Estaba explorando la virtud de la esperanza y me encontré con esta frase: La esperanza tiene dos hijas muy queridas: la indignación (la ira) con la situación tal cual es y la valentía para cambiarla. Con el tiempo me enteré que está idea sobre la esperanza era de San Agustín y aparecía redactada de múltiples formas. Por ejemplo: «La Esperanza tiene dos hermosos hijos: la Ira y el Valor. La Ira para indignarse por la realidad y el Valor para enfrentar esa realidad e intentar cambiarla». En otros textos se habla del enojo, la furía y el coraje. Mucho más tarde pude leer a Bloch, el filósofo de la esperanza y la utopía. Comparto aquí algunas reflexiones sobre la esperanza y la utopía como herramientas para salir de la ira y el enojo y animarnos a modificar la realidad que nos indigna. MercedesJones
ERNST BLOCH- EL PRINCIPIO ESPERANZA Y LA UTOPÍA CONCRETA
Tomás Moro creó el término de utopía y durante varios siglos la humanidad ha ido soñando otros mundos mejores.Ernst Bloch conceptualizó su contenido en una utopía concreta. Lo fundamental de la utopía no es su contenido o su logro total, sino que tiene tres funciones: 1. Hace una crítica a la realidad actual. 2. Al hacer propuestas utópicas indica hacia dónde caminar, da una dirección. 3. Analiza la posibilidad de la utopía y esto genera el contenido de la función utópica: la esperanza. La fuente de la utopía está en los sueños soñados despierto y en lo que Bloch llama el excedente cultural que contienen todas las manifestaciones de la cultura humana. * Ver más en:https://www.posgrado.unam.mx/filosofia/publica/04galv.pdf-La función Utópica en Ernst Bloch - Isidro Manuel Javier Gálvez Mora
ESPERANZA Y UTOPÍA: Esperanza y utopía- Fernando Aínsa Amigues https://www.academia.edu/8525052/Esperanza_y_utop%C3%ADa
EL PRINCIPIO ESPERANZA
- Bloch, E. (2004) El principio Esperanza. Madrid. Trotta
- El Principio Esperanza de Bloch muestra que su interés en la utopía tiene su antecedente en Marx y en la importancia de criticar el presente e imaginar el futuro deseado. Desde 1906 Bloch recorre su argumentación con el concepto clave del “Todavía No” . Desarrolla la idea de la utopía como consciencia anticipatoria e impulsa imagenes desiderativas, imagenes que expresan deseos. La idea de Bloch de que el "no" es "NO TODAVÍA" es sumamente valiosa para mí porque frente al NO que plantea la realidad, Bloch me anima a seguir. Entiendo el presente (y me indigna), pero trabajo por una presencia real y concreta de mejora, tengo un horizonte posible. Tengo esperanza.
- LAS FUNCIONES DE LA UTOPÍA: REIVINDICA EL FUTURO E IMPULSA A LA ACCIÓN
Introducción a Bloch- Universidad de Barcelona: file:///C:/Users/TITI/Downloads/76337-Text%20de%20l'article-99195-1-10-20080118%20(1).pdf
- Ernst Bloch conceptualizó la utopía concreta. Lo fundamental de la utopía no es su contenido o su logro total, sino que tiene tres funciones:
- 1. Hacer una crítica a la realidad actual. ...
- 2. Analizar la posibilidad de la utopía y
- 3. Generar el contenido de la función utópica: la esperanza.
PARA COMPRENDER LA RELACIÓN ENTRE LA ESPERANZA, LA UTOPÍA Y LA POSIBILIDAD DEL CAMBIO
Copio aquí una selección de textos del trabajo de Ruth Levitas «La Esperanza Utópica: Ernst Bloch y la reivindicación del futuro«. El texto completo de este ensayo –elaborado por una de las especialistas contemporáneas en pensamiento utópico– puede leerse aquí: https://comunizar.com.ar/ernst-bloch-la-esperanza-utopica/
Bloch nació en 1885. Su interés en la utopía tiene su antecedente en Marx y recorre su argumentación con el concepto clave del “Todavía No” desde 1906. Para 1921, había escrito dos trabajos importantes sobre la utopía: Geist der Utopie (Espíritu de la utopía) y el estudio sobre Thomas Münzer [y de los levantamientos campesinos alemanes a comienzos del siglo XVI].
Las 1400 páginas de El Principio Esperanza, que constituyen el intento más sostenido y vasto por rehabilitar el concepto de utopía dentro del marxismo, no pueden, en consecuencia, ser ignoradas en ninguna discusión sobre la utopía: contiene implicaciones tanto respecto de la definición del objeto utópico y las fronteras del campo de estudio como de la aproximación al material dentro de ese campo.
La ubicuidad de la utopía
A un nivel descriptivo, la utopía es definida mucho más ampliamente por Bloch que por gran parte de los comentaristas. Incluye sueños diurnos, mitos y fábulas, así como relatos de viajeros y literatura utópica. Además, sorprendentemente, abarca temas tan diversos como viajes marítimos de monjes irlandeses medievales o los intentos de los alquimistas por sintetizar oro. Las artes creativas, particularmente la literatura, la arquitectura y la música son asumidas como vehículos importantes de la utopía. Bloch rechaza la identificación de la utopía con un género literario: reducir el elemento utópico a la concepción de Tomas Moro, u orientarlo exclusivamente a ella equivaldría a reducir la electricidad al ámbar, del que ésta extrajo su nombre en griego y en el que fue percibida por primera vez. Más aún: lo utópico coincide tan poco con la fantasía política, que es precisa la totalidad de la filosofía (…) para hacer justicia al contenido que designa la palabra utopía. A las exploraciones del vasto campo que Bloch considera como utópico están dedicadas cuatro de las cinco secciones de El Principio Esperanza. La primera, muy pequeña, es la sección que tiene que ver con los sueños diurnos que son parte de la vida diaria de la gente de todas las edades, aunque las preocupaciones de los niños, los adolescentes y los adultos son diferentes.
La segunda sección, que ocupa la mayor parte del primero de los tres volúmenes, tiene que ver menos con las manifestaciones externas de la utopía que con su esencia, la conciencia anticipatoria, y será discutida por separado. La tercera parte regresa a las expresiones de la utopía como “imágenes desiderativas en el espejo”, donde las formas incluidas son el circo, las ferias y las fábulas, el encanto del viaje, el baile, el cine y el teatro. Las imágenes desiderativas discutidas aquí son vistas como una transición hacia la construcción del “esbozo de un mundo mejor”.
Todavía-No
La designación de la utopía como “conciencia anticipatoria”, que es el subtitulo de la segunda parte de El Principio Esperanza, depende del concepto central de Bloch: el Todavía No. Éste tiene dos aspectos, el todavía-no-conciente y el todavía-no-ha-llegado-a-ser que constituyen sus dimensiones ideológica y material o sus aspectos subjetivos y objetivos.
El todavía-no-conciente es más fuerte en la juventud, es expresado par excellence en las artes creativas y está intensamente presente en tiempos de cambio, particularmente de cambios revolucionarios. Así, “todos los tiempos de cambio están llenos de todavía-no-conciente, incluso saturados, un todavía-no-conciente que es llevado por una clase emergente”. Lo que aparta al todavía-no-conciente de ser una categoría puramente psicoanalítica u ontológica es que constituye el correlato subjetivo de todavía-no-ha-llegado-a-ser, una categoría que se aplica a la realidad material. Para el horizonte de Bloch y para el concepto del todavía-no-ha-llegado-a-ser es fundamental afirmar que el mundo material está esencialmente inacabado, el futuro es indeterminado y, en consecuencia, el futuro constituye un reino de posibilidades.
Estos futuros posibles deben ser vistos como parte de la realidad, en lugar de como algo exterior, a pesar de que la indeterminación del futuro signifique que no hay desarrollo necesario de la potencialidad en la realidad y a pesar de que no todas las posibilidades reales pueden ser efectivamente realizadas. La utopía, como expresión de lo todavía-no-conciente, es reivindicada en tanto hace contacto con la posibilidad real de lo todavía-no-ha-llegado-a-ser; está activamente vinculada al proceso del mundo en devenir como anticipación del futuro (no como una mera compensación en el presente), de modo que, a través de sus efectos sobre los propósitos y la acción humanas funciona como un catalizador del futuro. La actividad humana, alimentada por la imaginación, tiene un papel decisivo: “articulada con la historia al modo de una bisagra humana es su productora”.
Mediante el Todavía-No la utopía es trasladada de un concepto descriptivo a un concepto analítico, definida en términos de una función que es simultáneamente expresiva e instrumental. El Todavía-No en sí mismo contiene múltiples significados, los dos dominantes enfatizan la necesidad de la expresión utópica. La frase alemana noch nicht puede ser traducida tanto como “todavía-no” así como “aún-no”. De este modo, puede llevar el significado de algo que todavía no es, pero que es esperado, dando énfasis a una presencia o realidad futura; o algo que aún no es, dando énfasis en una ausencia o una carencia en el presente.
Utopía abstracta y concreta
Si la afirmación de que la utopía es anticipatoria no implica una perspectiva completamente idealista y voluntarista del futuro, la distinción debe ser hecha entre aquellos sueños de una vida mejor que constituyen posibilidades reales y aquellos que no; Bloch está, consecuentemente, dirigiéndose a hacer una distinción entre utopía abstracta y utopía concreta.
Bloch lleva esto hasta su conclusión lógica: la tarea es poner al descubierto y recobrar la esencia anticipatoria de la utopía distinguiéndola de las impurezas de los elementos contingentes y compensatorios.
[Sin embargo] Bloch es firme al sostener que incluso la más abstracta de las aventuras utópicas en el más allá es mejor que el pesimismo o la ignorancia burguesa porque contiene la intención dirigida hacia una vida mejor; si la función utópica de alcanzar un futuro transformado está presente de modo inmaduro, al menos sienta un precedente.
Para Bloch, la naturaleza inacabada de la realidad posiciona la utopía concreta como un futuro posible dentro de lo real; y mientras pueda ser anticipada como una experiencia subjetiva, tiene además una estatus objetivo.
No obstante, la distinción entre utopía abstracta y utopía concreta es fundamental para el proyecto de Bloch. La rehabilitación de la utopía depende de desmontar los elementos abstractos que desordenan el núcleo concreto. La utopía concreta debe ser filtrada, despojada de creencias desiderativas que fueran puramente fantasías compensatorias y evasivas de la realidad. El proceso implica:
“conocimiento y remoción de elementos utopísticos acabados, con conocimiento y remoción de la utopía abstracta. Pero lo que queda entonces es: el sueño inacabado hacia adelante, la docta spes que únicamente puede ser desacreditada por la burguesía –y que es digna de recibir seriamente el nombre de utopía que cuidadosamente razonado y cuidadosamente aplicado contrasta con el utopismo–; en su brevedad y lucidez, esta expresión significa entonces lo mismo que: un órgano metódico para lo Nuevo, un estado objetivo agregado de lo que está por venir”
ENTENDER LO UTÓPICO
- Todo proyecto no realizado en cierta forma siempre es una utopía, un lugar fantasmático, inexistente o por venir.
- El ideal socio-perfeccionista de las ingenierías sociales iluministas tendrá sus modelos desde las máquinas de cuño benthaminiano a las houses workers precapitalistas inglesas y los inventos del higienienismo preventivo de Benjamin Richardson y el ideal de Hygea que auspicia la infraestructura sanitaria de la modernidad urbana y hasta los modelos ideales de Ledoux o antes, las nuevas ciudades borbónicas (desde Richilieu hasta Napoleonville).
LA UTOPÍA UN RADICAL ANTROPOLÓGICO
ROGELIO BLANCO MARTÍNEZ
file:///C:/Users/Dell/Downloads/6635-Texto%20del%20art%C3%ADculo-14458-1-10-20160215.pdf
- Utopía y utopismo: son conceptos que se han presentado abundantemente unidos, mas no tanto reflexionados. Utopía, utópico, utopismo y otros derivados son términos presentes en el lenguaje cotidiano y en el especializado, tanto para expresar la idealidad (de ideal) o el lelismo, la estupidez o el anhelo, el deseo o lo imposible, lo posible pero aún no real, etc; bien sea desde el ámbito del coloquio callejero, desde el especializado o desde el político, sea para soñar o para recriminar, reiteradamente, se da cuenta y uso de estos términos.
- Así pues, también el método o modo de pensar utópico es exclusivo del hombre, del homo sapiens et quaerens, del ser capacitado para interrogar y tensionar la realidad. Es un método que le lleva más allá de la utopía, pues si esta se fija y oficializa casi siempre deviene en pesadilla. Oscar Wilde escribió: «un mapa mundi en el que no esté incluida la utopía, no merece la pena ni mirarlo, ya que deja fuera el país en el que la humanidad está dispuesta a desembarcar en todo momento, y cuando desembarca y mira a su alrededor encontrando un país mejor, larga velas». Este tensión perenne es lo que hace utópica a la utopía, del mismo modo que cómica a la comedia o trágica a la tragedia.
- De ahí que la utopía como proceso y como progreso no sea «un antes» (por ejemplo, los diseños edénicos), ni «un después» de este mundo (por ejemplo, los proyectos escatológicos), sino otra parte, otro lugar, pero en el Más-Acá.
- Si las características anteriormente enumeradas configuran el género utópico, a continuación se nominan otras que suelen configurar a las utopías.
- F. Polak, a modo de ejemplo, ha calificado a las utopías como:
- — dualistas: enfrentan dos mundos;
- — revolucionarias: presentan una alternativa de cambio definitivo a un status quod vigente;
- — dialécticas: el cambio va implícito en la utopía, para subsistir debe nacer y morir constantemente, su fijación oficial la convierte en pesadilla o antiutopía.
- — idealista: la elección de «otro mundo» no es arbitraria, busca la eudonomía y para cuantos «más, mejor»;
- — pesimismo existencial y optimismo volitivo, rebeldía contra el orden existente por considerarlo envilecido contra la humanidad y proyección de un nuevo orden toda vez que cree en las potencias del ser humano; en este orden el utopista cree en la fuerza emancipadora del pensamiento humano, de ahí que proyecta alternativas;
- — racional e irracional: los análisis y diseños son desde la razón y sin olvidar otras potencias emocionales e imaginativas. El hombre es más que razón y tiene capacidad de prevoir pour pouvoire (Comte), de idear una «terra incógnita», de no someterse a un deux ex machina ni convertirse en machina machinorum. Este afán imaginativo, futuro que no profético, impulsor de cambio social y provocador de un producto tan añejo, la utopía, como su mentor, el hombre, nos lleva a otras consideraciones aportadas por P. Tillich.
- TILLICH- Este autor advierte de unos caracteres positivos:
- – la utopía es verdad, pues muestra esencias reales del hombre; - es fecunda, abre posibilidades; es poderosa, puede transformar un orden oficial.
- Pero también Tillich emite otras negativas:
- -la utopía es falsa, pues olvida la finitud del hombre;
- – estéril, apuesta por imposibilidad;
- – impotente, todos sus esfuerzos la historia se ha encargado de derrocarlos.
- Tillich, hegelianamente, opone a una tesis de características positivas, la antítesis o características negativas; la conclusión o síntesis la resuelve teológicamente en o con la trascendencia de la utopía, en una tierra de promisión. Con esta solución apocalíptica, P. Tillich olvida el carácter dialéctico de la utopía y la vuelve a dejar supeditada a las manos de los dioses, ciertamente un lugar que no le corresponde habitar.
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SINAPIA,LA UTOPÍA ESPAÑOLA
- Sinapia parece ser la única utopía, propiamente dicha, española. Aparece en Descripción de la Sinapia, península en la Tierra Austral, texto anónimo escrito a finales del siglo XVII o más tarde que se difundió desde 1976 con cierto eco
EL PRINCIPIO ESPERANZA Bloch, Ernst. 2004. El principio Esperanza. Madrid. Trotta
- LA ESPERANZA IMPULSA A LA ACCIÓN
- Sin embargo, en tanto que en el hombre la capacidad activa forma parte muy especialmente de la posibilidad, la puesta en marcha de esta actividad y valentía, siempre que tiene lugar, causa un pre-dominio de la esperanza. La valentía en este sentido es la acción adversa contra la posibilidad negativa del despeñarse en la nada. Es, empero, acción adversa sólo en tanto que, a diferencia del acto heroico rápido y abstracto, se asegura de la mediación más precisa con las condiciones dadas.
- HACER CASTILLOS EN EL AIRE
- Para que existan los castillos hubo primero que construir castillos en el aire.
- Es necesario rechazar lo que hay para poder imaginar algo distinto.
- Ernst Bloch: el Principio Esperanza en el relanzamiento del pensamiento crítico-utópico en el Siglo XXI
- "Lo que existe no puede ser verdad"– esta contundente formulación filosófica con la que Ernst Bloch resumió lo que sería El Principio Esperanza– constituye una expresión que, redefiniendo el apotegma de Hegel la verdad es el todo, frente y contra el Holocausto y la barbarie nazi, se traza para rechazar con radicalidad que la era de la oscuridad sea un fatum [destino] indetenible e ineluctable. Escrito durante su exilio en los Estados Unidos, entre 1938 y 1947, este magnum opus de Bloch se niega combativamente a que sigamos sumidos en la noche más profunda de la historia. Indaga las más diversas aventuras del sueño desiderativo, es decir, de los sueños que tienen como [parte de] su contenido el deseo de un mundo mejor y florecientemente humanizado.
- MIRAR EL VIDEO.
- BLOCH, ESPERANZA Y AMÉRICA LATINA
- El libro es un inmenso y fascinante viaje a la búsqueda de imágenes desiderativas de paisajes deesperana, dispersas en las utopas sociales, mdicas, arquitectnicas, tcnicas, filosficas,geogrficas, musicales artsticas.
- En esta modalidad mu particular de la dialctica tpicamente romntica entre el pasado y el futuro (avenir), el punto central es el descubrimiento del futuro bajo la forma de promesa no cumplida.
- Engels preconiaba, en un clebre folleto de 1888, el pasaje del socialismo de la utopa a la ciencia, Bloch no dudaba en invertir dicho orden. Efectivamente, no niega la necesidad de la ciencia puesto que el socialismo no puede cumplir su papel revolucionario sino en la unidad indisoluble de la sobriedad laimaginacin, de la ran de la esperana, de la meticulosidad del detective el entusiasmo del soador.
- Utopias En La Era De La Supervivencia.: Una Interpretación Del Buen Vivir, De Omar Felipe Giraldo. Omar Felipe Giraldo Editorial Itaca, 19 may 2014 - 220 páginas
- El Buen Vivir es un proyecto político alternativo que ha surgido durante los últimos años en Latinoamérica, el cual ha despertado un interés creciente en espacios académicos de distintas latitudes. En pocas palabras, el proyecto puede resumirse como la constante búsqueda de vivir en equilibrio y armonía con lo existente, por medio de la comprensión y experiencia plena de que todo está interrelacionado con lo demás.
En este libro se toma el Buen Vivir como ejemplo para ilustrar cómo las utopías contemporáneas se están configurando en disputa con los símbolos culturales de la modernidad capitalista, y la manera en que se comienzan a pensar las distintas vías en que podrían superarse las fragmentaciones ideológicas entre naturaleza y cultura, individuo y comunidad, y las nociones ligadas al progreso y al desarrollo. Asimismo, se muestra la forma en que los contenidos discursivos asociados a la revalorización del lugar, la empatía en las relaciones sociales, la ciclicidad de la temporalidad y la atención de las experiencias vivas, revelan el talante de una época, en la que, poco a poco, se empieza a reconocer la necesidad de transformaciones estructurales de hondo calado, para sortear una crisis de cuyas soluciones dependerá la supervivencia de la humanidad en el planeta.
ROMPECABEZAS- P108 ECOSISTEMA Y COMPLEMENTARIEDAD- La analogía de los cultivos.pag 109 https://books.google.com.ar/books?id=4HyZAwAAQBAJ&pg=PA107&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=2#v=onepage&q&f=false
- SEGUIR EXPLORANDO.reciprocidad,por ejemplo: paf 110 mingas, convites, tequios, faenas
- ANALOGÍA DEL PASTOR, DEL CUIDADOR Utopías en la era de la supervivencia: Una interpretación del Buen Vivir- De Omar Felipe Giraldo
- LA UTOPIA CUANDO ES UN SUEÑO QUE ASPIRA A REALIZARSE ES VOLVER A VER LO QUE YA TIENE SU PROPIO LUGAR.
EL LUGAR BASHO Y EL NO LUGAR DE LA UTOPÍA. El filósofo japonés KitaroNishida (1870-1945) concibió la conciencia como un “lugar” o basho (en japonés) que abarca los lugares individuales de cada uno de los fenómenos que comprendemos como constitutivos de la realidad. En su análisis, la conciencia también posee una fuerza, o mejor dicho, tiene en ella una fuerza que une la pluralidad de basho y ello pese a su constante movimiento y cambio. Basho, como un “lugar [tokoro o sho] en un campo [ba]”, es un “campo de fuerza”, mientras que el “campo de conciencia” simultáneamente es constituido por el “campo de fuerzas” de todo los basho que existen en él y es un “campo de fuerza” en sí mismo. Para Nishida, basho no es simplemente la ubicación que una cosa ocupa en el espacio o en la conciencia, sino más bien un campo activo que ejerce una fuerza en el medio donde se proyecta el objeto, al mismo tiempo que da unidad a las cosas que están ubicadas en él. El “campo de conciencia” actúa como una fuerza que imposibilita que cualquier cosa dentro de él se mueva hacia afuera, de modo similar a la manera en que los “campos gravitacionales” propuestos por Albert Einstein unen el universo y evitan que los cuerpos se alejen unos de otros, a la vez que proporciona la fuerza que da unidad a un determinado cuerpo. Seguir viendo: https://books.google.com.ar/books?id=4HyZAwAAQBAJ&pg=PA107&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=2#v=onepage&q&f=false
- ¿Puede frustrarse la esperanza?
- Ernst Bloch
- Clase inaugural en la Universidad de Tubinga, 1961
- Nada es más humano que el traspasar lo que existe. Que los sueños en flor casi nunca maduran es archiconocido. La esperanza probada sabe eso mejor que nadie; tampoco en esto es ella ninguna garantía. Ella sabe sobre todo también, por su propia definición, por decirlo así, que no sólo donde hay peligro surge la salvación, sino también que donde hay un salvador allí crece también el peligro.
- Pero Heráclito dice: «Quien no espera lo inesperado jamás lo encontrará».