Arnold Antonin

Arnold Antonin Film Director & Founder, Arnold Antonin Films Port-au-Prince, Haiti Delivered at Florida International University, Miami, Florida, as part of LACC’s 15th Annual Haitian Summer Institute Lecture Series August 2012

pensándolo bien, puse pequeñas ficciones en varios de mis documentales y « El derecho a la palabra » (1981) es casi una ficción. En el 2002, filmé una obra de teatro a la que adapté tímidamente al cine. Desde entonces, realicé otros dos largo metrajes de ficción y varios cortos.

realizador muy atado a la realidad de mi tierra natal Haití – aunque “nada de lo que es humano me este ajeno “.

años de exilio, lejos de esta tierra, mi punto de no retorno que nunca dejé de mostrar, de representar, de cuestionar. La realidad de Haití, mi realidad, es lo que trato de acercar y restituir en mis películas.

contradicción en mi trabajo sobre esta realidad: me obsesiona la decrepitud y delicuescencia de este país, que, al mismo tiempo, siempre me aparece como un lugar épico. Georges Bernanos decía « Cierto grado de optimismo de los cobardes da la exacta medida de su cobardía. »

cercana al sol. En nuestra Haití, la de hoy, no puede existir ningún patriota, ningún artista feliz. Pero nada peor que renunciar a un porvenir mejor. Reclamo el derecho a la felicidad por mi país. Y es a través de mi cine y mis investigaciones sobre la expresión de la realidad haitiana sigo esta búsqueda. Es lo que quiero explicar ahora.

vida. La fotografía constituyo un salto extraordinario en el esfuerzo del hombre para captar la vida en sus diferentes dimensiones, pero el cine cumplió el milagro de sorprenderla en su movimiento. Más tarde llegaran el sonido y el hablado. Que medio podía devolver mejor la realidad? Y que pasará si se generaliza la película en tres dimensiones agregando los olores? El documental se llama cine de lo real porque se considera que está documentando la verdad de la vida más que cualquier otro medio de expresión. Cuantas palabras, cuantas páginas se necesitan para restituir lo que un documental de 1 minuto nos dice sobre el aspecto visible de la vida?

ciencias humanas y de las ciencias exactas, de las actualidades, del discurso político y de la enseñanza. Es el cine encargado de reproducir la realidad dándonos las posibilidades de profundizarla. Es un instrumento de conocimiento de la realidad objetiva, una manera innegable de agarrarla, gravarla y presentarla.

realidad. ¿Tal vez el documental no es una representación tan objetiva de la realidad? En efecto, ¿cómo medir la subjetividad del cineasta en la representación de esta realidad?

ciencias sociales sobre el papel de la subjetividad en su metodología.

evocada. Existe la mirada del realizador que escoge enfocar la cámara en un punto del círculo de 360 grados que rodea al objeto filmado. La edición, en el momento de la post-producción, también da lugar a inevitables mutilaciones de la realidad. Pensamos en la cuestión del tiempo en la película.

historia, reduzco años, meses, semanas en unos minutos. Les ahorro las referencias a los grandes documentalistas: Flaherty, Dziga Vertov, Jean Rouch, Joris Yvens, Chris Marker, Santiago Alvarez, Humberto Ríos,etc…

una intención, la de contribuir a cambiar esta realidad. Para cambiar esta realidad involucrando al espectador en este cambio, trato de influenciarlo y mi realidad, incluso en el documental, se arregla, se convierte en dramática y poesía retórica incluso con sus figuras de estilo. (….Yo, quien sigo creyendo que Verlaine tenía razón de pedir que se atrape la elocuencia y se le tuerza el cuello!)

subjetivas. Traducen la historia, la cultura, la formación, la sensibilidad humana y social del cineasta, sus sesgos. Filmado por dos cineastas, el mismo tema u objeto nunca será igual. Esto nos lleva a alejarnos de la idea de un cine ciencias exactas para llevarnos a la idea de que el cine documental solo puede ser una herramienta al servicio de las ciencias. En otras palabras, en la realidad que se describe, existe muy a menudo una parte ligada al imaginario y a los fantasmas de la persona que está filmando.

subjetividad es parte de su realidad. Pero entonces, en que es diferente del cine de ficción? Godard (cineasta franco-suizo) dijo: la mejor película de ficción es un documental y el mejor documental es una ficción. También dijo que todo buen documental tiende a la ficción y toda buena ficción tienda al documental.

derivas a las que pueden llevar.

investigación seria.

al anterior esperando de manera pasiva a que llegue el siguiente.

historias. De niño escribía cuentos en Creole (criollo haitiano) que leía a mis amigos. Con la edad, sustituí los cuentos por los Films. Y hago los tipos de films que hago por fidelidad a todos los que han sacrificado su vida luchando por cambiar esta atroz realidad que es la nuestra.

Ficción y realidad

portadoras del virus", etc. Pero me di cuenta de que el documental tenía influencia limitada. Cualquier cosa que se haga solo alcanza a un público restringido y de una forma diferente de la película de ficción. El documental es lo que cuentan los científicos, los que saben. Es algo bueno pero se escucha con la distancia que exigen los discursos serios. La ficción es otra cosa. Es otra realidad, mucho más interesante para el espectador. La de un cuento o una fábula donde uno se puede identificar con la vida de sus héroes, donde entran en cuenta elementos que hablan a su corazón, tocando fibras que el documental no toca, cualquiera que sea su grado de creatividad. Sin hablar de las malas costumbres originadas por el cine y la televisión.

entusiasmo de la película y de los personajes, como si fueron conocidos. No estoy del todo seguro de que pase lo mismo con mis documentales que tratan el mismo tema.

personajes, frutos de la imaginación. ¿Tanto así? Una película de ficción, incluso la película de ciencia ficción, en cierta medida, para ser creíble, debe respetar la verdad psicológica de sus personajes, colocarlos en un contexto histórico, un contexto material, un contexto social, decorados… Las mejoras películas de ficción se basan en una investigación seria de la realidad. Hasta los actores basan el trabajo de preparación y la composición de los personajes en una investigación cuidadosa.

documental es la película de ficción y la mejor ficción film documental?”

no basta con ver los documentales de la época. También las ficciones son documentos, testigos. Quien podrá hablar mejor sobre la realidad artística, el nivel intelectual, los gustos de una parte de la población que las películas de ficción producidas en la época? « Olivia” y “Fracaso al silencio » de Bob Lemoine, « Anita » de Rassoul Labuchin, realizados en los años 1970 en Haití, “Haití, el camino de la libertad” , mi primer largo metraje documental, dicen tantas cosas como los libros sobre este periodo ...si se sabe leer las películas. « Haitian Corner” y l´Homme sur les quais de Raoul Peck hablan de la época de los Duvalier y del cine de esta época. Todas las películas en video de la década del 2000, de Raphael Stines, de Reynald Delerme, de Jean Gardy Bien-Aimé, de Frederic Surpris, de Khameliaud Moise, de Richard Sénécal, de Jean-Claude Bourjolly, de Mora Junior, de Reginald Lubin etc. reflejan la cultura del país y la de nuestros cineastas.

Florentina Gómez Miranda Realidad y el imaginario en Haití

que los límites no son tan evidentes. Al margen de cualquier referencia al cine, lo real y lo imaginario se entrelazan de manera estrecha en Haití. La frontera entre la realidad y el sueño, lo mágico y lo natural, lo tangible y lo invisible, lo tangible y lo metafísico, el mundo de los muertos y el mundo de los vivos se desvanece por completo en nuestra vida diaria. Todas estas dimensiones se viven amalgamadas o en el mismo grado en la vida cotidiana. ¿Cómo actuará el cineasta que quiere dar cuenta de la realidad, incluso si trabaja en condiciones tan irracionales?

sobre el realismo mágico. El escribió: « Nos parece que el arte haitiano, al igual que el arte de otros pueblos negros, difiere mucho del arte occidental que nos ha enriquecido. Orden, belleza, lógica y sensibilidad controladas, recibimos todo eso pero queremos superarlo. El arte haitiano presenta lo real con su cortejo de extraño, de fantástico, de sueño de medio día, de misterio, de maravilloso. La belleza de las formas no es en ningún ámbito un dato convenido, un fin, sino que el arte haitiano la alcanza por todos los medios, incluso el de la así dicha fealdad. El Occidente de filiación grecolatina tiende con demasiada frecuencia a la intelectualización, la idealización, la creación de cánones perfectos, a la unidad lógica de los elementos de sensibilidad, a una armonía preestablecida. Nuestro arte tiende a la representación sensual más exacta de la realidad, a la intuición creativa, al carácter, a la fuerza expresiva. Este arte no le tiene miedo a la deformidad, lo chocante, el violento contraste, delante del antítesis como medio de emoción y de investigación estética,. El resultado es sorprendente, conduce a un nuevo equilibrio, con más contraste, a una composición tan armoniosa en su contradicción, a una gracia interior nacida del singular y del antitético.” Los haitianos René Depestre, Frank Etienne, Jean-Claude Fignolé y especialmente Gary Victor, siguen haciéndonos vivir este mundo mágico. Se realizaron pocos intentos de adaptación cinematográfica que van mas allá del barroco y de la exuberancia tropical. Por mi parte traté de restituir esta realidad a partir de un guión de Gary Victor con "Los amores de un zombi", donde el imaginario y la realidad forman un todo. Para mí era una manera de divertirme. Pero esta película, totalmente caótica y desarticulada, ha sido recibida por el público con la mayor seriedad. Intelectuales como Laennec Hurbon, Roody Edmée, Claude Pierre o Roland Léonard encontraron que era el mejor enfoque posible a la realidad haitiana, la realidad profunda, la de las corrientes de fondo que habían sido llevadas al cine. Según Pierre Clitandre, es una película fundadora por ser conectada desde el interior a la verdadera cultura dominante del país. Mezclando una narración casi clásica con irrupciones oníricas, dioses lúbricos y sectores de la vida social haitiana, la película lleva a un final ambiguo que no aclara nada. Esto es lo que escribimos en nuestra declaración de intenciones: La humanidad del personaje del zombi destaca la personalidad misma del haitiano que oscila entre una cultura que no logra evolucionar al ritmo del tiempo y una sociedad incapaz de asumirse. La película apunta 6 también a recuperar el aspecto picaresco de ciertos personajes tradicionales de los cuentos haitianos. El zombi, que se burla al mismo tiempo del “boko” (sacerdote Vudú) y los que lo vienen a buscar para cumplir tareas poco recomendables, está muy cerca del famoso « Malice », personaje al que todos los haitianos conocieron a lo largo de su niñez. Al igual que el « boko » los políticos parecen muy cercanos a “Bouki”, el rival y antítesis de “Malice”. Pero lo que nos interesaba de manera absoluta en la realización de esta obra era llegar a una propuesta estética, a través de un nuevo uso del grotesco y del burlesco que permite ubicarse mejor en este espacio donde parecen evolucionar los actores de la vida haitiana, lugar donde se confunde el imaginario con la realidad, lugar donde los espíritus con atributos humanos entran en competencia con los hombres, lugar donde los hombres se olvidan de su lugar físico para funcionar en un lugar virtual donde los códigos evolucionan con las exigencias de la supervivencia que ya es una muerte travestida. Hice una película para gozar que termina con una ducha fría. ¿Como es posible que esta ficción, la más loca y artesanal que he podido hacer, pudo ser interpretada como la realización más cercana a la realidad y a la cultura haitiana? Los situacionistas de Mayo del 68, teóricos de la sociedad del espectáculo tenían un lema: “La ilusión de la realidad equivale a la realidad de una ilusión”. No quiero llegar a ninguna reflexión filosófica sobre la realidad física y la del mundo de las creencias. Pero hay que reconocer que la tarea de hacer un cine de lo real, que yo opondría a un cine de lo imaginario, se vuelve más complicado en este contexto que el de hacer un cine de lo imaginario que abrace tal vez la realidad. ¿Cual es la realidad que debería reflejar nuestro cine? Por lo que recuerdo, en Yaundé, el periódico de Camerún, publicó un artículo después de la proyección de « Los amores de un zombi » que tenía como titulo « La paradoja de Haití revelada » Haití, tierra de paradojas. Haití, la paradoja! Esto me llevo a pensar que lo paradójico era lo que tenía que reflejar nuestro cine si quería traducir nuestra realidad. Nuestra sociedad se compone de realidades contradictorias, aparentemente irreconciliables y que funcionan según lógicas totalmente diferentes. Ana Freud decía que la razón de los seres humanos sólo justifica los comportamientos y no los orienta. Lo racional ocupa un lugar totalmente marginal en los pasos de nuestra sociedad. La dialéctica supone que al final de la oposición de los contrarios aparece una síntesis. Al contrario, en el fondo de la paradoja, no hay síntesis ni salto cualitativo, pero la entropía. O el deslumbramiento estético. A mi esposa le gusta decir que “Haití es un paraíso infernal”. Herbert Gold ha publicado un libro titulado: « Haití, mejor pesadilla en la tierra ». Desde este punto de vista es un país fascinante: un país entero que aparece como un inmenso oxímoron vivo. El atractivo universal de este país, además de los cálculos geopolíticos y los impulsos humanitarios se explica también por este aspecto de extrañeza. Pero Cuando eso se mezcla con la pobreza

EnciclopediaRelacionalDinamica: ArnoldAntonin (última edición 2022-08-04 13:50:23 efectuada por MercedesJones)