Kintsukuroi, o también conocido como Kintsugi (金継ぎ) , es una técnica de origen japonés para reparar la cerámica. Consiste en unir las piezas de una cerámica rota con laca dorada, también se puede usar plata aunque con menor frecuencia. De esta forma la cerámica queda arreglada y termina con una nueva apariencia. El término refiere a una filosofía japonesa que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y que deben mostrarse en lugar de ocultarse. Además, alienta a crear algo más bello desde aquella rotura, poniendo de manifiesto su transformación e historia. Su significado literal es "reparación con oro".

En su libro, "Kintsukuroi, el arte de curar heridas emocionales" (Planeta), el español Tomás Navarro trasladó este gesto de la cultura tradicional nipona al mundo de la psicología, como método para alcanzar la felicidad o, como él prefiere decir, el bienestar emocional.

"El kintsugi es un ejemplo artístico de cómo es posible reconstruir tu vida después de una frustración emocional difícil y servirnos de la experiencia para avanzar en la vida", explica Navarro.

• https://viapais.com.ar/rumbos/910003-kintsukuroi-el-metodo-japones-para-recuperar-la-autoestima-en-solo-6-pasos/

• Los pasos del kintsukuroi https://www.youtube.com/watch?v=qdu09OYfI6A

• Más allá de la técnica, lo importante del kintsukuroi es su filosofía: las roturas no se ocultan, sino que se destacan, porque son las que diferencian el objeto y lo hacen único. Lo embellecen porque cuentan su historia, su relación con el entorno y con los acontecimientos. Las grietas nos hablan de fragilidad, sí, pero también de resiliencia, palabra que en ciencias sociales se refiere a la capacidad que tiene un material de sufrir una presión y poder volver al estado original, en el caso de las personas es la posibilidad de sobreponerse y salir fortalecido frente a situaciones límite.