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| * Daniel Braun-Psicoanalista- SOBRE UN CONOCIDO MECANISMO RENEGATORIO https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-217224-2013-04-04.html Copio abajo el artículo. * En su artículo “Ya lo sé, pero aun así”, Octave Mannoni estudia los problemas que nos plantean a los psicoanalistas las creencias: un analizante consulta a un brujo, otro va a un curandero, muchos simplemente leen, con mayor o menor credulidad, los horóscopos. Junto con otros fenómenos más sutiles, las creencias son un tema que nos concierne más fuertemente de lo que aparenta una consideración superficial. En “Fetichismo”, el artículo de 1927, Freud examina la cuestión de la creencia, dando precisión al término verleugnung, que se suele traducir por renegación: cuando el niño descubre que la niña no tiene pene, repudia ese dato de la realidad, para poder conservar su creencia en la existencia del falo materno. Pero esta creencia sólo podrá ser conservada al precio de una transformación radical: la conserva, pero también la abandona, mantiene frente a ella una “actitud dividida”. Una creencia puede, por lo tanto, ser abandonada y conservada a la vez; la Verleugnung del falo materno es el primer modelo de todos los repudios de la realidad y es el origen de todas las creencias que sobreviven al desmentido de la experiencia. Su expresión en el habla, dice Mannoni, ocurre por medio de las llamadas locuciones concesivas: por ejemplo “ya lo sé, pero aun así...”. * Mannoni examina un fragmento de un libro sobre los hopis, un pueblo amerindio, para estudiar su creencia en las máscaras, y las transformaciones que ésta experimenta. Esas máscaras se llaman katcina y son utilizadas por los adultos, en cierta época del año, para engañar a los niños, asustarlos, simular deseo de comerlos. Los niños, aterrorizados, son rescatados por sus madres, que dan a los katcina trozos de carne, a cambio de lo cual los niños reciben de ellos albóndigas de maíz, rojas (piki). El narrador, un hopi, relata que una vez vio a su madre cocinando albóndigas, y que fue grande su conmoción al comprobar que, en lugar del habitual color amarillo del maíz, éstas eran teñidas. “Por la noche no pude comer, y cuando los katcina distribuyeron los regalos, me negué a aceptar el piki que me ofrecían. Sin embargo, el piki que me daban no era rojo, era amarillo. Eso me hizo feliz.” Es decir, el narrador, gracias a la astucia de su madre, conserva la creencia, coexistiendo con el juicio “mamá me engaña”. Más tarde, alrededor de los diez años, atraviesa las ceremonias de iniciación: durante las mismas los adultos, padres y tíos se despojan de las máscaras, revelan su identidad, produciendo de nuevo conmoción en el niño, al ver a sus mayores bailando la danza de los katcina. En especial, gran indignación al ver entre ellos a su propio padre. |
YA LO SÉ, PERO AÚN ASÍ
Daniel Braun-Psicoanalista- SOBRE UN CONOCIDO MECANISMO RENEGATORIO https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-217224-2013-04-04.html Copio abajo el artículo.
- En su artículo “Ya lo sé, pero aun así”, Octave Mannoni estudia los problemas que nos plantean a los psicoanalistas las creencias: un analizante consulta a un brujo, otro va a un curandero, muchos simplemente leen, con mayor o menor credulidad, los horóscopos. Junto con otros fenómenos más sutiles, las creencias son un tema que nos concierne más fuertemente de lo que aparenta una consideración superficial. En “Fetichismo”, el artículo de 1927, Freud examina la cuestión de la creencia, dando precisión al término verleugnung, que se suele traducir por renegación: cuando el niño descubre que la niña no tiene pene, repudia ese dato de la realidad, para poder conservar su creencia en la existencia del falo materno. Pero esta creencia sólo podrá ser conservada al precio de una transformación radical: la conserva, pero también la abandona, mantiene frente a ella una “actitud dividida”. Una creencia puede, por lo tanto, ser abandonada y conservada a la vez; la Verleugnung del falo materno es el primer modelo de todos los repudios de la realidad y es el origen de todas las creencias que sobreviven al desmentido de la experiencia. Su expresión en el habla, dice Mannoni, ocurre por medio de las llamadas locuciones concesivas: por ejemplo “ya lo sé, pero aun así...”.
- Mannoni examina un fragmento de un libro sobre los hopis, un pueblo amerindio, para estudiar su creencia en las máscaras, y las transformaciones que ésta experimenta. Esas máscaras se llaman katcina y son utilizadas por los adultos, en cierta época del año, para engañar a los niños, asustarlos, simular deseo de comerlos. Los niños, aterrorizados, son rescatados por sus madres, que dan a los katcina trozos de carne, a cambio de lo cual los niños reciben de ellos albóndigas de maíz, rojas (piki). El narrador, un hopi, relata que una vez vio a su madre cocinando albóndigas, y que fue grande su conmoción al comprobar que, en lugar del habitual color amarillo del maíz, éstas eran teñidas. “Por la noche no pude comer, y cuando los katcina distribuyeron los regalos, me negué a aceptar el piki que me ofrecían. Sin embargo, el piki que me daban no era rojo, era amarillo. Eso me hizo feliz.” Es decir, el narrador, gracias a la astucia de su madre, conserva la creencia, coexistiendo con el juicio “mamá me engaña”. Más tarde, alrededor de los diez años, atraviesa las ceremonias de iniciación: durante las mismas los adultos, padres y tíos se despojan de las máscaras, revelan su identidad, produciendo de nuevo conmoción en el niño, al ver a sus mayores bailando la danza de los katcina. En especial, gran indignación al ver entre ellos a su propio padre.
