Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina la primera mujer en integrarlo en 132 años. Mesa integrada por 26 personas.


ROMPIMOS EL CRISTAL- Qué hacen y qué piensan las mujeres que están construyendo una Argentina más igualitaria. Carolina Castro es empresaria autopartista y la primera mujer en integrar la conducción de la Unión Industrial Argentina. En este libro, a través de profundas conversaciones con pares mujeres, representantes del mundo empresarial y de negocios, del arte y la ciencia y de la política y la vida pública, explora posibles respuestas a dos interrogantes clave para todas aquellas mujeres que buscan dejar su impronta. ¿Cómo alcanzar lugares de liderazgo y reconocimiento siendo mujer? ¿Cómo sobrevivir, desafiar y vencer mandatos patriarcales en cada ámbito de la sociedad? Jujuy, Córdoba, Rio Negro y Santa Fé.

acompañan a Castro en este fascinante recorrido que nos propone conocer sus historias de vida, sueños y ambiciones en una invitación a pensar cómo construir un país distinto.

EL DISCURSO PÚBLICO Y LAS MUJERES

http://www.scielo.org.mx/pdf/dfem/v56/2594-066X-dfem-56-115.pdf MARY BEARD

Por Alejandra Tapia .... Mary Beard es una reconocida profesora de Literatura Clásica en la Universidad de Cambridge e integrante del Newnham College. Es autora de numerosos libros y artículos, incluyendo Pompeii: Life of a Roman Town, que ganó el Premio de Historia Wolfson. Es parte de la academia británica y con frecuencia participa en la radio y televisión inglesas. En 2016, se le otorgó el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales


En Occidente, silenciar a las mujeres ha sido una práctica milenaria. Los ejemplos literarios empiezan con Telémaco, quien es consciente de que parte de crecer es aprender a tomar el control del discurso público y silenciar a la parte femenina de la especie, en este caso, a su madre Penélope. Otro ejemplo son las Metamorfosis de Ovidio, en que la idea recurrente es la de silenciar a las mujeres mediante su transformación. Las únicas excepciones en que a las mujeres se les permite hablar sin reparos, en la literatura clásica, es cuando están al borde de la muerte, cuando son víctimas o mártires. Y solo hablan por ellas mismas, nunca por la comunidad. Esto se debe a que el discurso público era un atributo definitorio de la masculinidad.

En Occidente, silenciar a las mujeres ha sido una práctica milenaria. Los ejemplos literarios empiezan con Telémaco, quien es consciente de que parte de crecer es aprender a tomar el control del discurso público y silenciar a la parte femenina de la especie, en este caso, a su madre Penélope. Otro ejemplo son las Metamorfosis de Ovidio, en que la idea recurrente es la de silenciar a las mujeres mediante su transformación. Las únicas excepciones en que a las mujeres se les permite hablar sin reparos, en la literatura clásica, es cuando están al borde de la muerte, cuando son víctimas o mártires. Y solo hablan por ellas mismas, nunca por la comunidad.

De hecho, según un tratado científico de la antigüedad, una voz grave indicaba valor masculino y una voz aguda cobardía femenina. De manera que desde antaño tenemos una idea fija de lo que es bueno y malo en la oratoria, y a quién se debe escuchar. Cuando una mujer expresa un punto de vista controversial, poco popular o diferente, se interpreta como una señal de su estupidez. No es que se esté en desacuerdo: es que es tonta e ignorante; es decir, la reacción es desproporcionadamente hostil, más allá de una crítica o enojo justos.

Si no se percibe que las mujeres están completamente dentro de las estructuras del poder, quizá sea necesario redefinir el poder, antes que a las mujeres. El tipo de poder a que Beard se refiere es la capacidad para tener un impacto real, hacer una diferencia en el mundo; es el derecho a ser tomadas en serio, tanto individual como grupalmente. Es un poder que muchas mujeres quieren y sienten que no tienen.

Queda la posibilidad de desafiar siempre el silencio y a quienes buscan acallarnos, como lo planteara la Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai: “Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar”.

Queda la posibilidad de desafiar siempre el silencio y a quienes buscan acallarnos, como lo planteara la Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai: “Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar”.