Marta Oyhanarte ee.jpg Marta Oyhanarte es abogada recibida con Diploma de Honor en la Universidad de Buenos Aires. Mediadora, Registro Número 32, Ministerio de Justicia de la Nación.

Fue Subsecretaria para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación (2003-2009) y Directora Nacional del Proyecto PNUD ARG04/007: “Auditoría Ciudadana: Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios” (2003-2009) (www.auditoriaciudadana.com.ar) Legisladora de la Ciudad de Buenos Aires (1997-2000 y 2000-2003), Directora del Centro para la Participación y el Control Ciudadano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (1996-1997) y cofundadora y presidente de Poder Ciudadano (1989-1995).

Entre los años 2009 a 20018 integró el Comité de Expertos en Administración Pública (CEPA) del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (2009-2013) y Consultora asociada de GLOCAL, organización dedicada al diseño e implementación de procesos participativos y de gestión y transferencia del conocimiento.

Ha publicado varios libros y artículos sobre los temas de referencia.

Lo que no dice el currículum es que Marta es una persona muy buena gente. Es de quellas personas que yo llamo de "alta gama". Generosa, activa y comprometida con la causa de la democracia y las instituciones democráticas. Aplica su inteligencia, curiosidad y creatividad a variedad de tópicos, dentro de los cuales incluyo la familia, amigos, deporte, cultura (la música es todo un tema), viajes y el buen vivir en general. Admiro profundamente su honestidad y capacidad de disfrute y de compartir aquello en lo que cree. Me alegra cuando lo escribe. Sobre todo, insisto, me encanta su capacidad creativa y literaria. MercedesJones


ALGUNAS MUESTRAS DE LA CREATIVIDAD LITERARIA DE MARTA

MARTA ESCRIBIÓ SOBRE QUINO A RAÍZ DE SU MUERTE PUBLICADO EN INFOBAE https://www.infobae.com/opinion/2020/10/05/quino/

Falleció el 30 de septiembre de 2020

Quino

Naciste Joaquin Salvador Lavado. Creciste lavado de malicia, lavado de arrogancia, lavado de hipocresía, lavado de soberbia.

Y fuiste salvador cuando nos aburríamos, salvador cuando buscábamos la palabra justa para nuestra insolencia, salvador cuando nos tirabas un hilo de esperanza, salvador cuando nos arrancabas una carcajada.

Salvadores, lavados de toda mugre fueron tus hijos Mafalda, Guille, Felipe, Libertad, Manolito, Miguelito, Susanita y qué decir, esos entrañables y sobrepasados padres que tanto nos hacían reir con sus gestos de desconcierto.

De Mafalda aprendimos la rebeldía contestataria en tiempos de oscuridad y de tus otros hijos, que fueron nuestros hermanos, las variopinta pero nobles naturalezas humanas.

Con todos en algún momento nos identificamos, con todos nos conmovimos y con todos nos regocijamos.

Naciste Joaquín Salvador Lavado. El Joaquín se achicó para que todos te recordemos como Quino, ese niño grande que tanto vamos a extrañar.


Marta Oyhanarte-COMPARTE CUENTOS

https://www.zendalibros.com/harrison-bergeron-cuento-kurt-vonnegut/

Marta Oyhanarte CUENTA CUENTOS Podemos poner algo aquí del Mundial de Escritura con link a la página: https://www.mundialdeescritura.com/Historia.aspx

Describan el lugar en el que se imaginan que estarán viviendo dentro de diez, veinte o treinta años. Pueden escribir un texto realista o llevarlo más por el lado de la ciencia ficción o literatura fantástica.

¿Por dónde ir al futuro?

Las pestes fueron mencionadas en el comienzo de la Ilíada como el castigo que el Dios Apolo enviaba desde el cielo en forma de lluvia de flechas. Los siglos posteriores sufrieron la peste negra, la peste bubónica, el cólera, la gripe española y muchas otras. Tan diferentes y tan parecidas al coronavirus que hoy nos invade, atemoriza y arroja a un mañana que, de tan incierto, nos hace pensar que moriremos todos si no construimos pronto una moderna arca de Noé. Tomamos conciencia de que el sistema global es frágil. Que los años 2020 y 2021 tienen muchos años “adentro”. Que la tierra, quizá sea un sistema autoregulado y, si seguimos utilizándolo sin respeto a la naturaleza, puede declararnos a nosotros, poderosos humanos, prescindibles. Que lo imposible puede ocurrir rápido. Que tenemos que hacer algo ya.

Las pandemias no impidieron el Renacimiento, la Ilustración, la Revolución Francesa, la Revolución Industrial ni impedirá la Era Exponencial que ya estamos transitando. Lo cuenta la historia, que también nos interpela para que, una vez más y como nunca antes, aprendamos a experimentar, a adaptar y a aprender a crear espacios reales y virtuales dedicados a la innovación y desarrollo de nuevas ideas para este tiempo de incertidumbres que se nos presenta volátil, incierto, complejo y ambiguo A transformarnos para transformar. A redescubrir que hay en los seres humanos más cosas dignas de admiración que de desprecio. A soñar un futuro mejor para todos, y luego vivir ese sueño intensamente.

Soy el futuro de mis bisabuelos. De los que vinieron del Piamonte, tierra de montañas, de valles amplios y pintorescos. De los que llegaron de los Pirineos franceses, de esa ciudad amurallada que alguna vez arrasaron sus vecinos españoles. De la que galopó libre, con corona de plumas invadiendo fortines. Todos ellos fueron, a su vez, el futuro de quienes los precedieron. ¿Cómo llegaron acá? ¿De quién escapaban? ¿A qué temían? Pusieron el alma en proa y marcharon a construir un porvenir mejor.

Mis hijos y sus hijos, y los hijos de los hijos son mi futuro. Con ellos podemos generar nuevas memorias, y transformarnos para transformar. Desde el futuro hacia el presente. Desde el desasosiego hacia la certeza de que lo que vendrá pertenece a quienes pueden imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo. Sueño futuros, porque es allí donde he de pasar el resto de mi vida. Me acompañan íntimos talismanes, mi universo. Y los libros, que leo y me leen. Los que me hablan de historia y prehistoria. Los que me cuentan lo que pasó y los que me ayudan a imaginar lo que vendrá. Los que me narran eras, revoluciones, etapas y pestes. Los que me acercan a quienes fueron mis ancestros y los de aquel y de aquel otro. El tiempo nos atraviesa y sigue su curso. Tiempo que vuela o tiempo que permanece ¿Por dónde ir al futuro? Preguntemos al ayer, interpretemos el hoy. Porque hoy es mañana. Saltemos al después con nuestros sueños al hombro. Apuremos el paso porque “no hay más tiempo, salvo para ser felíz”, lo dijo Camus.

Posen el dedo sobre un punto cualquiera de un mapa con los ojos cerrados y escriban un texto sobre el lugar que les tocó. Pueden hacerlo investigándolo o imaginándolo.

Un país inteligente Juego con un globo terráqueo mientras escucho una sonata de Mozart. ¡Se ve tan chico el mundo entre mis manos! Imagino lo que pueda estar ocurriendo en cada uno de los países que acaricio. En una ciudad. En una casa. En una habitación. ¿En cuántos lugares, en este momento, se estará disfrutando de una maravilla similar? ¿En cuántos lugares la muerte, el odio, el desprecio estarán ultrajando la condición humana? Todo lo bueno y lo malo contenido en esa pequeña pelota dibujada con formas familiares o extrañas que hago rodar. Cierro los ojos., giro el planeta al compás de la música. El piano se detiene, mis manos también. Mi dedo índice quedó apoyado en medio de dos pequeñas islas. Leo: Nueva Zelanda. He leído algunas cosas sobre ese país, Voy a investigar un poco más. La computadora, unas enciclopedias, algunos libros de historia van desplegando ante mí lo que decido llamar: Un país inteligente.

¿Se puede medir la inteligencia de un país? Sí. ¿Es la suma de la inteligencia de sus habitantes? No. Un país es inteligente cuando quienes lo pueblan han sabido organizar su vida pública, es decir, han sabido desarrollar capital institucional. Los datos que recopilo, las imágenes, van deslumbrándome. Dos islas situadas entre las latitudes de Rosario y Comodoro Rivadavia que suman 270.000 Km cuadrados (10% del tamaño de Argentina) y se extienden, principalmente, entre cerros y montañas albergando 3,8 millones de habitantes (también el 10% de Argentina) de los cuales el 75% es de origen europeo, 15% maorí, 5% asiático y 5% de otros pueblos polinesios. El 85 % de la población vive en áreas urbanas. Los índices más significativos del país son: 40.000 dólares PBI per cápita, 3% de inflación, 4,5 % de desempleo y 0 de pobreza extrema.. De acuerdo al índice de percepción de la corrupción de Transparency International, es el país del mundo con menos corrupción. Los conceptos de inclusión social, equidad, justicia, reconocimiento de minorías, educación óptima y respeto por los derechos humanos son parte de los valores compartidos por el conjunto de la sociedad.

¿Nueva Zelandia gozó siempre de esta calidad? No. Sufrió una notoria decadencia desde el fin de la segunda guerra mundial hasta su recuperación. Cuando Gran Bretaña ingresó en 1973 a la Comunidad Europea, los neozelandeses comprendieron que debían fijar la mirada en quienes son sus vecinos más próximos, los países del Asia-Pacífico. Pocos años después, la crisis internacional del petróleo sumó una nueva inquietud, pero Nueva Zelandia demoró las innovaciones hasta 1984 cuando, en medio de una crisis financiera y en coincidencia con elecciones generales, su clase dirigente imprimió un giro drástico a la organización sociopolítica del país: realizó una profunda reestructuración y apertura económica, modificó el antiguo sistema electoral de mayoría relativa -el ganador se lleva todo-, que había sido usado por más de un siglo, a favor de la representación proporcional mixta similar a la practicada en Alemania y apresuró el reconocimiento de los reclamos históricos del pueblo maorí a través de una Corte especial, The Waitangi Tribunal. A partir de allí, en un par de décadas, Nueva Zelandia abrazó otro destino. Las reformas fueron sostenidas y profundizadas por los distintos partidos y alianzas en el gobierno en el marco de un enorme impulso a la modernización del Estado que permitió ordenar la vida pública y hacer ágiles, transparentes y previsibles a sus instituciones. La ciudadanía, a su vez, se acopló al cambio y respeta las reglas de juego impositivas, laborales, ambientales, de tránsito.

Actualmente, esta monarquía constitucional con sistema parlamentario de gobierno, que integra la Mancomunidad Británica de Naciones desde 1840, es uno de los países más pequeños y nuevos de la región Asia-Pacífico. Hace una generación atrás Nueva Zelandia no se veía a sí misma como parte de esa región, hoy, con orgullo, se siente parte de ella. Sus relaciones más fuertes están allí. Y su futuro, también. El Informe Mundial de Competitividad de 2018 del Foro Económico Mundial, Davos, la calificó como la décimo octava economía más competitiva de los 140 países que se analizan y tercera en calidad de gobierno. Los neozelandeses, intuitivos y pragmáticos, explican que el resultado puede parecer milagroso pero el procedimiento utilizado para alcanzarlo poco tiene que ver con los milagros y mucho con el trabajo, el compromiso, la confianza, la disciplina y el cumplimiento de las normas.

Nueva Zelandia y Argentina son países compañeros en el hemisferio sur, se caracterizan por ser economías basadas en productos primarios y fuerte capacidad exportadora, tienen grandes sectores de servicios asentados en poblaciones urbanizadas, poseen una importante capacidad de manufactura, y una buena infraestructura en ciencias, tecnología y educación. Tienen el privilegio de gozar de bellos y variados paisajes y de estar habitados por gran cantidad de personas nobles y creativas. Sin embargo, los exponentes que hacen a la calidad de vida, difieren profundamente. Aún sabiendo que es imprescindible evitar la ingenuidad de creer que experiencias exitosas en un país pueden ser automáticamente replicables en otros, ¿qué misterio marca tanta distancia? La clave oculta es el capital institucional de ese país tan pequeño en término real y tan grande en inteligencia colectiva. Suena el Requiem. Me enjugo una lágrima.


Itaca Como el Quijote, esta mañana, por una puerta falsa salí al campo. En el escape, pudo más mi locura que otra razón. El rocío daba un brillo especial a cada hoja de pasto; más allá la escarcha derritiéndose por la tibieza de un sol tenue mutaba su blancura en destellos de rojo, naranja, amarillo, verde, añil, azul, violeta… y un arco iris se iba armando a la distancia. Dicen que en cada extremo hay enterrado un tesoro. Iré a buscarlo!

¿Hacia la derecha? ¿Hacia la izquierda? Dudo. Decido correr hacia la izquierda. Resbalo. Caigo. Me levanto. Sigo corriendo. Las franjas de colores comienzan a diluirse, a mezclarse. Todo el cielo muta a una paleta de tonalidad nueva, nunca vista. Se esfuman los extremos del arco. Y ahora… ¿qué dirección tomar? A lo lejos, como marcando el horizonte, una sombra gris va tomando la forma de un molino de viento, después otro, y otro. Se disuelve el pasto, el suelo ahora es tierra seca y rugosa. Sigo corriendo hacia los molinos que, de pronto, desaparecen detrás de una nube baja. Trepo a un montículo de tierra que va convirtiéndose en pantano. Logro salir. Me quito la ropa embarrada. Vuelven a verse los molinos. Reaparece el arco iris y me doy cuenta de que he llegado a ese punto exacto que me puede conducir al tesoro.

Giro movida por una fuerza extraña, perforo la superficie con mi cuerpo -que ya no pesa- y voy descendiendo, descendiendo. Desfilo por espacios que se angostan, se ensanchan, cambian de temperatura, de forma. Rozo superficies de texturas suaves algunas, ásperas otras. Brisas acariciantes, vientos huracanados y después, total oscuridad. Floto. Me bamboleo. Vuelve a aclarar. Una niebla pegajosa me envuelve. Fatigada, cierro los ojos y cuando los abro advierto que estoy sobre una nube. Miro hacia abajo.

Veo formaciones rocosas, amarronadas, que contrastan con un maravilloso mar azul y transparente que las rodea. Me siento liviana y privilegiada por esa visión. Este no puede ser sino el lugar del tesoro oculto. Son islas que imagino surgidas del sol y del fuego, como Apolo. Se escuchan cantos de enorme dulzura y musicalidad, deben ser sirenas, las que hechizaron a Ulises. Me acerco a la playa, y levanto un trozo de roca en la que creo adivinar la forma de una cara. ¿Cuándo se formó? ¿La habrá visto Cervantes cuando pasó por acá camino a Lepanto? La piedra lo vio porque esos ojos modelados por los siglos parecen guardar los secretos de todos los tiempos.

Abrazo la piedra y la llevo conmigo. Vuelvo a la nube. No muy lejos se divisa una isla montañosa. Su belleza me encandila. ¿Itaca? Me atrae la posibilidad de llegar allí. Salto de nube en nube. No tengo miedo a que aparezcan seres coléricos en el camino.

Me acerco pero recuerdo al poeta (*) que dijo que al emprender el viaje hacia ese lugar cuidemos que sea largo; recorramos antes puertos nunca vistos, vivamos incontables aventuras y aprendamos, aprendamos de los sabios. Me repliego, vuelvo a la nube y en ella al campo desde donde inicié mi búsqueda esta mañana. Llevo la maravillosa visión de Itaca en mi mente y la piedra en mis brazos. Trataré de que mi viaje dure muchos años. Cuando regrese acá depositaré la piedra en la costa para que siga acumulando secretos.


MUNDIAL DE ESCRITURA 3- NOVIEMBRE 2022 MUNDIAL DE ESCRITURA 3. Dia 1

CONSIGNA: La consigna: un texto donde cuentes algo con animales, reales o imaginarios, tu vínculo con tu mascota...La leí esta mañana y me agarré la cabeza. A mí con animales! con mi mascota!... Bueno, ..anoche vi en el Colón Pescadores de Perlas...y me salió esto.

Creo que lo oigo otra vez. ¡Oh recuerdo encantador! Aún resuenan en mi cuerpo estremecido los acordes y la letra que Bizet nos entrega en Los Pescadores de Perlas.(ESCUCHAR EN: https://www.youtube.com/watch?v=zJ_Nsm-Y7RU O SI PREFIEREN ESTE DUETO: https://www.youtube.com/watch?v=p2MwnHpLV48) Reflexionando sobre esta obra maravillosa que acabo de ver y escuchar llego a mi casa. Pienso en las grandes óperas que aún escenificadas en clave de actualidad, mantienen en sus melodías la exuberancia de climas musicales que, se trate de drama, romance o humor nos remiten a la esencia del alma humana, así tengan cien, doscientos o más años… Abro la puerta y me recibe Yopa, saltarín y contento; lo abrazo, mueve la cola. Todo está oscuro; qué extraño, creí haber dejado alguna luz encendida. Un tenue haz de claridad se filtra por la ventana. Presiono un par de perillas y nada, sigue la penumbra. Miro a Yopa con gesto de resignación y él me devuelve una mirada tierna. Camino a tientas.

De repente, un relámpago. Yopa se sobresalta. Otro relámpago me permite distinguir que el lugar está vacío. ¿Dónde están mis muebles, dónde están mis cosas? Un estruendo y un rayo me paralizan. Una espiral de colores se alza desde el piso y va ascendiendo. Una figura familiar parece enredada en ese arcoíris. Extiendo mis brazos para tratar de tocarla. Me parece entrever que me mira y sonríe. Se desvanece y, en su lugar, un polvo grisáceo flota, son cenizas que se esparcen y caen livianas.

Yopa tiembla, yo lo acaricio. Un destello claro atraviesa el espacio. Una sombra fantasmal copia a Bizet y canta: -Sigue soñando, velo por ti! Alcanzo a distinguir una mirada triste en esta sombra; detrás de ella diviso un abismo. Caen más cenizas. Hurgo en la oscuridad. Suena un trueno estremecedor. Ahora tiemblo yo, Yopa ladra. Un resplandor, una sombra bailarina y cenizas. Un destello, una sombra desafiante y cenizas. Y otro, y otra…y más cenizas que siguen cayendo. Muchas sombras fantasmales se saludan, se abrazan, se entremezclan.

Un nuevo fulgor me permite ver que ha quedado en pie el gran espejo que cubre la pared del fondo de la habitación. Me acerco, con Yopa a mi lado; ve su imagen reflejada y salta contento. Las figuras fantasmales no aparecen. El espejo no las ve. Creo entender: ¡están muertos¡ Son muertos. Un nuevo fulgor y cenizas que caen forman montículos al lado de Yopa, que ladra y ladra mientras una niebla espesa va cubriendo el lugar. Sigo temblando.

Suena el despertador. El sobresalto de mi cuerpo sirve para liberar la tensión de la noche. Fue un sueño nomás, pienso. Me desperezo. Yopa entra y se acurruca a mi lado. Nos mimamos. Salgo de la cama. Estiro brazos y piernas. Canturreo: -Creo que lo oigo otra vez. ¡Oh recuerdo encantador!…me acerco al espejo, Yopa conmigo…su imagen me enternece, busco la mía; abro bien los ojos, hago una mueca, resoplo con fuerza, muevo los brazos…no aparezco, el espejo no me ve… enciendo más luces…abro la ventana… el espejo no me ve! Un fucilazo brama en silencio. Se forman chispas, espirales y volutas de humo. Escucho a lo lejos alguien que canta: -Sigue soñando, velo por ti! Sigue soñando, velo por ti! Comienzan a caer cenizas que forman un montículo gris. Yopa se acuesta sobre ellas y llora.


MUNDIAL DE ESCRITURA 3. Dia 2 Sabiduría, Esperanza y Paz

Mi hija Paz invitó a Sofiya y a Nadya a pasar el día en nuestra casa. Sofiya es ucraniana. Nadya es rusa. Ambas escaparon de la guerra con sus respectivas familias y están viviendo desde hace pocas semanas en Argentina. Ingresaron a la misma escuela del barrio a la que concurre Paz. Las tres están en cuarto grado.

Mientras organizo mi trabajo del día las veo jugar. Tienen dificultades con el idioma, pero se entienden. Les acerco una laptop y le explico a Paz cómo usar un programa que las ayude en la traducción. El ruso y el ucraniano son idiomas muy parecidos, con uno u otro y el español van a poder dialogar. Creo que entendieron las tres. Les gusta la idea.

Se acomodan en el piso sentándose sobre unos almohadones. Con un gesto les digo que si necesitan ayuda me llamen. Sigo redactando un artículo sobre la guerra: “Nunca es sencillo ponerse en el lugar de los que sufren algo que uno no sufre. Tratemos de imaginar, por un momento, que nosotros, nuestras familias, amigos y vecinos, debamos abandonar nuestras casas, escondernos en túneles del subterráneo, correr hacia algún lugar que quizá nos libre de ser carne de misiles y bombas, sentir que abrazamos a un ser querido por última vez, tener hambre, asco, miedo. Matar para que no nos maten.”

Escucho a Paz decir mientras escribe: -Me regusta que vengas a jugar a mi casa -Ah, me digo, ¿cómo traducirá el “regusta”? Paz les muestra: Мне нравится, что ты приходишь играть в мой дом Sofiya y Nadya aplauden. En mi computadora compruebo que el traductor entendió bien: -me gusta que estés en mi casa y podamos jugar.

Vuelvo al artículo: “Y no hablamos sólo del actual escenario en Ucrania, lo mismo puede decirse de las numerosas tragedias causadas por la guerra en tantos y diversos países del planeta como Irak, Siria, Afganistán, Sudán, Etiopía o Yemén, por solo citaralgunos de los lugares donde millones de personas intentan sobrevivir, mientras padecen lo indecible. La humanidad ha sufrido estos enfrentamientos por miles de años y, lamentablemente, no ha logrado aún aprender a impedirlos”. Paz sin signos de puntuación escribe: -Tengo muchos juguetes que podemos compartir de princesas rompecabezas libros y todas esas cosas.

Les muestra el resultado: У меня есть много игрушек, которыми мы можем поделиться, от пазлов про принцесс до книг и тому подобного. Sofiya y Nadya aplauden. Siguen: -Tenés juguetes en tu casa de Rusia? -Есть ли у вас в русском доме игрушки? Tenés juguetes en la casa de ucrania? Чи є у вас в українській хаті іграшки?

Nadya, aferrrada a un osito de peluche al que también trajo a “pasar el día” escribe: У меня было много игрушек, но мне пришлось отдать их, чтобы прийти сюда. Я остался наедине с этим плюшевым мишкой, который живет со мной.

Paz lee: -Tenía muchos juguetes pero los tuve que regalar para venir acá me quedé solo con este osito de peluche que vive conmigo.

Sofiya, llorando, escribe: Да, но они все сломались, когда бомба упала на мойдом. Мой щенок тоже умер. Папа, мама и я крепко обнялись и смогли выбраться через дыру, проделанную в стене. у меня нет игрушек

Paz lee con dificultad la traducción y también llora: -Si, pero se rompieron todos cuando cayó la bomba sobre mi casa también se murió mi perrito papá, mamá y yo nos abrazamos fuerte y pudimos salir por un agujero que se había hecho en la pared. No tengo juguetes.

“Los ciudadanos, hoy más que nunca planetarios, hoy más que nunca obligados a ser sensatos ¿qué podemos hacer? La sensación inicial es de impotencia, de estar sometidos a las decisiones -a menudo irresponsables e incluso delirantes- de quienes ejercen poder.

Sin embargo, hoy contamos con herramientas que nos permiten formas de participación y reclamo poderosas. Las comunicaciones modernas facilitan la expresión de la voluntad coincidente de millones y millones de personas que quieren, en su amplísima mayoría vivir en paz y mejorar sus vidas en un contexto más justo.”

Paz escribe: mi nombre quiere decir paz мое имя означает мир devuelve el traductor. Sofiya y Nadya hacen un gesto de asombro.

Busco en mi computadora el significado del nombre Sofiya en ucraniano: Мудрость Sabiduría. El de Nadya en ruso, Надеяться: Esperanza. Redacto el final del artículo: “Con sólo respirar un ser produce modificaciones en el universo. Imaginemos cuánto más podemos lograr miles, millones de seres pensantes y hablantes que nos sabemos capaces de soñar un mundo mejor y que estamos dispuestos a vivir ese sueño”.

Me acerco a ellas, con lágrimas en los ojos abrazo a las tres. Sabiduría, Esperanza y Paz. Pilares para un mundo mejor.

Los párrafos entrecomillados son parte de un artículo “Ante el horror de la guerra” escrito en coautoría con Alejandro Drucaroff, publicado en Infobae el 7/3/2022


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