La acción política debe considerar tanto sus medios, fines y consecuencias. De este modo, la combinación de una 'ética de la convicción', orientada a los fines, y una 'ética de la responsabilidad', orientada a los medios y consecuencias, resultan en un liderazgo político sólido, que resuelve éticamente el problema de "la violencia legítima en manos de las asociaciones humanas" (Weber 1996: 171). Ver en: http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=S0718-17952009000100002&script=sci_arttext