- Pablo Planovsky
- Todo parece solemne y serio en Conclave, una película sobre la elección de un nuevo Papa en el Vaticano. Para bien o para mal, las apariencias pueden engañar. Parece solemne, pero no lo es. A esta altura deberíamos saber que las apariencias son engañosas. Tiene el espíritu de una película de detectives, como si fuera una investigación de Hércules Poirot, no el Expreso de Oriente, sino en la Santa Sede. ¿Cómo hacer entretenida una historia donde un montón de cardenales tienen que decidir quién va a ser el próximo líder de la Iglesia Católica? Mezclando la estructura de un whodunit con una película de suspenso, como si Conclave fuera un largometraje de 2 horas al estilo de esos personajes de Game Of Thrones que tejían sus estrategias desde las sombras para influenciar a los monarcas.