Maria Luisa Bemberg * http://revistabordes.unpaz.edu.ar/la-urdimbre-y-la-trama/ * MARÍA LUISA BEMBERG- LA URDIMBRE Y LA TRAMA- 14 abril, 2021 Artículos * Por Julia Kratje (UBA/CONICET) y Marcela Visconti (UBA) * El 14 de abril de 1922 nacía María Luisa Bemberg, directora de cine recordada por películas como Camila (1984), Miss Mary (1986) y Yo, la peor de todas (1990) y una de las fundadoras de la Unión Feminista Argentina. A través de los años, Bemberg se ha convertido en una pieza clave en las genealogías feministas, por su trayectoria política y su insistencia sobre la emancipación de las mujeres en su poética cinematográfica. Como forma de celebración de esta efeméride, Bordes publica un extracto de las palabras de apertura del libro El asombro y la audacia. El cine de María Luisa Bemberg, compilado por Julia Kratje y Marcela Visconti, en donde a través de relatos, entrevistas y reflexiones se presentan algunas dimensiones de la directora, de su trabajo y sus ideas. * “La mujer” es el título de los números 326, 327 y 328 de la revista Sur, de septiembre de 1970 a junio de 1971, que Victoria Ocampo encabeza con una dedicatoria: “A la memoria de mi antepasada guaraní, Águeda, y de mi amiga inglesa, Virginia Woolf”. En “La trastienda de la historia”, ella cuenta que hacía años, desde que apareció la revista, deseaba publicar un homenaje “a la mujer”. Pero, por una cosa o por otra, fue dejándolo “para más adelante”. Cada vez que hablaba del proyecto con los hombres que compartían las tareas editoriales, sobrevenía algún inconveniente. Hasta que, por fin, pudo concretarse a pesar de las reticencias, de la indiferencia, incluso de las ironías de muchos críticos que no lo tomaban en serio, que les parecía irrelevante, que abiertamente o por lo bajo, en la penumbra de sus prejuicios, desviaban la atención. * Además de una rigurosa encuesta a setenta y cuatro mujeres de la Argentina, Victoria Ocampo formula ocho preguntas a escritoras, actrices, mujeres de la ciencia, de las artes, del trabajo social y del periodismo. María Luisa Bemberg fue una de las entrevistadas, junto a Norma Aleandro, Norah Borges, Amelia Bence, Silvina Bullrich, Alejandra Pizarnik, Beatriz Guido, Delia Garcés y Tita Merello, entre otras. “Sí. Fui educada para ser exclusivamente esposa y madre”, contesta Bemberg, quien había fantaseado, en otras circunstancias, con hacer una revista feminista. “La sociedad actual necesita una reforma, pero solo beneficiará a la mujer en la medida en que ella participe de esa reforma”. Ante la pregunta por si cree necesaria la educación sexual, responde: “Indispensable para de-mistificar la tan mentada virginidad”. Años después dirá que “es una discriminación inadmisible que una mujer no pueda tener el control de la natalidad”. En la encuesta de Sur, también afirma: “La mujer debe tomar conciencia de la ‘condición femenina’, o sea del estado de dependencia política, social y económica en que se encuentra. El primer paso para lograr un cambio es desear ese cambio”. En aquel momento, Bemberg transitaba cerca de los cincuenta años, terminaba de escribir un guion y estaba a punto de empezar a filmar su primer cortometraje. Poco antes, había fundado, junto a otras mujeres, la Unión Feminista Argentina. * Cuando terminó de escribir el último capítulo de Tres guineas, en abril de 1938, Virginia Woolf expresó: “Mis propios amigos me han puesto en cuarentena. (…) ¿Y qué hay con eso? En cierto modo es un alivio. Creo que fundamentalmente me he mantenido siempre al margen. Mi mejor trabajo y mi ánimo más exaltado los consigo al encontrarme con la espalda contra la pared. Aunque no deja de ser una rara sensación la de escribir acorralada; y es difícil despreciar por completo la corriente. Cosa que naturalmente intento”. Silencio y soledad para pensar y para escribir. “¿Qué hubiera hecho yo con niños agarrados a mi falda, mientras estoy tratando de encontrar una rima?”, le hará decir María Luisa Bemberg –para quien sentarse a escribir en su cuarto propio era una condición necesaria, una declaración de principios–, a Juana Inés de la Cruz, la monja y poeta cuyo carácter transgresor y autodidacta comparte. Una mujer deslumbrante, inteligente, audaz, que por su vocación rechaza la domesticidad del matrimonio y la maternidad, y así, como dice la cineasta, “se adelanta trescientos años a Virginia Woolf”. Tomando las palabras de Victoria Ocampo para hablar de esa mezcla de estridente tono femenino y de aguda inquietud feminista, podríamos apuntar que este libro también fue “escrito en semifusas”, al calor de un deseo por hilvanar con palabras y con imágenes un homenaje a la obra y a la vida de María Luisa Bemberg. ----- SEGUIR LEYENDO