Murió nuestro ex-presidente -Dr Saúl Menen- y creo que resulta conveniente tomar en cuenta nuestra temible falta de memoria. Podemos recordar al MENEMATO – en un ejercicio de memoria activa – como un período nefasto para los intereses colectivos. Pero debemos asumir el riesgo latente de que el MENEMISMO, el roba pero hace, sigue vivo y al acecho.

Entiendo el duelo, el dolor de la familia como cualquier otra muerte de un ser humano. Les damos el pésame.

Fragmento de Elsa Drucaroff:

Mi pésame a lxs familiares de las víctimas de la explosión de Río Tercero, ordenada para tapar las pruebas de su negociado con armas a Ecuador. Mi pésame a lxs familiares de las víctimas de los atentados a la Embajada del Estado de Israel y a la AMIA, masacres que quedaron impunes con la activa y económicamente interesada participación de Menem. Mi pésame a la Educación Pública argentina, que fue ejemplo para el mundo y Menem destruyó con toda intención y consciencia, con una reforma educativa que hasta hoy nadie revirtió. Mi pésame a lxs víctimas y muertxs de la crisis del 2001. No a sus beneficiarios, fervientes defensores de una política económica menemista con la que hicieron fortunas y que derivó en la crisis más asesina de la historia del país. Una crisis de la que nunca realmente nos recuperamos. Mi pésame a todas estas, sus víctimas, porque Carlos Menem murió libre, millonario, impune pese a sus condenas, y en su cama.  Denuncio al Poder Judicial y al establishment político argentino en su totalidad porque son responsables de que uno de los peores delincuentes de la Argentina haya muerto así. Los denuncio porque ahora van a hacerle homenajes. Acaba de terminar su vida un hombre astuto, capaz de manipular en su beneficio la mierda más oscura del alma de millones que lo votaron, lo admiraron, lo imitaron, dijeron "roba pero hace". Y lo hicieron ganar tres veces las elecciones. La mayoría de quienes hoy se llenan la boca hablando contra la corrupción y se escandalizan por Cristina aman o amaron (y ya "no se acuerdan") su glamour para robar, sus exhibiciones de macho alfa, su insolencia para cagarse en el amor, la sensibilidad, la cultura, el arte, la verdad, la bondad, la honradez y cualquier forma de lo que entendamos por Justicia. Argentina debería estar de luto pero no por Menem. Debería estar de luto por ella misma. Y mirarse un poco. Y avergonzarse. Sobre todo, avergonzarse.

QUIÉN ES ELSA DRUCAROFF-

Podemos recordar al menemato – en un ejercicio de memoria activa – como un período nefasto para los intereses colectivos. Pero debemos asumir el riesgo latente de que el menemismo sigue vivo y al acecho.