Alejandro Drucaroff
- Abogado (UBA, 1976), especialista en #Etica Pública #Bancario #Ambiental padre y abuelo feliz- 25 de diciembre de 1953.
Especialidad profesional: Asesoramiento de entidades financieras, empresas y grupos empresarios.
Autor de numerosas publicaciones en materia de ética pública y responsabilidad patrimonial, derecho ambiental, derecho comercial, societario y concursal, en medios vinculados a la actividad jurídica –en el país y en exterior- y en periódicos de circulación masiva.
Secretario Académico de la Sala Bancaria del Instituto de Derecho Comercial de la Universidad Notarial Argentina (desde 2003). Investigador de la Fundación Justicia y Mercado (desde 2006). Miembro de la Comisión Organizador Permanente del Congreso Argentino de Derecho Bancario. Cargos desempeñados: Asesor del Directorio de Y.P.F. en materia contractual (Plan Houston y renegociación de contratos de explotación petrolera, 1984/1986). Asesor de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación, co-redactor del Proyecto de Ley de Radiodifusión (1986/1989). Vocal Titular de Comisión Directiva de la Asociación de Abogados de Buenos Aires (1979/1981). Prosecretario del Primer Congreso Nacional de Jóvenes Abogados (1979). Presidente del Segundo Congreso Nacional de Jóvenes Abogados (1983). Letrado apoderado de la Provincia de Córdoba en la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires (1992 a 1995).
* VINCULOS FAMILIARES DIRECTOS CON EL TEMA DE LA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS-Carmen Aguiar de Lapacó, destacada integrante y fundadora de las Madres de Plaza de Mayo y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), falleció en 2017 a los 94 años."Carmen se fue apagando de a poco (...) sin querer recibir alimentos en los últimos cinco días", informó Taty Almeida, integrante de la organización de los derechos humanos.
- Carmen Aguiar de Lapacó fue secuestrada en 1977 junto a su hija de 19 años y fueron llevadas al centro de detención clandestino El Atlético durante la dictadura militar en Argentina de Jorge Rafael Videla, entre 1976 y 1983.
- La activista argentina logró ser liberada por lo que dedicó su vida a la búsqueda incansable de su hija Alejandra Mónica Lapacó Aguiar y de los desaparecidos y detenidos durante esa época, por lo que fundó en conjunto a otras mujeres víctimas de la dictadura la Asociación Madres de la Plaza de Mayo y más adelante el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en 1979.
- Declaró en una oportunidad. "Yo sigo acá luchando... Hasta hace un tiempito estaba trabajando en seis organismos pero el médico me dijo: mirá Carmen, te necesitamos viva"
PINCELADAS DE UN VIAJE MUY MOVILIZANTE- fue un viaje muy movilizante, espero transmitir la experiencia y las cosas que sentí que se prolongan en el tiempo.
- Nueva Orleans, Clarksdale y Memphis.
- Hicimos con Claudio Savoia y otro de mis yernos más dos de los nietos, hijos de Claudio, un recorrido por la ruta del Blues y vimos varios puntos fuertes referidos a
- la historia de la esclavitud (una Plantación/Museo al sur de Nueva Orleans, impresionante) y a la
- lucha contra la discriminación (el Museo Nacional de los derechos civiles que está en el lugar donde asesinaron a Martin Luther King).
- Fue un viaje realmente intenso con muchas experiencias conmovedoras y trato directo con gente de cada lugar (porque nos recibieron en todos como periodistas y pudimos ver muchas más cosas que las habituales).
la legendaria Ruta 61, la ruta del blues, una carretera que rasga el país de norte a sur. Es un viaje a las raíces del blues y el rock, a la historia de los derechos civiles, a los campos de algodón, a paisajes desolados y cautivadores…https://www.anuevayork.com/guia-de-la-ruta-61-memphis-nueva-orleans/#donde_y_que_comer_en_la_ruta
TEMAS MÁS PRÁCTICOS DE CUALQUIER VIAJE: DÓNDE Y QUÉ COMER EN LA RUTA
- La Ruta 61 bien podría ser un viaje gastronómico, ya que a lo largo de sus estados tendrás la oportunidad de probar la comida sureña y las cocinas creole y cajun, ricas en rebozados, estofados, fritos y especias.
- Los vegetales y legumbres están muy presentes (los tomates verdes fritos, el maíz, el apio, la cebolla o las alubias rojas son una constante), pero casi siempre se acompañan de pescado, marisco o carne, así que los vegetarianos lo tenemos un poco complicado.
- Pero no te engañaremos: en las ciudades más pequeñas y en los pueblos de la ruta, nos fue difícil encontrar sitios donde comer que no fueran cadenas de comida rápida.
ANIMALES EN LAS CARRETERAS Y PANTANOS Las carreteras del delta del Mississippi y de Louisiana están rodeadas de naturaleza y de aguas estancadas, ciénagas y bayous (pantanos), y en el camino uno puede toparse con varios animales.
- En uno de los tramos uno puede encontrarse con la insólita imagen de tortugas cruzando la carretera: algunas a punto de cruzar, otras atropelladas y otras al otro lado.
- También pueden verse muchos animales atropellados: enormes ciervos, zorros y nutrias, mapaches… Sobrevolando las carreteras y bosques hay una gran variedad de aves: desde el águila americana hasta preciosos cardenales rojos y esbeltas garzas de muchos tipos.
- En los alrededores de Nueva Orleans, hay muchas compañías que ofrecen paseos en aerodeslizador por los pantanos para ver caimanes, pero conviene no contribuir a la crueldad, porque todas tienen granjas donde mantienen en cautividad a esos animales para que los turistas se saquen fotos con ellos.
- Mississippi es el estado más pobre de Estados Unidos, y Louisiana y Tennessee también suelen aparecer entre los más desfavorecidos. Se nota en los pequeños pueblos, en las casas prefabricadas, en los desolados comercios de carretera, en los imperios de casinos, fast food y clubes de striptease.
- Pero no en la afabilidad sureña, siempre manifiesta de alguna forma. En Memphis la gente se saluda en la calle, una costumbre que, en Nueva York, o en Buenos Aires se pierde en cuestión de minutos.
- Junto con su vecina Alabama, fueron estados cruciales en la lucha por los derechos civiles y el fin de la segregación, y por el camino la historia reciente se revive en murales, en museos tan geniales como el National Civil Rights Museum de Memphis y en carteles esparcidos por todo el territorio.
- Pero la herida sigue abierta y no es una historia con punto y final, como nos recuerda Nueva Orleans, una de las ciudades con mayor porcentaje de población afroamericana de Estados Unidos, donde las zonas más turísticas son tan blancas como los turistas que las visitan y gastam dinero en ellas.
Basta decir que el Blues nació en el Misisipi, olfateó alrededor de Menphis y luego se estableción en Chicago donde es posible que viva en paz, el resto de sus días. En el libro El Río de la Música https://books.google.com.ar/books?id=52qjDwAAQBAJ&pg=PT16&lpg=PT16&dq=Nueva+Orleans,+Clarksdale+y+Memphis.+QU%C3%89+PODEMOS+DECIR&source=bl&ots=xKT5R71ZTS&sig=ACfU3U3N_Nyia3QtWXRrwBTjCOaNSWO0-g&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjAhurQld_1AhVXFrkGHSBGC_4Q6AF6BAgDEAM#v=onepage&q=Nueva%20Orleans%2C%20Clarksdale%20y%20Memphis.%20QU%C3%89%20PODEMOS%20DECIR&f=false
FUE UNA EXPERIENCIA CONMOVEDORA E IMPACTANTE, TANTO QUE TE INSPIRÓ UN POEMA: Me gustaría leerlo pero antes si podés decirnos el nombre y cómo surgió:
- Whitney Plantation
- El dolor
qué sólo un ser humano puede causar a otro ser humano
- El horror definido
en una palabra: esclavitud
- Los nombres
de aquellos a quienes les robaron hasta los nombres
- El recuerdo
-por fin!- de cada uno de ellos
- El anhelo
desesperado de no olvidar jamás ese breve recorrido por un infierno cuyas puertas siempre pueden volver a abrirse
- Poemas en cuarentena: cuando la emoción se hace palabra
Alejandro Drucaroff Aguiar comparte una serie de poemas que abordan con gran belleza literaria los sentimientos que muchos transitamos cuando el encierro nos detiene. por BUENA VIBRA https://buenavibra.es/entretodos/letras/poemas-en-cuarentena-cuando-la-emocion-se-hace-palabra/
Nosotros
Cuando la angustia surge de lo más hondo de nuestras entrañas, cuando la vida se reduce al miedo, cuando lo incierto amenaza dominarnos y no hay respuestas a las preguntas que agobian, es la hora del nosotros.
Juntos llegamos aquí en trayecto milenario, desde aquellas cuevas del Africa.
Juntos descubrimos el amor y le dimos sentido a la existencia.
Juntos creamos maravillas y horrores Juntos transformamos, para bien y para mal, la casa que nos aloja. Juntos podemos cambiar mientras estamos a tiempo.
Solos, apenas nos queda el miedo
Espera
Transito del encierro al refugio tan lejos y tan cerca de los que amo
Aprendo a abrazar sin tocarlos a besarlos en sueños de mágico reencuentro cuando la pesadilla, inevitablemente, concluya
* 4.15 AM
Angostos pasadizos de obstáculos y oscuro conducen imágenes capturadas al sueño.
Un despertar breve y resignado respetuoso del silencio, entre tinieblas, dibuja su mensaje indescifrado en un pliegue virtual de mi memoria y huye
Ausencia
Vago dolor punzante, de frecuencia irregular ciclo inconstante, atraviesa segmentos del alma evocando imágenes cálidas, necesarias, distantes.
La prueba
Dicotomía de pensamiento y acción lo abstracto y lo concreto.
De las ideas producto cierto de razón convencida, a la realidad que invade y desborda emociones sin cauce.
Certezas que mutan en dudas bajo espasmos de dolor y nada parece estar en su lugar.
Lenta eterna en cada instante, la batalla interior es la prueba más dura, saber si somos lo que creemos ser.
13/03/2017
Para fundadores y lideres seniors de la Empresa Familiar.
A tono con una tendencia mundial, Eduardo Favier Dubois, abogado, profesor y ex Juez, propone una visión distinta de esta rica etapa en la que el cuerpo y las ganas siguen vigentes, con gran plenitud, en un marco vital de mayor armonía y agradable tibieza.
- Por Alejandro Drucaroff Aguiar
Llegaste a los 60 años Eduardito? ¡Qué suerte que no se te nota! Felicidades!”Así comienza el tan breve como sustancioso ensayo de Eduardo Favier Dubois sobre la que él llama “Generación A”, los mayores de 60 que, a su criterio (y en línea con una mirada que avanza en todo el mundo), están fuera de la tercera edad. O de lo que entendíamos por ella, asociándola a la vejez.
El autor decidió escribir este original ensayo luego de que lo recorriera un pensamiento demoledor: tener 60 años era algo “malo” que había que disimular: lo mejor que te podía pasar era que esa edad no se notara.
Analizando las reacciones de quienes llegan (llegamos) a esa edad, desde su experiencia como ex Juez, destacado abogado y profesor universitario, advirtió que algunos, al pisar los 60, se consideran viejos y empiezan a sentirse como tales. Se autolimitan e inician un camino gradual de encierro en su entorno inmediato, que a veces termina por dejarlos en casa en pijama, viendo televisión. Fin del juego…
… Para algunos. Otros, en cambio, desobedecen aquella asociación en 60 y vejez y siguen como si nada, trabajando igual o más que antes, activos, llenos de ganas y con una gran ventaja: tienen una enorme experiencia que aprovechar, compartir y derramar. Ambas situaciones, afirma el ensayo, implican negar la especificidad de la nueva etapa, que no es la de los cincuenta años pero tampoco es (ya no) la edad del inicio de la vejez, una etapa de la vida cada vez más alejada de la cronología y vinculada sobre todo a las restricciones físicas y/o mentales, derivadas del paso del tiempo, que impiden a una persona llevar una vida autónoma, arrancan cada vez más tarde y varían mucho según las personas, sus hábitos, su actitud.
“La vida comienza a los 60” “Ustedes que atraviesan los 60 años quizás lo ignoran, pero son la más afortunada de las generaciones. Pronto se enumerarán, con un sincero acompañamiento de envidia, las ventajas que están por disfrutar. El mundo entero ha sido modelado de nuevo para mayor gloria de ustedes… Después de los 60 cada día trae algo nuevo que aumenta la alegría de la vida. El atardecer de la vida es más resplandeciente, más tibio, más lleno de armonía; y mucho antes que las sombras se alarguen, todos los frutos madurarán”.
El ensayo cita este párrafo de “La vida comienza a los 40”, obra escrita en 1933 por Walter B. Pitkin y dirigida a la “reorientación de los adultos”. La sustitución de “cuarenta” por “sesenta” tiene que ver con el núcleo de la tesis de Favier: los 60 de hoy son los 40 de antes de la Segunda Guerra Mundial y, como tales, hay que vivirlos. Es que en plena era de la globalización y la digitalización, y tras los grandes avances en la ciencia médica, después de cumplir 60 años -y durante una década y media, dos décadas o más- existe una vida “merecedora de ser vivida con plenitud”. Una nueva generación letra “A”
Tras repasar la clasificación de las diversas generaciones según su banda etaria, el autor rescata la idea -elaborada en varios trabajos que cita- de una nueva generación no vinculada a la edad sino a cómo se siente la gente frente al paso del tiempo; la generación de los “amortales” o de los “atemporales”, a la que elige llamar generación “A”. Ese concepto fue enunciado, recuerda, por Catherine Mayer, quien en 2009 utilizó el término “amortales” para describir a las personas que vivían la vida sin pensar que la edad era un referente que señale el comienzo o término de ciertas etapas. Un par de años más tarde, en “Amortalidad: los placeres y peligros de vivir sin edad”, Mayer resume como rasgo principal de estas personas “el cambio en la imagen que devuelve el espejo, materializada en la cara, ropa y actitud, lo que nos confunde y nos impide encasillar a alguien dentro de una determinada edad o comportamiento”.
Sostiene el ensayo que hoy vivimos más, nos casamos y nos separamos a edades que antes hubieran parecido absurdas y buscamos maximizar la idea de felicidad. Esto ayuda a liberarnos de los estereotipos de la edad que confinan o marginan a la gente por su edad, privándolos -a ellos y a los demás- de su contribución social, personal e intelectual.
Esta mirada, esta actitud, no tiene que ver con la negación de la edad o el culto a la eterna juventud. Es necesario asimilar y vivir con amor propio la inevitabilidad del paso del tiempo, asumiendo en toda su dimensión la nueva etapa, pero retirarse de la vida a los 60 perdió sentido. Una persona está, en es momento, en total plenitud, y tiene mucho para aportar.
Buenas prácticas en una nueva etapa En tal contexto, el ensayo nos propone quince “buenas prácticas para una Generación A” que a continuación se enuncian.
Su desarrollo es, mucho más que el intento de definir pautas de conducta. Es una invitación a pensar, con la mejor apertura mental, el mejor modo de encarar -y, sobre todo, disfrutar- una bella etapa de la vida, la edad de cosechar lo sembrado:
- Conocerse a sí mismo: saber qué te motiva, qué te frena y a qué le tenés miedo
- Ser agradecido con la vida: apreciar la mitad llena del vaso. Reinterpretar lo malo del pasado
- Practicar el buen humor: evitar las quejas y enfrentar las dificultades desde lo positivo
- Perdonar y pedir perdón: liberarnos del peso de los agravios recibidos o que otros nos atribuyen
- Ser generoso y solidario: ayudar a los que tenemos cerca y colaborar por un mundo mejor
- Sanar y estrechar relaciones familiares: reconciliarnos con quienes estamos distanciados y estrechar nuestros afectos
- Redimensionar el trabajo: quitar al trabajo del centro de nuestra existencia y dar lugar a otras actividades
- Ocio y espiritualidad: emprender actividades que tengan un sentido gozoso o trascendente en sí mismas
- Cuidar la salud: alimentos sanos, prácticas antioxidantes y controles médicos
- Mantener activo el cuerpo: practicar actividades físicas y cuidar el cuerpo
- Construir un espacio para los amigos: reuniones periódicas destinadas a compartir amistades viejas y nuevas
- Apropiarse del mundo de hoy: vivir el tiempo presente como propio y aprovechar el mundo digital
- Vivir el aquí y el ahora: aprovechar cada día porque el tiempo es el mayor tesoro
- Tener siempre proyectos: preparar actividades para realizar en los próximos meses y años
- Prever el futuro: organizar una tercera edad segura en lo espiritual y material
Disfrutá el ensayo completo en este link.
- Cuentos breves: sobre obsesiones, hábitos y el impulso vital de renacer cada día-
Alejandro Drucaroff, abogado, escritor y apasionado seguidor de causas varias, comparte reflexiones que, a caballo de lindas letras, convocan a pensar desde la ironía y la oportunidad (y el riesgo) de sacudirse un poco.https://buenavibra.es/entretodos/letras/cuentos-breves/
- CAMBIO DE RUTA
- Salió puntual de su casa, el reloj marcaba las 8.30, como cada día laborable.Veinte minutos de caminata -saludable costumbre adquirida años atrás- le bastaban para llegar con cómodo margen a la oficina, donde comenzaba su jornada a las 9 en punto. Vestía el traje gris, propio de los lunes y martes. Lo reemplazaba por el azul los miércoles y jueves. El viernes era día de atuendo casual: saco sport azul y pantalón gris, camisa sobria, sin corbata.
- Caminó por su vereda –la izquierda, la de siempre– tres cuadras hasta la avenida. Dobló a la izquierda sin cruzar de vereda -nunca lo hacía, la oficina estaba de ese lado- y encaró las diez cuadras siguientes con la decisión de quien conoce su camino. Decenas de veces había repasado mentalmente el cálculo: entre ida y vuelta recorría cada día tres kilómetros y medio, incluyendo los cruces de calles transversales. Un ejercicio limitado pero constante.
- Nunca supo de dónde surgió ese repentino cosquilleo, la insinuación de un desafío, un relámpago sobre el cielo despejado de la rutina; pensando en voz baja se preguntó: ¿Y si cambio de vereda?
- La audacia del pensamiento lo obligó a detenerse por un instante; con esfuerzo logró continuar, aunque disminuyendo el ritmo habitual mientras incorporaba lentamente la idea. Algo distinto, nuevo en él, lo impulsaba a considerarla; quizás el sol que entibiaba la mañana de finales de invierno pero sólo de “aquel” lado; tal vez la cercanía de los cincuenta años que cumpliría en unos meses.
- La decisión no fue sencilla, la seguridad de lo conocido era un punto fuerte a considerar y además estaba el problema de volver a cruzar al llegar a destino. Lo cierto es que al llegar a la esquina siguiente lo había decidido; ahuyentando la última vacilación esperó a que el semáforo le diera paso y cruzó la calle. Volvió a esperar el cambio de señal luminosa para cruzarla transversal y prosiguió la marcha por el nuevo camino.
- Sentía el sol en el rostro y la brisa suave estuvo cerca de hacerlo sonreír; le tomó algunos metros recuperar su tradicional aplomo y alcanzar nuevamente velocidad crucero.
- Habituado a mirar los vehículos de frente -otra ventaja del lado izquierdo- no pudo prestar atención al colectivo que subía a la vereda, descontrolado en su carrera con una camioneta que le negaba el paso. El brutal chirrido de los frenos apenas le dio tiempo a darse vuelta, azorado, para comprobar que el chofer había logrado detener la mole amenazante a menos de un metro de él.
- Al borde del desmayo, atinó a apoyarse en la parada del colectivo que estaba a su lado y se quedó inmóvil, mientras algunos transeúntes lo ayudaban a sentarse en un umbral. La escena duró unos minutos, entre los insultos de varios al chofer -que rápidamente huyó del lugar- y los obvios comentarios que lo alentaban por haber nacido de nuevo o discurrían -con cierto regodeo macabro- detalles del horror no sucedido.
- El shock había sido intenso y necesitó un rato para reponerse; se confundían la sensación desagradable del riesgo corrido con el arrepentimiento por haberlo asumido casi voluntariamente. ¿Qué locura lo había llevado a cambiar de vereda después tantos años?
- Algo más lo angustiaba pero no lograba precisarlo. Lo atribuyó al impacto emocional del momento y al cabo se puso de pie, agradeciendo una vez más al encargado del edificio más cercano, el único que había permanecido a su lado. Retomó su andar con la certeza de un problema irresuelto y maquinalmente miró su reloj pulsera; entonces comprendió, con horror, que iba allegar tarde al trabajo.
ATRAPADO
- + Fue un instante de indescriptible brevedad. Un vacío repentino absorbió todo atisbo de luz y movimiento.
- Silencio y oscuridad asumieron de inmediato valores absolutos dentro de la hermética caja de metal, suspendida a una altura indeterminada, camino al piso 21.
- El mundo se había detenido y el habitante de la caja estaba solo, aislado, ciego y mudo, inmerso en una pesadilla sin referencias.
- Muy rápido sintió el ahogo; afuera la temperatura superaba los 35 grados, acompañados de una humedad muy porteña. Adentro, la inmovilidad y la angustia multiplicaban la sensación térmica.
- Tras unos segundos de extravío, asumió que no había acostumbramiento posible; nunca había experimentado una visualización tan plena de lo oscuro
- Ya desesperado, recurrió al tacto; buscó el tablero y empezó a pulsar cuanto botón sobresalía de la lisa superficie. Lo inútil del gesto no impidió que lo prolongara irracionalmente hasta cansarse.
- Gruesas gotas caían de su frente; otras humedecían las escasas zonas aún secas de su camisa. Recuperó la voz -no tuvo claro si la había perdido u olvidado hasta entonces- y emitió un breve grito: “¡socorro!”; fue el único en oírlo y le sonó absurdo, ridículo.
- Crecía la opresión mientras las imágenes de la tragedia de una humanidad a oscuras reducían aún más el escaso discernimiento que le quedaba.
- Al borde del desmayo, estiró el brazo sin darse cuenta y se apoyó en la parte frontal de su prisión. Sin fuerzas ni esperanza intentó desplazar el mecanismo corredizo hacia la derecha.
- Atónito contempló el escenario que se abría ante sus ojos, deslumbrados por la tenue luz del atardecer que aún bañaba el pasillo del piso 21 desde las ventanitas circulares. La puerta -bien aceitada- había cedido en el acto a su leve presión y el ascensor estaba detenido casi al nivel del piso.
- El salto innecesario lo hizo perder el equilibrio y trastabillar, al reingresar al mundo conocido, del que había quedado afuera por dos minutos.
DESPEGUE
- Presintió que era el momento. Una extraña calma lo envolvía.
- La suave punta de la lapicera –de hermoso diseño, un lujo que se permitía- se deslizaba a gran velocidad por la infaltable bolsa de papel que, sabía, no iba a necesitar. En escasos instantes ocurriría.
- La punta fina dibujaba las letras de las palabras antes de que él concluyera de pensarlas. ¡Debía terminar antes!
- El suave carreteo insinuaba la brusca aceleración inevitable. Los pensamientos se sucedían, vertiginosos, descontrolados. Quería y no quería asimilarlos, comprenderlos.
- Vio su vida transcurrir como un film alucinantemente real y veloz, sin tiempo para emociones ni juicios. El avión emprendió su feroz carrera y despegó de modo casi imperceptible, entre el viento y la lluvia.
- No lo sorprendió el extraño ruido que acompañó la rápida ascensión. Tampoco el movimiento, de cierta intensidad, causado por la turbulencia.
- En la tensa espera perdió la noción del tiempo. Al cabo nada importaba en esos instantes previos al final anunciado.
- La serena voz de la azafata lo trajo de regreso a la realidad: a partir de este momento pueden utilizarse los dispositivos electrónicos autorizados… decía el rutinario mensaje que bien podría ser grabado.
- Un suspiro profundo resumió la confusa mezcla de alivio y decepción. Otra vez será, dijo, como siempre después de cada despegue.
VIAJE A LAS MALVINAS
Reflexiones luego de la excursión de la mañana- Lo que conmueve es pensar en tantos seres enviados a morir, o en los sobrevivientes cuyas vidas cambiaron para siempre, más cuando antes de ayer contemplábamos monumentos a los caídos como el de Madryn, donde el dolor y la bandera tienen otro significado.