Phrónesis (o frónesis) es un término griego que se traduce como sabiduría práctica, la cual es la virtud intelectual de discernir el mejor curso de acción en situaciones concretas, buscando un propósito moral y actuando con prudencia y buen juicio.
- Es la habilidad de "leer" una situación, comprendiendo sus aspectos éticamente relevantes y eligiendo la manera más virtuosa y adecuada de actuar para lograr un fin deseado.
- Características de la Phrónesis
- Sabiduría práctica y ética: No solo se trata de conocimiento teórico, sino de la aplicación práctica de la moral para la vida diaria y los asuntos públicos.
- Buen juicio y sentido común: Implica la capacidad de tomar decisiones sensatas y razonables en contextos específicos.
- Discernimiento de los fines y medios: Permite identificar los objetivos correctos y los métodos apropiados para alcanzarlos de forma virtuosa.
- Excelencia de carácter: Fomenta la virtud y el desarrollo de un buen carácter a través de la práctica constante del buen juicio.
- Contexto Aristotélico: El concepto fue desarrollado prominentemente por Aristóteles en su obra Ética a Nicómaco.
- Diferencia con otros conceptos
- A diferencia de la "sophía" (sabiduría teórica), la frónesis se centra en el ámbito de la acción y el cambio, buscando cómo y por qué actuar para mejorar las cosas y la vida en general.
- En resumen, la phrónesis es la habilidad de deliberar y elegir la acción más justa y correcta en cada situación, demostrando una sabiduría que integra el pensamiento moral con la experiencia.
- La "frónesis" o el encanto de la sabiduría práctica
- Por Luiki Alonso, 10 noviembre 2022
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- Uno de los aspectos interesantes de la frónesis es que se trata de un concepto que no tiene una traducción precisa. Es algo así como saber leer las situaciones específicas y tomar decisiones acertadas en función de un fin loable.
- La frónesis, o phronēsis, es un concepto de la ética que estuvo muy presente en la filosofía griega. Fue evolucionado especialmente por Aristóteles en su Ética a Nicómaco, donde se consideraba una de las grandes virtudes del ser humano. No existe una traducción exacta para esta palabra, pero podría decirse que se trata de la “sabiduría práctica”.
- Los griegos pensaban que la frónesis formaba parte de las artes del buen vivir. Quien tenía esta propiedad era capaz de desenvolverse en diversas situaciones con total éxito. El primero en referirse a ella fue Sócrates, quien la consideraba una especie de sumatoria de todas las virtudes.
- Platón también hizo alusión a la frónesis en su obra Menón, definiéndola como “entendimiento moral” y considerándola el atributo más importante de todos cuantos se pueden aprender. Sin embargo, aclaró que esta virtud no puede ser enseñada, sino que es fruto de un profundo conocimiento de uno mismo.
- La frónesis, una gran virtud
- Aristóteles fue quien desarrolló más a fondo el concepto de la frónesis. Para él, era una forma de sabiduría diferente a la de “sofía”, una palabra que hacía alusión al conocimiento universal más propio de la ciencia. Esta vendría a ser una suerte de “sabiduría teórica”.
- En cambio, la frónesis correspondía a la sabiduría materializada. No era simple aplicación del conocimiento, sino que exigía la capacidad de decidir para lograr un fin determinado. También la virtud para elegir la aplicación del conocimiento en función del mayor bien posible, en concreto, para una vida plena. Por lo tanto, se trataba de una virtud ética.
- La frónesis también está asociada a la política en Aristóteles. En este terreno, la sabiduría se aplica al bien común. Así mismo, quien posee ese atributo se convierte en el líder ideal para las comunidades y los colectivos. Implica que hay conocimiento, sensatez y prudencia en las decisiones que se toman.
- La relación con la ética
- Aristóteles señalaba que hay tres formas de apelar al carácter, al que los griegos denominaban “ethos”. Esta última palabra significa ‘costumbre’ o ‘conducta’ y hace referencia a la manera de ser, en particular al comportamiento moral. Los tres componentes del ethos son, según los griegos, la frónesis, el areté y la eunoia.
- La areté es la voluntad de excelencia. Es propio de las personas que están formadas para pensar, hablar y obrar con éxito. Estaba determinada por tres virtudes: andreía, o valentía; sofrosine, o equilibrio; y dicaiosine, o justicia.
- Por su parte, la eunoia hacía referencia a la buena voluntad hacia la gente. Podría ser un sinónimo de nobleza, o de lo que hoy conocemos como empatía. La triada se completa con la frónesis. Esta no sería fruto de la buena formación del carácter, como las otras dos, sino de la experiencia. Por eso, Aristóteles pensaba que no podía estar presente en una persona joven.
- Una virtud del intelecto
- Aristóteles señaló que la frónesis era una “virtud de la inteligencia”, la cual permitiría “deliberar rectamente respecto de los bienes y de los males” en función de lograr la felicidad personal y colectiva. Por lo tanto, se trataba de un atributo intelectual que se hacía presente en hechos concretos y no potenciales.
- Supone conocimientos, pero no universales, sino anclados en un tiempo y un lugar, o sea, en situaciones específicas.
- Mientras que la virtud, o areté permite establecer altos fines o nobles propósitos, la frónesis permite elegir medios justos y realizar procedimientos adecuados para lograrlos. No es una habilidad, porque la habilidad es suficiencia para realizar algo que ya está predeterminado. En este caso, se requiere reflexión aguda antes de la acción y esta no es repetitiva.
- Aristóteles llegó a decir que la frónesis es una condición necesaria para ser feliz y una característica fundamental para tener credibilidad en lo social. Implica una mente formada, lúcida, pero práctica a la vez, y con una alta dosis de sentido común. Por eso esta es una virtud propia de los líderes y de quienes tienen la capacidad para persuadir a otros.
- Pericles fue considerado la materialización misma de la frónesis. Se le vio como un gobernante con enorme capacidad para persuadir y lograr que otros le siguieran, gracias a que empleaba estrategias que le permitían obtener lo que se proponía.