LA NEBLINA PRECURSORA DE LA ILUMINACIÓN
Hoy, es 30 de junio de 2018, son las 12.24 hs. Hay una franca neblina en la ciudad de Buenos Aires. Mientras que en cada departamento o casa se está mirando el partido entre Argentina y Francia por la copa del mundo…yo estoy trabajando sobre el tema del liderazgo en una torre antigua, en el barrio de Palermo.
Desde mi ventana de un piso 22 miro como la ciudad de Buenos Aires y sus edificios aparecen y desaparecen en una mágica belleza de grises claros pero plenos, que se imponen y la ventana se transforma en una mampara consistente y cerrada. Al segundo, mientras yo escribo, levanto la mirada y me sorprendo con otros grises, más abiertos, que permiten ver algo.
Ver siluetas de edificios, o grises. Nada más. Igual es muy admirable como, en un momento, se abre la nube acogedora y acolchada, que me permiten seguir escribiendo sobre el tema de los nuevos liderazgos, para para dejar ver algunos edificios en tonos marrones, amarillos y blancos que me obligan a relacionar este tema de la neblina y el partido entre Argentina y Francia. Ahora, el reloj de mi computadora marca las 12.37 y hay un gran silencio cerrado y espeso como la neblina.
No sé qué está pasando. Por cábala, por mi propio estrés ante el fracaso o porque no tengo el suficiente espíritu deportivo como para sostener mi atención en el partido, por decisión, no lo estoy mirando.
Todavía no sé, no sabemos, el resultado de la contienda. Pero, yo ya estoy habilitada para relacionar la neblina -que impide ver y por momentos nos obliga a mirar mejor para ver algo- con los acontecimientos sociales que unifican la atención comunitaria en un deporte como el futbol. Estamos jugando en contra de un adversario deportivo, pero pareciera que está en juego nuestra identidad como país, nuestro humor social, y las próximas estrategias políticas, siempre de corto plazo. Más allá del resultado, este tema del futbol y la neblina tiene mucho que ver con nuestra concepción del liderazgo.
Dejo aquí, no sigo con lo del fútbol. Con la neblina de nuevo espesa. Desde la ventana no se ve nada, yo sigo escribiendo sobre los nuevos liderazgos.
Ahora, 1.06 Bemi me dice que “siamo fuori”. Miro por la ventana se ven algunas siluetas un poco más claras.
Quizás es la neblina precursora de la iluminación.