Diferencias entre las revisiones 4 y 5
Versión 4 con fecha 2023-02-10 00:20:45
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Versión 5 con fecha 2023-02-10 02:02:45
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 * Ese silencio del que hablaba Emily Dickinson: “Solamente el silencio nos da miedo. / En la voz siempre hay algo que nos salva. / Sin embargo, el silencio es lo infinito. / No se le ve la cara”.
  • LILIANA PORTER


  • Su obra aborda simultáneamente el humor, la banalidad y la posibilidad de entender. https://proyectoidis.org/liliana-porter/ Aquí ella dice: creo que el arte, más que un objeto, es un lente, un lente desde el cual vemos la realidad. Pero, es un lente que nos permite llegar a un término con la realidad.

  • El efecto visual que propone Arruga tensada fue materializado a través de una técnica tradicional de impresión como es el aguafuerte, que en su cruce con el objeto real –la lana– propone una tensión entre lo “presentado”, lo “representado” y lo “reproducido”. Esta tensión respecto de la descripción visual del papel ajado se potencia al ponerse en diálogo esta obra con la contemporánea Sin título con arruga, donde la artista exhibe un hilo de lana cosido y atado a un papel arrugado “real”. Así, Porter ya desplegaba en estas obras una lectura respecto de la relación entre el simulacro, la realidad y el acto de representar esa realidad. Un planteo sobre el juego de (y con) la imagen que atravesaría toda su obra posterior.https://www.bellasartes.gob.ar/coleccion/obra/9351/

  • https://elojodelarte.com/entrevistas/liliana-porter-me-hubiera-gustado-ser-escritora Las obras de Liliana Porter son como ver cine con las luces prendidas. El hombre con el hacha y otras situaciones breves, creada especialmente para la sala 3 del Malba, condensa una serie de trabajos anteriores: la tejedora, el caminante, la mujer que barre... Situaciones que conviven entre vajilla rota y muebles desvencijados. “Son personajes de nuestra memoria: Kennedy, el Che, soldados. Los símbolos cobran fuerza o se banalizan, se transforman en adornos. No hay una valoración política. A los personajes con los que trabajo no los toco, no les agrego lo que yo pienso. A cada espectador le disparan sentimientos diversos, y el tiempo les va cambiando el sentido. Cosas sucesivas se vuelven simultáneas, tal como vivimos la realidad, que es inasible: las cosas son las cosas, más la memoria que tenemos de ellas”, dice la artista.

  • Instalada desde hace cincuenta años en Nueva York, sigue trabajando con los recuerdos de su infancia en Buenos Aires. Objetos que encuentra o que la encuentran. No los pinta, ni repara, solo los pone en luz, cámara y acción. Los aísla, para cargarlos de sentido y emoción. Objetos familiares, con historia, que encuentra en mercados de pulgas de todo el mundo. “Nunca pensé en fabricar mis objetos, porque serían falsos. Trabajo con objetos que ya existen”, dice. Los atesora y los ordena meticulosamente en su taller. Algunos ya son estrellas, protagonistas de más de una obra. En 2014, después de décadas de trabajar con personajes diminutos, Porter está dispuesta a cambiar de escala y a convertirse en directora de teatro. En el Teatro Sarmiento, presentará por primera vez una pieza teatral en solamente cinco funciones, Entreacto. “En vez de juguetes inanimados trabajo con personas. Temas que reaparecen en mi obra. Tengo un equipo de primera clase y la responsable es Inés Katzenstein”, señala. Antes de llegar a la tercera dimensión, sus personajes fueron fotografiados, se metieron en el formato del cuadro y lo rompieron, borraron los límites del tiempo y las disciplinas, y llegaron más tarde al video. Pero al principio, Porter fue grabadora.
  • —¿Tu obra siempre tiene referencias literarias? —Mi obra está pensada como quien escribe. Más que pensar en formas y colores, pienso con ideas, con palabras. Mis amigos más importantes en México eran escritores. José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Emilio Carballido. Íbamos todos los miércoles a la casa de Juan José Arreola, se leían poemas, jugaban al ajedrez... Yo tomé algunas clases libres en Letras. En el fondo, me hubiera gustado ser escritora. Pero no tenía el diploma necesario para entrar a la universidad. Lo del arte se fue dando solo.
    • —Hay un texto tuyo publicado en 2006, Working notes on art and politics, donde hablás del arte efímero contra el establishment y de cómo se transforma cuando entra en el museo
  • —Cuando empezamos en el taller de grabado estaban en el aire un montón de ideas. Y una de esas era ir en contra del arte como commodity. Hacíamos exposiciones por correo, obras que después de la exposición se destruían y obras que no eran vendibles. Ahora pasaron los años y hay muestras que revisan ese período y los objetos que quedan y se exponen están asegurados en mucho dinero porque se transformaron en documentos. Es como Los Desocupados, de Berni, que vale miles de dólares. Pasó de un alegato político a ser un signo de estatus. ¡Pero no tiene la culpa Berni! Es las dos cosas, ¿pero cuál pesa más?

  • Qué análisis hacés de la escena del arte argentino contemporáneo?

—En el poco tiempo que estuve vi unas muestras buenísimas. Por ejemplo, la de Elba Bairon en Malba, vi la de Andrés Denegri en Espacio de Arte de Fundación OSDE, Cine de Exposición, buenísima. De Adrián Villar Rojas vi en Londres una exposición en la Serpentine Gallery y vi su presentación en la Bienal de Venecia y me parece excelente. Hay muchos artistas que me interesan, muchos artistas trabajando, gente joven.

  • —Después de ver tu video Coro argentino, quería preguntarte cómo viviste la dictadura.

—Ese video partía de una tapa del Billiken, niños con el uniforme que cantan una de esas canciones de antes de entrar a clase. Cuando lo ves te remite a la infancia y a esa idea pura de la patria, sentimientos muy claros respecto de la bandera que se tienen de chico, pero al mismo tiempo era el momento de los desaparecidos... Hay una contradicción entre ese recuerdo de la inocencia y lo malo que el hombre es capaz de ser. Lo que te da terror es que el malo no tiene cara de malo... se parece al bueno. Es siniestro.

  • —Tanto trabajo forzado en tu obra, ¿de qué habla?

—Son metáforas de la realidad. Uno es muy chiquito y lo que tiene que resolver a veces excede la escala humana. El hombre que tiene que barrer algo interminable o desenredar un hilo mucho mayor que él se parece a uno tratando de llegar a algún término con la realidad y nunca se llega, porque nunca terminamos de entender de qué se trata lo que hacemos en este mundo.

  • —El hombre del hacha parece estar en un tsunami. ¿Es una visión del mundo actual? —Sí, hay varias cosas. Me acuerdo que cuando veía imágenes del tsunami en televisión eran superiores a lo que uno puede absorber. Pero al mismo tiempo, se cortaba y te vendían un jabón. Venían tajadas de realidad, cosas siniestras, pero al mismo tiempo apagabas la televisión y estabas en tu jardín. Esas contradicciones que hacen pensar. Es también una metáfora del tiempo y de la muerte: lo que arrasa no está ordenado, hay cosas más chicas, más grandes, caras, baratas, gente genial, gente horrorosa. El tiempo —y la muerte— arrasan con todo. Como el hombre con el hacha, va destruyendo todo. Desaparece el pasado, pero queda en la memoria, en los libros y las imágenes, y condiciona el futuro.
  • Del libro Entrevista con el arte (India, 2018), publicado originalmente en Clase, El Cronista, febrero de 2014.


Liliana Porter Fortabat El viaje- 40 páginas Ser feliz es la forma mas alta de la rebeldía. Liliana Porter


https://www.lavoz.com.ar/numero-cero/liliana-porter-una-invitacion-a-la-alegria-y-al-desconcierto/


FRASES DEL TEXTO DE AGUS

  • Porter habla de la presencia del silencio como “el espacio que nos prepara a escuchar”,
  • Ese silencio del que hablaba Emily Dickinson: “Solamente el silencio nos da miedo. / En la voz siempre hay algo que nos salva. / Sin embargo, el silencio es lo infinito. / No se le ve la cara”.

EnciclopediaRelacionalDinamica: LilianaPorter (última edición 2023-09-13 22:53:56 efectuada por MercedesJones)