María Julieta Oddone * CV extendido: http://www.sociales.uba.ar/wp-content/blogs.dir/219/files/2018/07/CV-ODDONE.pdf ----- * María Julieta Oddone es licenciada en Sociología de la Universidad de Buenos Aires, Magister en Gerontología de la Universidad Nacional de Córdoba y Doctora en Antropología de la Universidad de Buenos Aires. * Estudia su tema, la vejez y el envejecimiento, como Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Nación Argentina (CONICET). * Además, es Directora del Programa Envejecimiento y Sociedad de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y dirige Proyectos y Programas de Investigación nacionales e internacionales. * Ha realizado tantas publicaciones en libros y revistas científicas nacionales e internacionales que si en esta breve biografía nos pusiéramos a enumerarlas usted, lector, se aburriría con tantos datos, años y lugares: su trayectoria es prodigiosa. Además, brindó asesoramiento a instituciones académicas y organismos nacionales e internacionales sobre la temática. https://www.revistaanfibia.com/autor/maria-julieta-oddone/ ----- EL ESTUDIO DE LA VEJEZ COMO CRÍTICA SOCIAL https://www.flacso.org.ar/noticias/el-estudio-de-la-vejez-como-critica-social/ * Entrevista a la Dra. María Julieta Oddone, coordinadora del Programa * Envejecimiento de FLACSO Argentina. * Autoras: Gabriela Ramos y Erika Tirado. * Publicada en Pontificia Universidad Católica del Perú. * Ver nota de origen aquí: https://investigacion.pucp.edu.pe/grupos/eve/noticia-evento/entrevista-la-dra-maria-julieta-oddone-estudio-la-vejez-critica-social/ * Julieta es una destacada investigadora argentina de 71 años que ha dedicado su vida al estudio social de la vejez, siendo una de las pioneras en Latinoamérica. Ella es licenciada en Sociología y doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires y Magíster en Gerontología por la Universidad de Córdoba. Profesora Titular de la cátedra de Sociología de la Vejez y el Envejecimiento en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, también es directora del Programa de Envejecimiento y Sociedad de FLACSO- Argentina. * Julieta recuerda que comenzó a estudiar a la población adulta mayor cuando ella tenía alrededor de 32 años, a mediados de los años 1970. Sólo un par de años antes, las primeras teorías sociales sobre la vejez fueron creadas en la Universidad de Duke en Estados Unidos, y en Argentina éste era un tema poco tratado y sobre todo solo abordado desde una óptica médica. Entonces, nos preguntamos qué hizo que Julieta decidiera trabajar un tema tan inusual en Latinoamérica y en el mundo en esa época. Recibimos una respuesta inusual: las circunstancias laborales durante la última dictadura en Argentina. * Con anterioridad, Oddone ejercía la docencia en la UBA como profesora de Sociología Sistemática e Historia Económica y Social, y realizaba estudios de cogestión en empresas estatales en el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Cuando los militares tomaron el poder en 1976, Julieta -como muchos científicos sociales de la época- perdió su trabajo por los ataques y censura a la academia y al pensamiento crítico. Sus temas de investigación vinculados a la participación ciudadana y el sindicalismo no eran propicios de tratar en aquel contexto político en que muchos pensadores como ella estaban en riesgo, por lo que se vio en una difícil situación personal y profesional. * Poco después, le ofrecieron un puesto en el área social del Programa de Atención Médica Integral (PAMI) donde propuso investigar sobre la población anciana de Argentina, algo bastante novedoso en esa época. La vejez era un tema considerado “inocente” y “no político” por lo que el gobierno incluso fomentaba la creación de nuevas políticas para ancianos durante la dictadura. A pesar de ello, Julieta considera que la problemática vinculada a la vejez siempre encierra temas críticos de una sociedad pero, durante esa época, su capacidad de explicitarlos era imposible por lo que a veces camuflaba algunas de sus ideas para poder continuar trabajando: * “Nuestro trabajo se llamó ‘Actitudes y motivaciones asociadas a la tercera edad´ porque era lo más frío que se podía decir. Porque lo que nosotros veíamos no era el tema de las familias, y no era el tema de la jubilación, era la falta de integración social y la falta de participación social lo que les estaba faltando a las personas. Pero no podíamos poner eso en el título” Esta primera experiencia con la población anciana la hizo apasionarse por esta temática y querer conocer más sobre ella. Durante esa época no encontraba bibliografía especializada en su país y era muy complicado acceder a fuentes extranjeras. Asimismo, los académicos que se interesaban en los mismos temas eran un grupo muy reducido y reunirse era dificultoso. * “En esa época no había libros, no había nada para formarse y además no podías juntarte con la gente por el contexto imperante. Pero nosotros igual nos juntábamos en la casa de Mario Strejelevich, prestigioso médico psiquiatra especialista en vejez formado en Inglaterra. Algunos eran médicos, otros sociólogos y trabajadores sociales y algunos más. Nos juntábamos para discutir sobre la temática y aprender unos de otros. Y para poder encontrarnos una vez por mes lo teníamos que hacer con cuidado” * En el año 1983, vuelve la democracia a Argentina y Julieta regresa a la universidad a enseñar. Ella, decidida a generar interés en el estudio de la vejez en la UBA, inaugura el Seminario en temas de Sociología de la Vejez que aún sigue siendo dictado hasta la fecha, por lo que su papel ha sido fundamental en la formación de las nuevas generaciones de investigadores sociales especializados en este área del conocimiento en su país. * “Yo en el tema de la vejez me interesan todos los aspectos”- dice Julieta haciendo un balance de su propia producción académica, la cual es muy amplia. Durante casi cuatro décadas dedicadas al estudio de esta temática, ha investigado sobre una gran cantidad de problemáticas relacionadas a la vejez en su país y en investigaciones comparadas con equipos internacionales, así como indagaciones sobre paradigmas de estudio de la vejez para aportar miradas críticas que ayuden a dar giros teóricos a esta materia. * “He trabajado el tema de pobreza fuertemente. También, el tema de la preparación para la jubilación, la problemática de los trabajadores de mayor edad desocupados por la crisis de los 90-2001. He buscado mostrar la invalidez de la teoría del descompromiso. Ahora yo estoy trabajando dos temas básicamente: me ha surgido la posibilidad de trabajar con equipos internacionales he hice una investigación sobre políticas sociales, la visión y la utilización en la Ciudad de Buenos Aires usando métodos mixtos, cualitativos y cuantitativos. También estoy haciendo algo sobre qué es el envejecimiento activo. Pero en realidad, '''el paradigma del envejecimiento activo presenta una dificultad en su abordaje debido a que sus indicadores no son fácilmente medibles'''” * Julieta considera que las cosas han cambiado mucho en cuanto a la producción y oportunidades para investigar sobre la vejez en Argentina. En los últimos años, este tema se ha posicionado fuertemente en diversas disciplinas y universidades y ahora existen equipos de investigación, cátedras y seminarios que generalmente se enfocan en temáticas vinculadas al cuidado, educación, pobreza y trabajo. “Somos muchos más de los que éramos”- dice admirada. A pesar de ello, los estudios de corte geriátrico o médico son más numerosos que los de ciencias sociales. * “Los académicos que trabajan este tema tienen diversos retos”- dice Julieta antes de comenzar a enumerarlos. El primero es luchar contra ciertas pre-nociones clásicas que suelen invisibilizar la existencia de los viejos y sus problemáticas en la academia y en la política pública. En segundo lugar, '''la vejez no es una experiencia homogénea''' y los investigadores deben de contribuir en mostrar '''estas diferencias que son producto del cruce de la dimensión etaria con otras dimensiones sociales durante el curso de la vida.''' En ese sentido, ella resalta que durante su investigación ha notado '''la fuerza de la reproducción social entre generaciones que hace que padres e hijos vivan finalmente vejeces muy similares, por lo que la clase social y etnicidad podrían ser factores más determinantes que la temporalidad.''' * '''“Se sigue homogenizando a la vejez, aunque nosotros seguimos trabajando para mostrar que la homogeneidad no existe, que es muy diverso y que sería necesario hacer estudios que crucen las variables que generan esta diversidad en el curso de vida”.''' * Por último, quisimos preguntarle a Julieta sobre su opinión sobre el estado de los estudios de la vejez en Latinoamérica. * Ella relató que ha tenido numerosas oportunidades para conocer otros contextos académicos fuera de Argentina debido a su trabajo en FLACSO, y a su asistencia a congresos internacionales, seminarios de actualización o enseñanza, sociedades científicas, etc. Así, ha viajado a Perú, Chile, Colombia, Brasil, Cuba, Venezuela, Estados Unidos, Italia, Francia, Hungría, Malta, Sudáfrica, Uruguay, España, México, Japón e integra la Asociación Internacional de Sociología, en el RC 11 (Comité de Investigación sobre Sociología del Envejecimiento). * Luego de todas esas experiencias, ha concluido que en Latinoamérica se requiere consolidar una “escuela” que genere investigadores especializados en el estudio de la vejez y redes de investigadores relevantes en la temática. * Generalmente, '''la apertura de espacios de debate y la producción en el tema responde solo a intereses y deseos particulares de algunas personas apasionadas en este tema.''' Por ello, ha sucedido en algunos países que cuando un investigador importante migra, se jubila o muere, la investigación pierde fuerza y deja de trabajarse. * En ese sentido, es necesario que un tema que se torna cada vez más relevante para la región comience a consolidarse como una línea de trabajo fuerte con el fin de contribuir a nuestra producción del conocimiento desde una mirada latinoamericana pero también para '''contribuir a que nuestros países sean sociedades para todas las edades.''' ---- * LA MIRADA TAMBIÉN ENVEJECE-Por María Julieta Oddone y Fernando Krapp https://www.revistaanfibia.com/la-mirada-tambien-envejece/ * Las políticas médicas están orientadas a extender la vida humana a límites extremos. Hoy, la vejez puede durar más de cincuenta años, sin embargo las sociedades siguen valorando al extremo la juventud, la fuerza y la belleza física. El cronista Fernando Krapp y la socióloga especialista en envejecimiento Julieta Oddone visitaron hogares geriátricos a fin de entrevistar a algunas de las personas mayores que viven en ellos. * ¿Cómo nombrar la vejez? ¿Por qué resulta tan incómoda la palabra? ¿Por qué se le teme tanto? La palabra “viejo” está asociada a muerte y decrepitud. ¿Anciano? Trae aparejada inactividad. Decir adultos mayores parece una redundancia necesaria. Las sociedades actuales tienden a caracterizarse por el envejecimiento de sus poblaciones que cada vez más incrementan su expectativa de vida, hasta el tal punto que en Japón Hidekichi Miyasaki se convirtió en el primer corredor en establecer un nuevo record mundial en 100 metros llanos para la categoría de 105 años. Las políticas científicas están orientadas a extender la vida humana a límites extremos y la vejez se convierte en un período de la vida que puede prolongarse por más de cincuenta años, superando a las otras etapas. En todas las sociedades siempre existieron personas viejas pero en la actualidad, por primera vez en la historia del mundo, las “viejas” son las sociedades * Si todo sigue como se espera, en América Latina en 2050, una de cada cuatro personas no va a saber cómo llamarse: si anciano, adulto mayor o alguna que otra moda que maquille el temor de volverse un viejo. * Antes, nuestros abuelos morían a los cincuenta. Hoy se vive, en muchos casos, hasta los cien años. El proceso de transición demográfica, ocurrido en la segunda mitad del siglo XX produjo una disminución de la tasa global de fecundidad pasando de seis hijos a menos de tres por mujer. Paradójicamente, la única población que crece en las sociedades actuales -la que más crece- es la de los viejos. La población total se multiplicó por dos veces y media: la de personas mayores casi se sextuplicó. * —Yo no creo en eso de que lo único que no envejece son los ojos —dice Amelia, sin dejar de mirar las noticias del plasma colgado.- Dice que para ella sí envejecen, los ojos. Primero no ves nada y después se van volviendo cristalinos y brillantes de tanto recordar, aunque no por las cataratas, ni las operaciones, ni la reducción de la vista sino por focalizarse siempre en un punto, en el vacío, dice. Una masa cristalina a la que los ojos vuelven día a día, un punto ciego, infinito, que contiene la información completa del pasado. Amelia mira ese punto ciego al igual que sus compañeras de mesa. La cuarta da un par de espasmos. * Amelia tiene novio. Afirma: —Me tuve que buscar uno afuera. Acá adentro no conseguí nada, miralos —dice y señala con la mano a la mesa de al lado—. Están todo el día leyendo el diario y peleándose por las noticias. Ahora en un rato me pasa a buscar. Vamos a tomar un cafecito al shooping acá a la vuelta, ¿conocés? GENERACIONES * Los cambios demográficos generan nuevas formas familiares que presentan en la actualidad una coexistencia de varias generaciones. Hay más personas viejas (abuelos, bisabuelos y tatarabuelos) y menos jóvenes (producto de la disminución de la natalidad). Existen ejemplos de familias compuestas por cinco generaciones vivas: familias que se caracterizan por tener muchos ascendientes y, por lo tanto, pocos descendientes en comparación con la familia tradicional de inicios del siglo pasado. Estos cambios se acompañan, muchas veces, de nuevas necesidades. Entre ellas, es de vital importancia la relación de cuidado: una disminución de la demanda social para con los niños y, un incremento por parte de los ancianos. Básicamente hablando: hay menos chicos para cuidar y más personas viejas para sostener. * Juntar a jóvenes y mayores con intereses similares para trabajar en un proyecto a largo plazo (como un voluntariado, por ejemplo) puede ayudar a romper las barreras. En general, uno puede anticipar que los tipos de interacción que conducen a resultados más positivos deben consistir en relaciones persistentes que impliquen igualdad, intimidad y cooperación y se podría plantear la hipótesis de que la integración entre edades tendería a reducir los estereotipos relacionados con la inactividad, la decrepitud y sobre todo la inmanencia de la muerte que los jóvenes tienen con respecto a los viejos. Por tomar un ejemplo: la sinergia que se produce en una empresa recuperada, como fue el caso de Zanón durante la etapa de flexibilización laboral, previo a la cooperativa, las áreas de RRHH enfrentaban a jóvenes contra viejos por prejuicios tales como “estos (los jóvenes) son los que te vienen a echar” o “no les pidas consejos a los viejos que no saben nada”. En el proceso de recuperación de la empresa se da una interacción (condicionada por el contexto) en donde los jóvenes aprenden de los viejos y viceversa. GERIÁTRICOS * El costo mensual de un hogar privado varía entre los $ 8.000 y los $ 50.000. Los hay de todo tipo. Los que parecen un hotel alojamiento, con sus heladeritas personales, teles de plasma colgadas a más de dos metros de altura y camas con colchón de goma espuma, y los que parecen hoteles caros con estrellas estilo caribe, pileta de natación, mucha cera en los pisos y gimnasio con mancuernas y aparatos último modelo. Otros, parecen sacados de un libro de historias tenebrosas, al ser clandestinos no presentan las condiciones mínimas de higiene y los viejos no tienen oportunidad de queja. Hay geriátricos con oscuros pasadizos y largos salones comunitarios donde los residentes trafican cigarrillos y petacas como jugadores en cancha de bochas, y otros donde hay más gente de limpieza que viejos y las políticas de no aburrimiento y rejuvenecimiento encabezan la lista de temas en la agenda de los directivos. Geriátricos tristes, con trabajadores alegres, y geriátricos luminosos y anclados en un bosque de cañaverales, con residentes al borde de la locura. * El último censo nacional señaló que en la Provincia de Buenos Aires existen casi seis mil viviendas colectivas, en las que se incluyen los hogares de ancianos; por su parte el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, asegura que en el conurbano bonaerense se registran un poco menos de seiscientos geriátricos. Las instituciones estatales albergan aquellas personas de mayor edad en situación de vulnerabilidad social, es decir, aquellos que no tienen plata, ni casa, ni familia. Los viejos viven en las ciudades donde tienen un mayor acceso a servicios sanitarios y a obras sociales. No obstante, aún en los países con mayor urbanización de la población vieja, hay personas que no quieren dejar su casa y se encierran; aislados, se aferran a sus pertenencias, sus recuerdos y fantasmas También, hay hombres y mujeres que abandonan su entorno conocido, y viajan del campo a la ciudad, solos o abandonados, sin casa ni familias, para recibir algún tipo de cuidado. * VER HOGARES CONFORMADOS * Más de la mitad de los viejos viven en hogares conformados. Esto puede explicarse debido a que, los países que tuvieron una tradición política de más larga data focalizada en la seguridad social, muestran que los ancianos viven en hogares de menor tamaño. Sin embargo, son bajas proporciones de personas que viven en hogares geriátricos. Se trata de un porcentaje menor de las personas de mayor edad (1,3%) debido a que la tradición de la familia aún es un núcleo sólido. Cuando por algún motivo extremo las personas mayores deben vivir en una institución de larga estadía como los geriátricos, si cuentan con sus hijos, nietos o bisnietos, suelen ser visitados frecuentemente, y salen, ansiosos, para visitar a sus familiares. * La privacidad es un bien precioso y en un geriátrico cada acto está en escena: es visto por sus compañeros, por médicos, asistentes, familiares. Se pierde independencia porque prevalece en ellas los regímenes colectivos y no existe una adecuación a necesidades particulares o a los gustos personales de los internos en los servicios que ofrecen. Aunque diversos en sus orígenes culturales y modos de vida, la mayoría opta en el paso del tiempo a adaptarse a las normativas y también a sus compañeros de cuarto y de mesa, generando nuevas y extrañas relaciones. * Según el Centro Latinoamericano de Demografía, actualmente, hay menos de 80 hombres por cada 100 mujeres en la población añosa. La esperanza de vida a los 60 años, es mayor para las mujeres. Acá, en este geriátrico de Mármol, si se organizara una milonga, las mujeres tendrían muchos problemas para encontrar una pareja de baile. La cantidad de residentes es de apenas 54 viejos, de los cuales 38 son mujeres. * En el envejecimiento, los hombres suelen requerir cuidados: su esperanza de vida es mucho menor al de las mujeres. Tienden a enfermar antes y recibir el cuidado por parte de sus cónyuges. En el caso de las mujeres, son atendidas por sus hijas, o por una señora ajena a su familia, y, en el último de los casos, por sus hijos. Pero cuando el cuidado pasa por los dueños de una residencia, al juntarse nuevamente y socializar con otros, los géneros se separan como en un colegio primario: los nenes con los nenes, las nenas con las nenas. * —Ahora, a los ochenta y tres que tengo, ya está —dice Raúl— ¿para qué voy a buscar una mujer? 10 años atrás por ahí, sí. Conozco casos de gente de 70 y pico que hace pareja... no por la actividad sexual, porque, ¿a quién se la vas a contar? * El San José:Después de varios trabajos de remodelación y mucha voluntad, el “San José” se convirtió en un hogar a cargo de la cartera de Desarrollo Social, con 80 residentes, donde se aplica una política basada en derechos. Esto significa: no se basa en una bajada institucional sino en una mirada progresista sobre los derechos humanos de los residentes. El San José es público, pero su ingreso no es fácil. Para entrar, hay que ser una persona en situación de vulnerabilidad social. Es decir, venir de la calle. * Muchos de los residentes no tienen familias. La mayoría fue rescatada de la calle, en situaciones extremas de salud y pobreza. Sin familiares que los reclamen, o algunos con hijos ausentes, los viejos comparten cuartos con frigobar incluido y televisión en cada habitación. La cartelera en el hall tiene actividades, fotos de viajes, de juegos, de tango. “Despertad” reza un cartel evangelista. “¿Vale la pena vivir? Tres razones para no darse por vencido” al lado de un cartel que dice “Lindas fotos del viaje a Concordia”. * Juan es una celebridad en el Hogar. Hace varios años insistió en que quería estudiar Ingeniería Aeronáutica. No un cursito: quería empezar la universidad. * Los directivos no conocen la vida previa de Juan, pero él sabe que con la plata de la pensión puede pagarse el remís hasta la facultad y las fotocopias. * No tiene miedo de las escaleras de la facultad, y si bien en la actualidad se valora al extremo la juventud, la fuerza, la belleza física, y se le atribuye a la vejez valores negativos como decrepitud, declinación, enfermedad y muerte, él va igual. Aunque lleve el andador y cada tanto necesite ayuda de alguna de las enfermeras a sus 85 años; va igual. Por gallego, dice. Por cabeza dura. * Jorge, músico (Ver más el rol de la enfermera que lo googleó) cierra la tapa del piano. Vuelve a hablar de tango, de música, de su compañero de cuarto que es escultor, del Tortoni que queda en la avenida de Mayo y del otro, que queda adentro del geriátrico, su propio Tortoni privado. Asegura que hay mucha gente y muy creativa en el Hogar de Ituzaingó. —Quiero hacer cosas, y las voy a hacer —dice Jorge—. Yo conozco jóvenes-viejos y viejos-jóvenes. Para mí no existe eso de la vejez. Tiene que darse paso a la gente joven, y enseñarle, porque la gente joven es el futuro también. Eso de la envidia, no va. * ¿Qué represtación tienen las sociedades jóvenes sobre la vejez? El aumento de la “cronologización” vital -la utilización de la edad para determinar en qué actividades deben comprometerse los individuos- produjeron un curso de vida standard que está separado en tres compartimientos: educación para los jóvenes, trabajo para los adultos y ocio para los viejos. Ocio que en muchos casos se convierte en una cárcel de inactividad; un resto improductivo, un domingo perpetuo. * Si la división en tres compartimientos es reemplazado por un modelo menos restrictivo, la educación debería volverse cada vez más accesible para las personas de mediana edad y adultas mayores. Sin un aprendizaje permanente, es inevitable que en una sociedad que cambia rápidamente las personas se vuelvan cada vez más obsoletas a medida que pasa el tiempo. En la disciplina gerontológica se ha propuesto ampliar la integración en el contexto de las aulas de la educación tradicional ya que podría jugar un papel en la promoción del aprendizaje entre los que no son jóvenes. * Si para un joven insertarse en nuestra sociedad le resulta cuesta arriba (incluso con recursos económicos y sociales), la desigualdad que sufren los viejos es continua y en muchos casos estructural. No hay igualdad de posibilidades y las oportunidades dependen en gran medida de los atributos sociales, de clase, si sos hombre o mujer, la pertenencia a un estrato social y económico determinado, etc. * Esas mismas ventajas o desventajas que se padecen socialmente durante la juventud y la adultez repercuten de un modo acumulativo (es decir, para peor) en la forma de envejecer. Dime cómo has envejecido y te diré qué tipo de geriátrico te espera al final de tu vida. Así que, por lo general, el perfil de las personas que viven en instituciones geriátricos son los solos, sin familias, con serios problemas económicos, o sus familias tienen problemas económicos, o las personas muy enfermas. * En los hogares privados, van los solos que no tienen familias, los de sectores más altos, o los que están muy enfermos. De los primeros se ocupa el Estado, de los segundos los dueños del negocio. Ahora, apenas garúa en el Geriátrico Privado de Turdera, la pared amarilla separa la calle de la residencia privada. El viejo debajo de la galería prende su quinto cigarrillo. Se balancea contra una columna y pregunta si la visita estuvo bien. Está terminando la novela número 56 de las doscientas que tiene cargadas en su kindle. * Su nombre es Michael, es de Manhattan. Está leyendo una novela de ciencia ficción. Trata de un futuro devastado donde unos extraterrestres pelean por unas salinas químicas con poderes curativos. Aquellos que se curan padecen la fatalidad de la inmortalidad y entran en un rulo temporal. * —Acá siempre pasa lo mismo. Es como estar siempre en la misma situación. Me levanto, leo, fumo, como y me duermo. Siempre lo mismo. Tira el cigarrillo contra el pasto. * —Yo estoy lúcido —repite en su español desarticulado. * Mira la pared que divide la casa del afuera. * —Yo vi la pared de México, también la de Berlín. Ahora vivo detrás de una pared. * —¿Por qué no sale? ¿No puede volver a su casa, con su hija? ¨—¿Qué voy a hacer afuera? ------ EL TEMA DEL MALTRATO María Julieta Oddone“Es la primera vez que las sociedades son viejas” Entrevista a la Dra. María Julieta Oddone, coordinadora del Programa Envejecimiento. Publicado en El Diario, lunes 15 de junio de 2015 * https://www.flacso.org.ar/noticias/es-la-primera-vez-que-las-sociedades-son-viejas/ * “Las personas mayores, al igual que las mujeres cuando son maltratadas, tienen vergüenza de plantear que son agredidas por miembros de su familia, en muchos casos. Les resulta muy difícil tener que acusar a alguien de su familia en forma directa, sobre todo si es un descendiente”, explicó Oddone. * “Las personas mayores, al igual que las mujeres cuando son maltratadas, tienen vergüenza de plantear que son agredidas por miembros de su familia, en muchos casos. Les resulta muy difícil tener que acusar a alguien de su familia en forma directa, sobre todo si es un descendiente”, explicó Oddone. -Institucionalmente, ¿existen los ámbitos para realizar las denuncias? * -Sí, hay ámbitos. Por lo menos en la Ciudad de Buenos Aires, no sé si en todo el país. Supongo que a nivel nacional también. En la oficina del defensor del Pueblo pueden denunciar cuando son pasibles de maltrato. * Investigación. Oddone realizó hace un tiempo una investigación que reveló algunos datos inesperados. * “Hicimos una investigación hace unos años, preguntamos si habían sufrido maltrato cuáles eran las características del maltrato. Las encuestas se realizaron en ciudades medianas, pequeñas y grandes. Lo que veíamos es que cuando se preguntaba sobre esta temática no nos estaban diciendo la verdad en lo que respecta al maltrato. Lo que hicimos fue preparar un cuestionario específico. El encuestador les daba una ficha, ellos la ponían en un sobre sin nombre para que el encuestador no supiese quién respondía”, relató. * Al verificar los resultados de esa encuesta anónima descubrieron que la cantidad de personas mayores que afirmaban haber sido víctimas de maltrato duplicaban a las conclusiones de estudios anteriores realizados en el país e incluso doblaba en número a las estadísticas internacionales. * “Nos dio que había aproximadamente un 9% de personas mayores que eran objeto de maltrato de distinto tipo, desde maltrato físico hasta económico, pasando por el psicológico. Esto fue bastante interesante porque nos permitió ver y desmitificar la temática específica del maltrato. Generalmente se dice que las personas que viven en familia extensas están protegidas, y sin embargo las mujeres de ciudades pequeñas que viven más en familias extensas declaraban un porcentaje mayor de maltrato, que las que vivían solas. Mientras que los varones de los niveles económicos sociales más alto declaraban ser objeto de maltrato económico más que de otros sectores sociales”, precisó. * Con respecto al género, tanto hombres y mujeres son maltratados por igual. * Tipos de violencia. -¿Cuáles son los tipos de violencia que sufren los viejos? * -Hay distintos tipos. En lo que respecta a la violencia física hay alrededor de un 2% de la población. Pero hay violencia económica y maltrato con agresiones verbales. Si sumamos los distintos tipos llegamos al 8,5% de la población. * -¿Los maltratadores fueron antes víctimas? * -No podría relacionarlo en forma directa porque no lo investigamos. Hicimos una investigación que tuvo una metodología de encuestas con personas ancianas. Pareciera que muchas personas que fueron maltratados desde niños, a veces devuelven ese maltrato, pero no podría decirlo en el 100% de los casos. Esto estaría ligado al maltrato familiar, pero hay un maltrato social con respecto a la discriminación que sufren las personas viejas por el mero hecho de haber transitado una etapa de la vida. Hay un maltrato social ligado a arrebatos y malos tratos en la vida cotidiana, en las ciudades y en las calles. Instituciones que maltratan. De este tipo de maltrato social se quejan alrededor del 30% de las personas mayores. * En la ciudad. -¿Las ciudades están pensadas para personas de mediana edad? * -Seguramente que no. Por lo menos en la CABA, cruzar la avenida 9 de Julio de punta a punta para una persona mayor tiene ciertas dificultades. También, muchas personas mayores se quejan de los colectivos que no paran en el lugar, o que cuando ven que tienen dificultades no los suben para no perder tiempo. Hay mucho que trabajar en relación a la integración. * La charla * La doctora María Julieta Oddone dictará la conferencia “Los desafíos de la vejez en el siglo XXI”. La cita es hoy lunes 15 de junio, a las 17, en el Auditorio Rodolfo Walsh de la Facultad de Ciencias de la Educación. * “La charla está dirigida a todos: a las personas mayores, para empoderarse; está dirigida a las personas que trabajan con personas mayores para discutir sobre la problemática; a la sociedad en general para tomar conciencia de que ésta es la primera vez en la historia del mundo en la que las sociedades son las viejas. Y nunca antes hubo tantas personas mayores que vivan tantos años. Significa un cambio de las estructuras sociales actuales. Por lo tanto, el tema de la vejez y el envejecimiento es un problema tanto de las personas mayores como del resto de la sociedad”, remarcó la disertante. * “Yo digo que soy vieja” * EL DIARIO le consultó a Oddone sobre cuál es la mejor manera de nombrar a las personas mayores. * “Yo digo que soy una persona vieja, pero no critico a los que nos llaman de otra manera. Pero fíjese que la palabra ‘joven’ es una palabra muy valorada, a pesar de que los jóvenes tengan muchos problemas. En cambio la palabra viejo no está bien vista”. ------ * El desafío de la diversidad en el envejecimiento * https://www.flacso.org.ar/noticias/el-desafio-de-la-diversidad-en-el-envejecimiento-en-america-latina/ ------ Julieta Oddone: «Las sociedades ignoran el deseo de máxima expectativa humana cuando invisibilizan a las personas mayores» * https://www.fcedu.uner.edu.ar/medianayterceraedad/?p=4199 * De manera reflexiva, Oddone consideró: “Las sociedades actuales quieren y desean llegar al máximo posible de expectativa humana: los centenarios. Sabemos que en no demasiado tiempo los viejos seremos bastante más que los niños, más allá de la actual circunstancia que nos impone la pandemia y que de alguna manera va a modificar las expectativas de vida de las sociedades”. En paralelo, las mismas sociedades ignoran el deseo de máxima expectativa humana cuando invisibilizan a las personas mayores y no les permiten ejercer muchos de los roles y derechos que son de su competencia. * Asimismo graficó: “El mercado laboral se considera envejecido cuando tiene más de un 27 al 30 por ciento de personas mayores de 45 años. Y las personas que transitan entre los 45 a 50 años tienen muchas dificultades para reingresar al mercado laboral o cambiar de empleo porque hay mucho mito y prejuicio en relación a la vejez, al envejecimiento de ese grupo de trabajadores que para las empresas ya no pueden y son quienes tienen gran capacidad para el trabajo”. * A la hora de eliminar el viejismo y la discriminación, Oddone hizo mención a los organismos del Estado argentino, siendo nuestro país el primero en llevar a las Naciones Unidas los derechos de la ancianidad en 1948. Además, la primera Asamblea Mundial del Envejecimiento en 1982 levantó los derechos de la ancianidad en su carta inicial, como el primer país que denotó la situación de las personas mayores. * A manera de conclusión afirmó: “Las sociedades actuales en el mundo globalizado tienden a discriminar a las personas mayores en función de los mitos y prejuicios y del propio mercado del trabajo”. En este aspecto las leyes de flexibilización laboral y de robótica juegan en contra de los trabajadores de mayor edad. ----- SEGUIR EXPLORANDO * Directora de: Envejecimiento y Sociedad- Facultad de Ciencias Sociales UBA- INTEGRANTES * https://envejecimientoysociedad.wordpress.com/integrantes/ * Gustavo Mariluz Licenciado en Sociología. Doctorando en el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires; título de la tésis: «Representaciones Sociales sobre la vejez en las comunidades originarias del ámbito urbano de Buenos Aires». Magister en Política Social, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Posgrado» La temática gerontológica y la investigación sobre ancianidad en la Argentina» FLACSO. Docente Ayudante de primera en la Carrera de Sociología y del Centro Universitario Devoto. Docente invitado en la materia de Odontogeriatría de la Universidad de El Salvador, materia: «Introducción a la Sociología del Envejecimiento». Docente de la Escuela de Recreación para la Vejez del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Materia. «Dimensiones de la Sociología del Envejecimiento». Miembro del Equipo Técnico Asesor en Políticas Sociales (ETAPS) de la Controladuría General Comunal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Oficina del Ombudsman Adjunto de la Ciudad de Buenos Aires. Coordinador del curso “Cuidadores domiciliarios de baja complejidad con especialización en gerontología”. Dictado en el Servicio de Empleo de la Asociación del Personal Legislativo. Últimas publicaciones: Esa extraña dama, reflexiones sobre la muerte (2008), El curso de la vida y el paradigma del curso de la vida (2009), Estado, Política y Vejez. La política social para la tercera edad en Argentina desde el Virreynato hasta el año 2000 (2009), Educación y Vejez (2009), Sociología del envejecimiento (2010). PERFIL LABORAL: Investigador social en el área de políticas sociales, especialidad gerontología social. Diseñador y evaluador de políticas sociales. Docente universitario. Área académica: Sociología Política. * Fernando Rada Schultze Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Licenciado en Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Especialista en Planificación, Gestión y Elaboración de las Políticas Sociales por la misma universidad. Magister en Políticas Sociales en la Fac.Cs. Sociales UBA, cuya tesis versó sobre la participación de los mayores en los movimientos sociales. ------ * Programa Envejecimiento y Sociedad - Maria Julieta Oddone * https://www.youtube.com/watch?v=0ls9QkCENfg