Javier Milei


—Soy anarcocapitalista de largo plazo y minarquista de corto

Es noviembre de 2018 y las ideas de Javier Milei, y sobre todo su jerga, suenan tan exóticas como el personaje que las pronuncia. El economista, que se haría conocido por su tono enérgico, mezcla ideas de la Escuela Austriaca con un léxico “políticamente incorrecto”. El entrevistador repite los dos términos -“minarquista” y “anarcocapitalista”- y le pide que los “traduzca”.

—La idea es minimizar el Estado, y el cero es parte del conjunto de la solución. Minarquista es que el Estado solo se ocupe de seguridad y justicia. Y anarcocapitalista que, cuando la tecnología lo permita, se lo elimine. Incluso en temas como seguridad y justicia. Todo sería de dominio privado.



-Reducir ministerios para tener un gobierno con sólo ocho (Economía, Justicia, Interior, Seguridad, Defensa, Relaciones Exteriores, Infraestructura y Capital Humano).

-Eliminar las jefaturas de gabinete y equipos de análisis de políticas públicas de todas las áreas, privilegios como seguridad y choferes, y poner en funcionamiento el sector de control de gastos, entre otras medidas de ajuste.

-Avanzar con el cierre o privatización de todas las empresas públicas, Telam, TV Pública, Incaa e Inadi, entre otros organismos. -Reducción del gasto público: “Aspiramos a reducir gastos por 15% del PBI”, afirma el plan de gobierno.

-Reducción de impuestos: la propuesta de la Libertad Avanza señala que, una vez reducido el gasto público, buscarán eliminar el 90% de los impuestos actuales.

-Modernización laboral: busca implementar el sistema implementado por la UOCRA, con un esquema de seguros de desempleo. “Este modelo permitirá que los 8 millones de argentinos que se encuentran fuera del sistema puedan incorporar al mismo con todos los beneficios que ello implica”, sostiene el plan de gobierno. -Reforma monetaria: asegura que avanzará con su plan para “eliminar el Banco Central para terminar con la inflación para siempre”.

-Dentro de esas reformas económicas no menciona la palabra “dolarización”, una de las más repetidas durante las intervenciones mediáticas de Javier Milei. Se trata de una propuesta que, según detalló el candidato libertario, tiene varias alternativas de aplicación y no se llevaría a cabo en la primera etapa de su gobierno.

-Reforma de los ministerios de Salud, Desarrollo Social, Trabajo y Educación en un solo ministerio de Capital Humano.

-Devolverles a las fuerzas de seguridad el apoyo político que necesitan para cumplir la función esencial que establece la Constitución.

-Detener la ocupación de tierras y asegurar el libre tránsito.

-Crear un instrumento militar ágil, moderno y tecnológicamente avanzado que reemplace las actuales estructuras.

-Reorganización de la Cancillería Argentina para promover el comercio de Argentina con el mundo y la alineación en materia de Relaciones Exteriores con todas las causas democráticas de mundo.

-Eliminación total de la Obra Pública estatal, reemplazándola por un esquema de iniciativa privada similar al que se aplica en Chile, Perú y Suiza.

El perfil de Javier Milei Javier Milei nació el 22 de octubre de 1970 en la Ciudad de Buenos Aires. En su página web se presenta como “hijo de padres de clase trabajadora, mi padre fue colectivero y mi madre ama de casa”.

Con pasado como arquero en las inferiores de Chacarita y con alguna incursión en el mundo de la música, asegura que decidió estudiar economía luego de la hiperinflación de 1989.

Se recibió en la Universidad de Belgrano en 1993 y luego hizo un posgrado de Teoría Económica en el Instituto de Desarrollo Económico y Social y un posgrado en Economía en la Universidad Torcuato Di Tella.

Tras su fuerte irrupción mediática, donde llamó la atención por su particular forma de comunicar ideas libertarias en materia económica, debutó en política como candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires en 2021 por La Libertad Avanza.

La lista encabezada por Milei cosechó más del 17% de los votos y consiguió dos bancas en la Cámara Baja.


CARLOS PAGNI, Para La Nación.

El flamante presidente dijo que sólo cabe encarar un shock, “porque todos los planes gradualistas fracasaron”. Fue una definición previsible, pero también curiosa. Luis “Toto” Caputo y los demás integrantes de su equipo fueron los titulares del experimento gradualista de Macri. Integraban el gabinete de Alfonso Prat-Gay. Es verdad, ahora se sumaron. Entendieron.

Milei hizo una afirmación de alcance indefinido. “No hay plata”. ¿Es una fórmula de marketing? ¿O es una noticia financiera? ¿Anunció, en rigor, que no habrá financiamiento externo? Entre los profesionales de la economía se dudaba mucho de que el Fondo Monetario Internacional aportara recursos adicionales. En Washington entienden que eso sólo será posible cuando, más adelante, se negocie un nuevo programa. ¿Qué pasó, entonces, con las fuentes alternativas? ¿Hay noticias de Qatar o de algún otro Eldorado? Son dudas que se potencian por otra declaración intrigante del nuevo presidente: “El rollover de la deuda es por demás desafiante”. Desde la escalinata del Congreso relampagueó una reestructuración. No es un dato aislado. Caputo y su superior directo, Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, tomaron ya contacto con Andrés de la Cruz, el abogado del estudio Cleary Gottlieb que sigue la agenda argentina en Nueva York a través de sucesivas administraciones, como si fuera parte de “la casta”. Además, en el equipo económico es una idea muy extendida, y justificada, que el Fondo deberá hacerse cargo de su responsabilidad en el desastre que deja Sergio Massa. Quien lo expuso en los términos más duros fue Nicolás Dujovne en LA NACION: “La Argentina alcanzó una inflación del 140% cumpliendo las metas establecidas”. Con el Fondo también se intentará una renegociación total.

Milei no pudo ser más explícito ayer en la promesa de un reordenamiento doloroso. Lo justificó pintando el oscuro cuadro de la herencia recibida. Dijo que la emisión fue tan pavorosa que dejará una onda expansiva de 24 meses de inflación. Al comienzo del programa, alertó, se estará peor. Pero al final la economía tendrá una relanzamiento promisorio. La multitud gritaba “motosierra”. El nuevo presidente habrá corroborado con ese canto lo que le dicen las encuestas: “Yo tengo 60% de imagen positiva, pero el ajuste tiene 70%”.

La contundencia del planteo de Milei no despejó las dudas. ¿Cómo se realiza esa reconversión de la macroeconomía? Él reiteró que no habrá más emisión. Es posible. ¿Pero habrá algo parecido? ¿Es verdad que el Tesoro tomará los pesos que las entidades financieras tienen atesorados en el Banco Central, a través de un nuevo bono que será susceptible de ser negociado en Wall Street? El déficit ya no se financiaría con emisión, pero sí con los ahorros de los depositantes. O de ciertos depositantes: empresas con grandes tenencias de pesos.

Con todos sus interlocutores Milei repite la misma idea. Va a reducir el desequilibrio fiscal congelando el gasto. ¿Habrá contemplado el frente judicial? Porque por lo menos el 60% de las erogaciones del Estado está afectado por cláusulas de indexación. Un desafío para un funcionario estratégico del nuevo gabinete: Rodolfo Barra, encargado de discutir con el fuero Contencioso-Administrativo, que él conoce como pocos. A propósito de este frente, conviene tomar nota de un gesto de la Corte. Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti permanecieron en el recinto de Diputados para escuchar desde allí el discurso inaugural del Presidente. “Estamos”, fue el mensaje.