Borges creía que toda civilización comienza con el diálogo.

Borges, el amor y la palabra.

"...un colega académico me tomó un día aparte y me dijo inquieto: ¿qué puede significar ese poema titulado `Al iniciar el estudio de la gramática anglosajona'? Intenté hacerle entender que para mí el anglosajón era una experiencia tan emocionante como admirar una puesta de sol o enamorarme". -¿No estará exagerando un poco? dijo, ¿Usted piensa que la aventura de una palabra es tan importante como una aventura amorosa? ¬En todo caso es mucho más larga, ¿no? ¡Dura siglos!

Cuando escribo lo hago para, digamos, aliviarme, para liberarme de un tema. Yo no busco los temas, los temas me buscan. Cuando el tema insiste yo trato de escribirlo, y una vez que lo he escrito ¬eso me cuesta mucho, tengo muchos borradores detrás de cada página que escribo¬ lo publico para pensar en otras cosas. Y cuando publico un libro lo olvido. Su éxito no me interesa. Pienso siempre en lo que voy a escribir. Lo que he escrito lo dejo atrás, son borradores simplemente.

Borges, ¬Hablando del premio Nobel. Eso puede venir. Todo es posible. El porvenir es infinito.

¬Usted ve en ello una especie de... simetría mágica,

¬Hay algo mágico: yo continúo comprando libros. No puedo leerlos, pero la presencia de los libros me ayuda... esa gravitación silenciosa, sentir que están ahí...

Bernard Pivot, conductor del célebre programa de televisión Apostrophe, conversó con Borges en París en 1980. sem-borges.html



A SEGUIR CON BORGES

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/borges/dialogo_sobre_un_dialogo.htm

Diálogo sobre un diálogo [Cuento. Texto completo.]

Jorge Luis Borges

A- Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja... Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.

Z (burlón)- Pero sospecho que al final no se resolvieron

A (ya en plena mística)- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.

FIN


EN DIÁLOGO. Jorge Luis Borges, Osvaldo Ferrari Editorial Sudamericana, 1998 -

En los ultimos tres años de su vida Jorge Luis Borges mantuvo inolvidables dialogos en encuentros radiales en el escritor Osvaldo Ferrari. No fueron reportajes o entrevistas, sino estrictamente conversaciones nacidas del placer de tratar temas con los que ambos, a pesar de las diferencias de edad, tenian afinidades.

Frases del prólogo: "Unos quinientos años antes de la era cristiana se dio en la Magna Grecia la mejor cosa que registra la historia universal: el descubrimiento del diálogo. La fe, la certidumbre, los dogmas, los anatemas, las plegarias, las prohibiciones, las órdenes, los tabúes, las tiranías, las guerra y las glorias abrumaban el orbe; algunos griegos contrajeron, nunca sabremos cómo, la singular costumbre de conversar. Dudaron, persuadieron, disintieron, cambiaron de opinión, aplazaron. Acaso los ayudó su mitología, que era como el Shinto, un conjunto de fábulas imprecisas y cosmogonías variables. Esas dipersas conjeturas fueron la primera raíz de lo que llamamos hoy, no sin pompa, la metafísica. Sin esos pocos griegos conversadores la cultura occidental es inconcebible. Remoto en el espacio y en el tiempo, este volumen es un eco apagado de esas charlas antiguas.


Borges nació Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo y en un prólogo de María Kodama en el que revela una carta de Borges a Abramovich reconociendo que el apellido Acevedo está asociado con judíos sefardíes, es decir, aquellos con raíces en España.

“No sé cómo celebrar esta corriente de sangre judía que corre por mis venas“, escribió Borges a su amigo.

YO JUDÍO- Jorge Luis Borges https://identidades.com.ar/yo-judio-jorge-luis-borges/

Como los drusos, como la luna, como la muerte, como la semana que viene, el pasado remoto es de aquellas cosas que pueden enriquecer la ignorancia. Es infinitamente plástico y agradable, mucho mas servicial que el porvenir y mucho menos exigente de esfuerzos. Es la estación famosa y predilecta de las mitologías.

¿Quien no jugó a los antepasados alguna vez, a las prehistorias de su carne y su sangre? Yo lo hago muchas veces, y muchas no me disgusta pensarme judío. Se trata de una hipótesis haragana, de una aventura sedentaria y frugal que a nadie perjudica,ni siquiera a la fama de Israel, ya que mi judaísmo era sin palabras, como las canciones de Mendelssohn.

Crisol, en su número del 30 de enero, ha querido halagar esa retrospectiva esperanza y habla de mi ”ascendencia judía maliciosamente ocultada” (el participio y el adverbio me maravillan).

Borges Acevedo es mi nombre. Ramos Mejía, en cierta nota del capítulo quinto de Rosas y su tiempo, enumera los apellidos porteños de aquella fecha para demostrar que todos, o casi todos, “procedían de cepa hebreo portuguesa”. Acevedo figura en ese catálogo: único documento de mis pretensiones judías, hasta la confirmación de Crisol.

Sin embargo, el capitán Honorio Acevedo ha realizado investigaciones precisas que no puedo ignorar. Ellas me indican el primer Acevedo que desembarcó en esta tierra, el catalán don Pedro de Acevedo, maestre de campo, ya poblador del “Pago de Arroyos” en 1728, padre y antepasado de estancieros de esta provincia, varón de quien informan los Anales del Rosario de Santa Fe y los documentos para la historia del Virreinato; abuelo, en fin, casi irreparablemente español.

Doscientos años y no doy con el israelita, doscientos años y el antepasado me elude.

Estadísticamente los hebreos eran de los mas reducidos. ¿Que pensaríamos de un hombre del año cuatro mil, que descubriera sanjuaninos por todos lados? Nuestros inquisidores buscan hebreos, nunca fenicios, garamantas, escitas, babilonios, persas, egipcios, hunos, vándalos, ostrogodos, etíopes, dardanios, paflagonios, sarmatas, medos, otomanos, bereberes, britanos, libios, cíclopes y lapitas.

Las noches de Alejandría, de Babilonia, de Cartago, de Menfis, nunca pudieron engendrar un abuelo, sólo a las tribus del bituminoso Mar Muerto les fue deparado ese don.

Revista Megáfono, 3, Nro. 12, pag. 60, Buenos Aires, Abril de 1934

Servicio judío de opinión e investigación periodística www.identidades.com.ar

BORGES Y LA LIBERTAD.

—Desdichadamente para los hombres, el planeta ha sido parcelado en países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de una mitología particular, de derechos, de agravios, de fronteras, de banderas, de escudos y de mapas. Mientras dure este arbitrario estado de cosas serán inevitables las guerras y se verán coartadas las libertades de los hombres. Soy un cosmopolita que atraviesa fronteras porque no me gustan (El otro Borges, Buenos Aires, editorial Equis, agosto de 1997).

BORGES Y EL ORDEN DE LAS COSAS

Este texto cita “cierta enciclopedia china” donde está escrito que “los animales se dividen en a] pertenecientes al Emperador, b] embalsamados, c] amaestrados, d] lechones, e] sirenas, f] fabulosos, g] perros sueltos, h] incluidos en esta clasificación, i] que se agitan como locos, j] innumerables, k] dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l] etcétera, m]que acaban de romper el jarrón, n] que de lejos parecen moscas”. En el asombro de esta taxonomía, lo que se ve de golpe, lo que, por medio del apólogo, se nos muestra como encanto exótico de otro pensamiento, es el límite del nuestro: la imposibilidad de pensar esto. Así, pues, ¿Qué es imposible pensar y de qué imposibilidad se trata? (Foucault 2002: 1)

El problema principal, afirma Foucault, no reside tanto en la enumeración sin relación ni sentido sino en “el espacio que las hace vecinas” (Foucault 2002: 1), aunque sea el lenguaje el que las enuncia como lo único común que permite que las cosas se encuentren una al lado de otra. El pensador francés muestra que este desorden es más que una simple incongruencia, es el reflejo de que no hay un criterio epistémico de ordenamiento.

B: Bueno, Macbeth, desde luego.

–¿Para usted la literatura es más real que la Historia?

B: La que llamamos Historia, está hecha de memorias y de imágenes. El que usted ha mencionado es un personaje de la memoria, salvo que yo nunca pienso en él. A la larga todos nos convertimos en personajes de la memoria ajena. Macbeth lo es. Rosas también.

-¿Y Perón?

B: También, salvo que yo prefiero no mencionarlo. Ponga Rosas, que es lo mismo.

EL ESPEJO Y LA MÁSCARA

Literature_courses@yahoo.com

EL JARDÍN DE LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN

La idea de que el universo tiene múltiples historias puede sonar a ciencia ficción, pero actualmente es aceptada como un hecho científico. Fue formulada por Richard Feynman… Ahora trabajamos (los físicos) para combinar la teoría general de Einstein y la idea de Feynman de las historias múltiples en una teoría unificada que describa todo lo que ocurre en el universo.

Como el universo va lanzando los dados para ver qué pasará a continuación, no tiene una sola historia, como se podría esperar, sino que debe de tener todas las historias posibles, cada una de ellas con su propia probabilidad.

Debe de haber una historia del universo en que Belice ganara todas las medallas de oro de los Juegos Olímpicos, aunque quizá la probabilidad de ello sea muy baja.

De ahí las contradicciones de la novela. Fang, digamos, tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo. Naturalmente, hay varios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcétera. En la obra de Ts’ui Pên, todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones. Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen; por ejemplo, usted llega a esta casa, pero en uno de los pasados posibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo. Si se resigna usted a mi pronunciación incurable, leeremos unas páginas.

Llueve

¿En qué ayer, en qué patios de Cartago,

cae también la lluvia?

[1] Una de las afortunadas consecuencias del desafortunado fin de “Hoja por Hoja” es que Tomás Granados Salinas aplicó sus dotes de editor en el CONACULTA, en donde logró publicar una serie de libros sobre matemáticas, en donde “Matemáticas e Imaginación” fue nuevamente puesto en circulación.

Tags: Edgar Amador, Jorge Luis Borges, Richard Feynman, Stephen Hawking



Jodernos

(Entrevista a Jorge Luis Borges. Revista Siete Días, Buenos Aires, 1973)


EL TIEMPO





TEXTO PORTER- AGUSTINA BAZTERRICA El espejo es el elemento central alrededor del cual giran la composición y sus significados. Su presencia en este grabado se refiere a las líneas de Arte poética en las que Borges afirma: "el arte debe ser como ese espejo / que nos revela nuestra propia cara". Pero en este poema Borges, también, realiza una reflexión profunda sobre el tiempo: “Mirar el río hecho de tiempo y agua / y recordar que el tiempo es otro río, / saber que nos perdemos como el río / y que los rostros pasan como el agua” y lo nombra a Ulises, paradigma del viaje: “Cuentan que Ulises, harto de prodigios, /lloró de amor al divisar su Itaca /verde y humilde. El arte es esa Ítaca /de verde eternidad, no de prodigios”. El poema encierra algunas de las claves de lectura de las obras de Porter. Borges define como poesía a la acción de comparar el tiempo y nuestra vida con un río que corre, ver la vida como el sueño de la vigilia, y la muerte como el dormir, y transformar el sufrimiento en música, literatura y arte. La poesía, escribe Borges, es inmortal, humilde y cíclica. Aunque el tiempo transcurra, aunque seamos frágiles y fugaces el arte es una aventura que nos transforma. REPITO: La poesía, escribe Borges, es inmortal, humilde y cíclica. Aunque el tiempo transcurra, aunque seamos frágiles y fugaces el arte es una aventura que nos transforma.


BORGES Y LA MEMORIA


para el sujeto como así también para los pueblos.

A continuación me dispongo a diferenciar cuatro memorias: del esplendor, del rencor, del pavor y del dolor. Sus diferencias resultan ser elocuentes y sus efectos suelen determinar, en gran medida, la identidad del individuo y de los pueblos. En la memoria del esplendor los recuerdos de la historia vigorizan las tres dimensiones del tiempo. El esplendor de esta memoria se basa en el hecho de que la dimensión del pasado ilumina con su resplandor al presente y, al mismo tiempo, el futuro se reabre con un sentimiento oceánico y mágico a la vez. Podemos pensar que la memoria del esplendor guarda cierta semejanza con la imagen borgeana del Aleph. Es un acontecimiento témporo-espacial, en el que conviven en un momento y espacio de fulgor y felicidad los tres tiempos cronológicos sin aparente superposición ni contradicción.


LOS JUSTOS

Jorge Luis Borges



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MercedesJones

EnciclopediaRelacionalDinamica: BorgesJorgeLuis (última edición 2024-04-09 11:02:39 efectuada por MercedesJones)