Longevidad Positiva Plus


2022.09.09



2022.08.25

Hace años que tomé conciencia de la revolución de la longevidad y, precisamente en 2006, me impactó mucho un libro de varios autores franceses titulado: "Una vida extra: La longevidad: un privilegio individual, una bomba colectiva". Es un libro que leí varias veces en aquel momento y cada tanto saco de la biblioteca y lo miro muy brevemente. Para tener presente desde donde inicié este camino.

Desde aquel momento, hasta hoy, sueño con vivir en una sociedad donde la vejez sea algo aspiracional, donde se quiera llegar a ser viejo. Donde las personas no vivan con sufrimiento el hecho de cumplir años sino que valoren la longevidad como un logro individual y colectivo. Que podamos preguntarnos en la adultez: ¿qué quiero hacer cuando sea mucho más grande? y nos animemos a explorar el nuevo mapa de la vida, con coraje, espíritu innovador y alegría. Es esto, que decía Michel Onfray, de la tarea de la construcción de uno mismo como obra de arte.

Imagino que vivo en una sociedad donde la madurez y la experiencia son lugares de llegada apreciados por toda la comunidad. Imagino una "Sociedad para Todas las Edades". Una sociedad donde el trinomio atractivo e inseparable de: longevidad, vitalidad y sostenibilidad es promovido y se lo considera un derecho humano fundamental. Una sociedad donde sus integrantes viven cada vez más años -asume esta novedosa situación- y se ocupa de incluir y valorar a las personas mayores. No los excluye por la edad. Tampoco por el género, la elección sexual, el credo, las ideas políticas, el país de origen, o el color de la piel. Una sociedad abierta, diversa y amigable con todos sus integrantes.

Pareciera que vivir mucho es un acto supremo de sabiduría Pero, envejecer bien, tener una buena vejeztud, una buena madurez, no es solamente algo individual es también un hecho colectivo. Envejecer no tendría que costarnos tanto esfuerzo, no tendría que generar tanta confusión, miedo y rechazo. Es urgente y necesario aceptar todos los ciclos de la vida. Valorar todas las edades. Para eso, en 2010, con otras 3 personas comenzamos a promover un movimiento al que luego llamamos: "Viva la Longevidad" con la certeza de que si queremos una sociedad inclusiva y activa promotora de la longevidad tendremos que pensar en una sociedad amigable para todas las edades. Una sociedad que tomará en cuenta todas las situaciones de la diversidad.

Ahora, desde 2019, comencé a dar otra vuelta a la espiral y a avanzar con la idea de construir un nuevo y positivo "paradigma de la longevidad". Creo que para pensar en ese paradigma es necesario ir más allá de las organizaciones, de las redes y de los sistemas, para ubicarnos en un "ecosistema social" que las incluya a todas. El modelo de la longevidad positiva es pensado como un ecosistema que está en construcción e imagino que esta "artesanía de la longevidad" será el eje ordenador de un polo de innovación silver, que trascienda y articule las actividades de la universidad, que incluya las articulaciones estratégicas con agentes de la transformación, que permita conocerse entre las personas que -como yo- estamos explorando y trabajando en esta línea y nos comprometemos con la construcción de una sociedad cuyos valores promuevan una cultura del cuidado, la actividad ciudadana, el propósito y el valor social de las personas mayores. Sueño con mejorar la calidad de nuestra vida y la de nuestra propia vejez. Queda claro que si tengo el privilegio de llegar a ser vieja querría aprender a gestionar mi madurez, para vivir una buena longevidad.