Cuando “no hay ningún viento favorable”
- “PARA el que no sabe a qué puerto se dirige, no hay ningún viento favorable.” Estas palabras, atribuidas a Lucio Anneo Séneca, filósofo romano del siglo primero, confirman una reconocida verdad: se necesitan metas para dar dirección a la vida.
Sin embargo, en muchas ocasiones la vida se convierte en un viaje sin rumbo. Muchas personas se contentan con tan solo evitar los escollos y los remolinos de la vida cotidiana. No tienen un rumbo fijo; son como “las olas del mar que se levantan y agitan según el viento”. (Santiago 1:6, La Nueva Biblia Latinoamérica.) Para esa gente, “no hay ningún viento favorable”.https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1995727
BUEN VIENTO Y BUENA MAR