos que eran más de suma cero”, dice el paper, una de cuyas conclusiones (para EE UU) es que los descendientes de esclavos, es decir, fundamentalmente los negros, tienen mayoritariamente mentalidad de suma cero. Otros grupos en esta línea son los habitantes de zonas urbanas, los más jóvenes y los que tienen menos ingresos o menor nivel educativo, es decir, los nacidos en familias más pobres. Todos favorecen las políticas de igualación racial y de género. Quizás los mayores sean menos sumaceristas por haber vivido en su juventud mayor crecimiento económico. El estudio del pensamiento de suma cero puede ayudar a entender algunas (quizás desconcertantes) preferencias políticas en Estados Unidos. “Ayuda a racionalizar por qué en EE UU ciertos grupos que pueden beneficiarse económicamente de la redistribución gubernamental -poblaciones blancas, rurales y de mayor edad- tienden a oponerse a la redistribución gubernamental, mientras que los que pueden perder -poblaciones urbanas y más jóvenes- tienden a apoyarla”. Y explica también algunas divisiones en el seno de los partidos.
  • Aunque los sumaceristas en EE UU tienden a votar más a los Demócratas, las conclusiones políticas no son tajantes. Los autores del informe insisten en que el pensamiento suma cero no se traduce directamente en voto para los Demócratas (redistribuidores), frente a los Republicanos. No es una cuestión de partidos. Recuerdan que en 2016 hubo un trasvase importante de votos de 13% de los partidarios de Obama y 12% de los de Bernie Sanders a Trump, al que estos votantes veían más de suma cero, lo que el candidato a presidente cultivó en su retórica. Y ganó. Pero contribuye a la polarización social y política. Para los autores, el populismo, las teorías de la conspiración y el nativismo tienen su origen en la creencia de que un grupo gana a expensas de otros, ya sea una élite mundial, el "Estado profundo" o los ciudadanos de otros países.
  • El crecimiento de la mentalidad de suma cero se ha registrado en las crisis de los años 70 del siglo pasado y en las dos últimas décadas. Tiene que ver, según el estudio, con otros conceptos relacionados, como la envidia del éxito ajeno, la desmotivación para el esfuerzo ante el convencimiento de que no aporta recompensa, o el desarrollo económico a largo plazo.
  • También hay diferencias regionales. Los de Nueva York son de más de suma cero. Pero el rechazo a la inmigración de esta cultura es un problema primordial para los demócratas, que no encuentran una política adecuada, y de ahí que Biden haya vuelto a impulsar el muro con México. La treta seguida por el gobernador republicano de Tejas de enviar a la Gran Manzana a miles de inmigrantes ilegales del Sur en autobuses, crea un problema a sus habitantes, al alcalde demócrata de la ciudad, Eric Adams, y a la Administración Biden. Ahora bien, la demanda de restricciones a la inmigración, según los autores, se da también en otros 70 países.
  • ¿Vale para la política en España? Probablemente servía más cuando había más bipartidismo, o en la actual situación de bloques, pero el multipartidismo la puede diluir. Ahora bien, el pensamiento de suma cero es algo diferente de la dicotomía amigo/enemigo que veía el politólogo Carl Schmitt, cuyo apoyo al régimen nazi fue notable pero que está muy de vuelta entre los estudiosos. Trump la sigue, enfrentando a grupos sociales y cultivando la política del resentimiento, que está también detrás del pensamiento de suma cero.
  • Dadas las actuales crisis a las que se enfrenta el mundo, también surge la pregunta natural de cómo se relaciona el pensamiento de suma cero con las opiniones sobre el cambio climático, la desigualdad global o la competencia entre EE UU y China. Los datos indican la presencia de una visión general de suma cero en el mundo. Del estudio se derivan tendencias internacionales, reforzadas por lo que refleja la Encuesta Internacional de Valores que también aborda esta cuestión. Por ejemplo, los ciudadanos de países en vías de desarrollo, donde impera mayoritariamente esa mentalidad, tienden a estar a favor de las ayudas internacionales, es decir, de una redistribución.
  • Hay que confrontarlo con la idea de suma positiva, en la que todos ganan, es decir, como pregunta la Encuesta de Valores que “la riqueza puede crecer para que haya suficiente para todos", que es la base de la cooperación nacional e internacional (multilateralismo). De hecho, diversos economistas piensan que la mentalidad, o la política de suma cero frena el desarrollo y la innovación. Lo que se puede aplicar a China y EE UU.
  • La competencia con China no tiene por qué llevar inevitablemente a una guerra. Incluso la gran y larga confrontación que supuso la Guerra Fría entre Occidente y Rusia no fue propiamente de suma cero. La doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada respondía a una visión de suma positiva (todos ganan si no van a la guerra), o de suma negativa (todos pierden en una guerra nuclear). La guerra de Ucrania se puede analizar como de suma negativa en la que todos pierden, aunque los contendientes la afronten como una suma cero. La actual de Hamás e Israel apunta a una suma negativa. La legítima defensa no responde al concepto de suma cero. La doctrina del ojo por ojo, tampoco. Hamás no puede destruir el Estado de Israel. Israel puede acabar con la capacidad destructiva de la rama militar de Hamás, pero probablemente solo de forma temporal, pues se reproducirá como una hidra mientras no haya una solución general. Lejos de una suma cero.
  • Leer el artículo original: https://agendapublica.elpais.com/noticia/18871/what-do-zero-sum-thinkers-believe


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MercedesJones

EnciclopediaRelacionalDinamica: HorizontalidadEnDemocracia (última edición 2024-02-17 22:08:54 efectuada por MercedesJones)