El ocaso de la vida

La dieta del amor, el ocaso de la vida y la ocasión vital.

Queridas amigas de Sophia,

Me chocó profundamente leer en el editorial -la dieta del Amor- que una persona de ochenta años estaba “casi en el ocaso de su vida”. ¿Cómo que en el ocaso? pensé.

Me molestó por dos cosas. La primera porque creo firmemente que si uno le pregunta a esa y a otras personas de la misma edad ellas les contestarán que no se sienten a los ochenta años, ni se sentirán a los noventa, en el ocaso de sus vidas. Y de hecho no lo están, tienen camino por delante.

La segunda razón de mi molestia es porque aunque las estadísticas indican que existe un significativo aumento de la esperanza de vida, la gente no lo reconoce, los médicos no lo asumen, los periodistas no lo cuentan y todos seguimos viviendo una realidad antigua y superada por los hechos. Quiero decir que los 80 años actuales ya no son los mismos que cuando mi abuela tenía esa edad. En aquella época a los 80 se era más viejo que hoy porque las personas vivían muy pocos años más. Ahora se corrió la frontera y se amplió el horizonte vital a 100, 107 y cada vez más años. Pero la sociedad todavía no percibe el cambio. No estamos preparados para esta nueva vejez.

Tengo experiencias muy frustrantes acompañando a mi madre, que es muy sana pero tiene 90 años, al médico y escuchando la frase “y qué quiere a su edad”. Obligándola a asociar su vejez a la enfermedad, la decrepitud y la resignación.

Querría mirar la vejez de otra manera. Como persona y como sociedad.

Querría que Sophia nos ayude a comprender esta revolución de la longevidad y busquemos juntas otras analogías para la vejez.

Envejecer es un acto supremo de sabiduría personal y social.

No es un ocaso, sí una ocasión vital para explorar y descubrir.

Con enorme cariño para todas,

Mercedes Jones