Agustín Salvia participará del segundo taller.
Perfil Profesional: - Director-Investigador de Proyectos en temas de trabajo, desarrollo humano, pobreza, desigualdad social, inserción social de los jóvenes, estrategias de los hogares y evaluación de políticas sociales. - Profesor Universitario de Grado y Posgrado en Metodología y Técnicas de Investigación Social en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de 3 de Febrero, en FLACSO Argentina y en la Universidad de la República. - Consultor de Organismos Nacionales e Internacionales, Coordinador de Programas de Investigación Aplicada, Extensión, Divulgación y Formación de Recursos Humanos en temas de trabajo, población y condiciones de vida. - Miembro del Consejo Administrativo de la Fundación Cambio Democrático y del Consejo Asesor de la Fundación Integrar.
Actividad Profesional Actual - Investigador Principal CONICET. Desde Diciembre 2014. Cat.: Inv. Titular con funciones de Director-Investigador. Desde 1995. Categoría: I (Ministerio de Educación). Director del Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. - Investigador en jefe y Coordinador general del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina – Programa la Deuda Social Argentina. Universidad Católica Argentina. - Profesor Titular Regular de grado en Metodología de la Investigación Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (Carrera de Sociología y de Ciencias de la Comunicación). - Profesor de Posgrado y Doctorado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y, de Maestría en la Universidad de Bologna/Universidad Tres de Febrero, FLACSO y en la Universidad de la República de Uruguay.
INVITADO PROGRAMA DE RADIO -LUNES 3 DE ABRIL 2023 Los pobres logros del último ciclo de recuperación https://www.perfil.com/noticias/politica/los-pobres-logros-del-ultimo-ciclo-de-recuperacion-por-agustin-salvia.phtml
- Agustín Salvia. Diario Perfil. 02.04.2023
Según datos del Indec, para el segundo semestre de 2022, la pobreza subió al 39,2% y, dentro de ello, la indigencia casi no experimentó cambios importantes, afectando al 8,1% de la población. En buena medida, estos datos no sorprenden si consideramos el régimen inflacionario que afecta a la economía y pega sobre los ingresos de los hogares; aunque cabe señalar que la situación podría ser peor si no hubiese tenido lugar durante 2022 un crecimiento económico con aumento de la demanda agregada de empleos, tanto formales como informales, así como de programas de asistencia social.
Al respecto, hay que tener en cuenta que en realidad el 39,2% y el 8,1% constituyen el promedio de dos trimestres. En el tercer trimestre de 2022, la pobreza fue del 37,8% y el 7,8% de indigencia, mientras que el 4° trimestre, la pobreza escaló al 40,6% y la indigencia al 8,4%. La dinámica es acelerada en términos de ir produciendo un fenómeno de escalonamiento, de aumento de la pobreza, ahora en un contexto no solo inflacionario, sino también de estancamiento y de caída en la demanda de empleo. No solo hay una pérdida creciente del valor real de las remuneraciones, sino también menores oportunidades económicas y fiscales para que los hogares compensen esta caída con más esfuerzos, labores o con políticas sociales. Por lo mismo, los pronósticos para este primer semestre de 2023 permiten inferir que los niveles de pobreza seguirán por arriba del 40%, con la única esperanza de que los desequilibrios macroeconómicos no estallen, dado que, si no, la pobreza podría superar holgadamente el 50%, replicando la crisis 2001-2002.
Pero ¿quiénes caen en la pobreza? ¿Quiénes son los sectores de la sociedad que sufren esta condición de manera sistemática? Son las clases medias bajas de trabajadores de pequeños emprendimientos, pequeños comerciantes, autónomos no profesionales, que experimentan la imposibilidad de ajustar precios y/o salarios en torno a la inflación, y que, al mismo tiempo, experimentan una caída en su nivel de actividad. Es decir, son sectores de la clase media baja los que han pasado a conformar una nueva capa de nuevos pobres en una sociedad en la que la pobreza crónica ha pasado a ser un fenómeno estructural y persistente. Un proceso que no es nuevo, pero ha pasado a constituirse como el signo más representativo de la sociedad argentina contemporánea: una sociedad polarizada, fragmentada, con muy bajos niveles de cohesión e integración social.
Los actuales datos expresan el fin de un ciclo histórico de fracasos de largo aliento
En ese sentido, los actuales datos de pobreza no solo expresan el fin del ciclo de recuperación pospandemia, sino también –a mi juicio– el fin de un ciclo histórico de fracasos de más largo aliento, fundado este en una “mala praxis” por parte de las dirigencias económicas, sociales y políticas, a ambos lados de la grieta ideológica. Durante los últimos cincuenta años, incluidos nuestros cuarenta años de democracia, cada gobierno ha dejado menores tasas de inversión, productividad, empleos plenos, remuneraciones, y, por lo tanto, un piso más alto de pobreza crónica o estructural, con mayor asistencia social, a los fines de mantener al menos la paz social.
La sociedad argentina acumula varias décadas de políticas fallidas en materia de crecimiento sostenido y distribución del ingreso, es por ello por lo que la economía del país no garantiza un crecimiento estable y prolongado de manera sostenible. Nuestras crisis cíclicas son más recurrentes, profundas y prolongadas que entre nuestros vecinos, y sus repuntes, son menores en cantidad y duración que lo logrado por el resto de los países. Con cada una de las nuevas crisis, aumentan los índices de pobreza, a la vez que, con cada período de recuperación, no se recupera el punto de partida. Asimismo, cabe destacar que las crisis dejan marcas de deterioro productivo, social y político que resultan de difícil contabilización estadística. Sin embargo, el resultado es evidente: ciclo tras ciclo, la sociedad argentina viene acumulando una pobreza estructural, crónica y persistente, con brechas de desigualdad creciente que inhiben el crecimiento y ponen barreras a los acuerdos sociales y políticos.
En una de tus intervenciones dijiste Agustín que el problema de la pobreza ha sido y sigue siendo la falta de un crecimiento equilibrado y de una política redistributiva fundada en el desarrollo de capacidades productivas en los sectores más rezagados. Para ello es fundamental, no una lluvia de grandes inversiones, aunque obviamente necesarias, sino la multiplicación de pequeñas, medianas y grandes inversiones fundadas en el ahorro nacional, orientadas a ampliar la dotación de capital tanto productivo como humano y la creación de nuevos puestos de trabajo. ¿Crees que esta es una opción viable para salir de la pobreza o se requieren otro tipo de dispositivos?
- Nuestro pobre crecimiento ha estado fundado principalmente en el consumo y no en la inversión. Ese financiamiento de un consumo subsidiado trae aparejados continuos desequilibrios fiscales o ciclos de endeudamiento internos o externos sin capacidades económicas para cubrir tales deudas. Todo lo cual termina derivando en más inflación, inestabilidad monetaria, menor inversión, mayor informalidad laboral y aumento de la pobreza y de la desigualdad social.
* Director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (ODSA-UCA). Investigador principal UBA-Conicet.
- Desafíos del enfoque de los derechos humanos y del desarrollo en la lucha contra la pobreza. Aportes al debate desde las Ciencias Sociales- (Documento elaborado para el Departamento de Pobreza y Derechos Humanos de UNESCO – Febrero de 2007)
- Agustín Salvia-Eduardo Lépore
Paralelamente, Agustín, vos llamás la atención sobre el hecho de que la mayor parte de los esfuerzos académicos, de organismos internacionales, e incluso de las agencias gubernamentales han estado puestos en el acto de medir la pobreza, y son escasos los esfuerzos encaminados a identificar los determinantes de la pobreza. ¿Cuáles serían aquellos determinantes de la pobreza que vos destacarías en este momento para la Argentina?
En la presentación del Índice de este año hubo varias preguntas y una me resultó particularmente interesante porque desde una perspectiva federal indagaba sobre las provincias con mayores índice de pobreza y yo te pregunto: Elegí una sola de ellas y decinos según tu perspectiva ¿cuáles son las posibilidades de reducir la pobreza? ¿Qué dispositivos se podrían aplicar?
- Resulta difícil de entender que pueda asumirse el desafío de desarrollar acciones de lucha contra la pobreza sin estudios detallados acerca de los factores que la provocan, e identificar, entre ellos, los que deben objeto de corrección a través de políticas públicas.
- Según la visión finalmente predominante, la pobreza fue consignada como sinónimo de denegación de opciones y oportunidades fundamentales del desarrollo humano: vivir una vida larga, sana y creativa y disfrutar de un nivel decente de vida, libertad, dignidad, respeto por sí mismo y de los demás (PNUD, 1997).
- La fábrica de pobres
- HAY QUE DEJAR DE DARLES TANTA IMPORTANCIA A LOS INFORMES SOBRE POBREZA DE LA UCA. SON OPORTUNISTAS, POCO CONSISTENTES Y, DESDE LA RECUPERACIÓN DEL INDEC, INNECESARIOS.
- Por HERNÁN IGLESIAS ILLA
- 25 de febrero de 2024
- En cambio, fue comunicado como un dato firme (a pesar de que la UCA dio pocos detalles sobre sus métodos) y replicado de esa manera por los medios y parte de la política. Perdón que insista con la tapa de La Nación del domingo, pero “Dramático salto de la pobreza: llegó al 57,4%, el nivel más alto en 20 años” es un título demasiado asertivo para el rigor y la consistencia del estudio, sobre todo cuando el propio informe se define a sí mismo como una “simulación”
- ¿OPORTUNISMO POLÍTICO?
- Por eso, en una entrevista con Luis Majul el lunes pasado, aclaró, como atajándose: “Estas estimaciones las hemos hecho en los distintos gobiernos. Somos un observatorio de la deuda social, lo lamento”. Y luego agregó: “Lo mismo [hicimos] con Cristina de Kirchner cuando en 2014 viene la devaluación y actualizamos la cifra de pobreza después de la devaluación. Y lo mismo ocurrió en 2016, cuando terminó la devaluación de Macri y actualizamos por la devaluación”. La razón de la filmina extra de este nuevo informe, explica Salvia en sus entrevistas, es actualizar sus conclusiones sobre 2023 a la situación post-devaluación de diciembre pasado. Nada novedoso, según Salvia: lo mismo, dice, había hecho en 2014 y 2016.
- LA UCA Y EL INDEC
- La UCA termina gastando una fortuna en encuestas y equipos para después buscar repercusión con la versión menos robusta y más marketinera de sus investigaciones.
El INDEC releva más de 20.000 hogares en todo el país, la UCA unos 6.000. El INDEC encuesta todo el año (por eso se llama Encuesta Permanente de Hogares) y publica sus datos cuatro veces al año, agrupados en trimestres. La UCA hace una sola encuesta, en cada tercer trimestre. El INDEC publica sus microdatos (es decir, cada respuesta de cada hogar a cada una de las preguntas), la UCA no lo hace. El INDEC publica sus estimaciones de pobreza dos veces por año (en marzo y septiembre), para evitar que las estacionalidades, como el aguinaldo, le empiojen los resultados. La UCA hace a veces cálculos trimestrales, otras veces mensuales, otras veces anuales. El INDEC nunca hace proyecciones o simulaciones: sólo publica resultados basados en sus encuestas. Esto baja mucho su margen de error. La UCA, en cambio, con frecuencia, como la semana pasada, publica simulaciones y proyecciones que tienen mucho más margen de error del que se atreve a admitir. El INDEC, finalmente, es un organismo público, que si es confiable debería ser la única voz relevante sobre estos datos.
- La UCA termina gastando una fortuna en encuestas y equipos para después buscar repercusión con la versión menos robusta y más marketinera de sus investigaciones.
- Me despido con otro pedido: bajemos un poco la obsesión con el índice de pobreza y démosle más bola al crecimiento de la economía, que viene siendo igual de dramático y causa central del aumento de la pobreza. No veo en la tele informes tenebrosos, con música de fondo, cuando se conoce cuánto fue el crecimiento (o no) del PBI. Debería tener la misma importancia, o más, que el de la pobreza, porque no habrá reducción de pobreza en Argentina sin un crecimiento sostenido de la economía. Por supuesto que hay una parte de pobreza estructural, áspera, difícil, pero también hay mucha pobreza que se podría eliminar si la economía funcionara. Y no viene funcionando, por las razones que fuera. Yo creo que el gran responsable es el modelo de bombeo al consumo y desprecio por la inversión dominante en este siglo. En esto con Salvia estamos de acuerdo.
- Presentación Deudas Sociales en la Argentina del Siglo XXI (2004-2024)