fragmento de Laberinto de Amor, 1936, poemario dedicado a su esposa María Zoraida Barreiro: “Señor –le dije-, clavo la rodilla y la frente, pero, ¿cómo salir de la noche doliente?” Y respondió:
- “En su noche toda mañana estriba:
de todo laberinto se sale por arriba “si el alto Amor lo quiere. Pero la Ciencia dijo: En horas de tiniebla no te apresures, hijo.” Leopoldo Marechal