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Hoje, na crise do projeto humano, sentimos a falta clamorosa de cuidado em toda parte. Suas ressonâncias negativas se mostram pela má qualidade de vida, pela penalização da maioria empobrecida da humanidade, pela degradação ecológica e pela exploração exacerbada da violência. Que o cuidado aflore em todos os âmbitos, que penetre na atmosfera humana e que prevaleça em todas as relações! O cuidado salvará a vida, fará justiça ao empobrecido e resgatará a Terra como pátria e mátria de todos (BOFF, 1999, p. 191*).


Paz: un bien escaso y siempre deseado

Leonardo Boff 3 febrero, 2016 http://opinionsur.org.ar/wp/paz-un-bien-escaso-y-siempre-deseado/

Lo que más se escucha al comienzo de cada nuevo año son los deseos de paz y felicidad. Si miramos de manera realista la situación actual del mundo, de los diferentes países -también del nuestro Argentina- lo que más falta, lo que se necesita con urgencia es precisamente la paz. Por eso es tan preciosa y esquiva, siempre se la desea, siempre se la necesita.

Tenemos que empeñarnos con intensidad (casi iba a decir… hay que luchar, lo que sería contradictorio) para conseguir ese mínimo de paz que hace la vida más apetecible: la paz interior, la paz en la familia, la paz en las relaciones laborales, la paz en el juego político y la paz entre los pueblos. ¡Y cómo se necesita! Además de los ataques terroristas, hay en el mundo 40 focos de guerras o conflictos potencialmente devastadores.

Son muchas y hasta misteriosas las causas que destruyen la paz e impiden su construcción. Me limito a la primera: la profunda desigualdad social mundial. Thomas Piketty ha escrito un libro entero sobre La economía de las desigualdades (Anagrama, 2015). El simple hecho de que alrededor del 1% de multibillonarios controlen gran parte de los ingresos de los pueblos, y en Brasil, según el experto en el campo Marcio Pochman, cinco mil familias detenten el 46% del PIB nacional muestra el nivel de desigualdad. Piketty reconoce que «la cuestión de la desigualdad de los ingresos del trabajo se ha convertido en el tema central de la desigualdad contemporánea, si no de todos los tiempos». Ingresos altísimos para unos pocos y pobreza infame para las grandes mayorías.

No olvidemos que la desigualdad es una categoría analítico-descriptiva. Es fría, ya que no deja escuchar el grito del sufrimiento que esconde. Ética y políticamente se traduce por injusticia social. Y teológicamente, para aquellas personas que comparten la cultura judeo-cristiana, en pecado social y estructural que afecta al plan del Creador que formó a todos los seres humanos a su imagen y semejanza, con la misma dignidad y los mismos derechos a los bienes de la vida. Esta justicia original (pacto social y creacional) se rompió a lo largo de la historia y nos legó la injusticia atroz que tenemos actualmente, pues afecta a aquellos que no pueden defenderse por sí mismos, dice Boff.

Una de las partes más contundentes de la encíclica del Papa Francisco sobre el Cuidado de la Casa Común está dedicada a “la desigualdad planetaria” (nn.48-52) Vale la pena citar sus palabras:

«Los excluidos son la mayor parte del planeta, miles de millones de personas. Hoy están presentes en los debates políticos y económicos internacionales, pero frecuentemente parece que sus problemas se plantean como un apéndice, como una cuestión que se añade casi por obligación o de manera periférica, si es que no se los considera un mero daño colateral. De hecho, a la hora de la actuación concreta, quedan frecuentemente en el último lugar… deberían integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito de los pobres» (n.49).

En esto radica la principal causa de la destrucción de las condiciones para la paz entre los seres humanos o con la Madre Tierra: tratamos injustamente a nuestros semejantes; no alimentamos ningún sentido de equidad o de solidaridad con los que menos tienen y pasan todo tipo de necesidades, condenados a morir prematuramente. La encíclica va al punto neurálgico al decir: «Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia» (n.52).

La indiferencia es la ausencia de amor, es expresión de cinismo y de falta de inteligencia cordial y sensible. Retomo siempre esta última en mis reflexiones, porque sin ella no nos animamos a tender la mano al otro para cuidar de la Tierra, que también está sujeta a una gravísima injusticia ecológica: le hacemos la guerra en todos los frentes hasta el punto de que ha entrado en un proceso de caos con el calentamiento global y los efectos extremos que provoca.

En resumen, o vamos a ser personal, social y ecológicamente justos o nunca gozaremos de paz serena.

A mi modo de ver, la mejor definición de paz la dio la Carta de la Tierra al afirmar: «la paz es la plenitud que resulta de las relaciones correctas con uno mismo, con otras personas, otras culturas, otras formas de vida, con la Tierra y con el Todo del cual formamos parte» (n.16, f). Aquí está claro que la paz no es algo que existe por sí mismo. Es el resultado de relaciones correctas con las diferentes realidades que nos rodean. Sin estas relaciones correctas (esto es la justicia) nunca disfrutaremos de la paz.

Para mí es evidente que en el marco actual de una sociedad productivista, consumista, competitiva y nada cooperativa, indiferente y egoísta, mundialmente globalizada, no puede haber paz. A lo sumo algo de pacificación. Tenemos que crear políticamente otro tipo de sociedad que se base en las relaciones justas entre todos, con la naturaleza, con la Madre Tierra y con el Todo (el misterio del mundo) al que pertenecemos. Entonces florecerá la paz que la tradición ética ha definido como «la obra de la justicia» (opus justiciae, pax).


Ética do cuidado, por Boff

O teólogo e escritor defende imediata correção de rumos para evitar que o ser humano tenha o destino dos dinossauros: a extinção "Hoje mais do que nunca se faz necessária uma ética do cuidado, porque tudo está descuidado. A cada dia cerca de 20 espécies de seres vivos desaparecem de forma definitiva dada a presença agressiva do ser humano. Ele se fez um homicida das grandes expressões da biodiversidade da vida". As palavras são do teólogo e escritor Leonardo Boff, em suas reflexões no Espaço Cultural CPFL. Ao participar das discussões sobre a vertigem do mundo contemporâneo, que produz desencontros e provoca dúvidas quanto ao próprio futuro da vida na Terra, Boff propôs o resgate da ética e do sentido da responsabilidade humana com relação ao equilíbrio perdido da natureza. "Não existe meio ambiente. Existe ambiente inteiro", alertou, para definir: "Esse ambiente inteiro é a comunidade de vida da qual somos parte e parcela, com a responsabilidade e missão de cuidar disso". Para Boff, é urgente a correção de rumos, uma revisão de postura das ações humanas em relação à biodiversidade, à atmosfera, para que seja garantida a continuidade da vida. Ele lamentou: "O ser humano veio sistematicamente agredindo e pilhando os recursos da natureza. Só que hoje ele chegou a um limite. A continuar essa lógica, ele pode ir ao encontro do pior. Pode ir ao encontro do destino dos dinossauros." Em suas ponderações, ele manifestou esperança em que o ser humano assuma nova postura em relação à natureza, à vida toda, retomando o sentido da transcendência inerente a sua condição. Disse o teólogo: "É essa dimensão do ser humano que transcende o princípio da pura necessidade, do puro desejo de postos de dominação, para dimensões de amorosidade, de cuidado, de generosidade. E de solidariedade."

guardado como cuidado idea de Boff

Cuidado-esencial-leonardo-boff

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) despuntó la figura del pediatra y psicólogo D. W. Winnicott (1896-1971), encargado por el gobierno inglés de atender a niños huérfanos, víctimas de los horrores de los bombardeos nazis sobre Londres. Desarrolló toda una reflexión y una práctica en torno a los conceptos de cuidado (care), de preocupación por el otro (concern), así como del conjunto de cuidados y apoyos que hay que proporcionar a los niños o a las personas vulnerables (holding), aplicables también a los procesos de crecimiento y educación.

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