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 * RELIGION Y POLÍTICA-Religión y política aparecen entremezcladas en un mundo en el que, contra los pronósticos más extendidos, salvo en Europa Occidental -y algunos aventuran que esa es la causa fundamental de su decadencia-, la religiosidad de los pueblos, lejos de disminuir, tiende a resurgir. El famoso “Dios ha muerto” de Federico Nietzsche parece quedar atrás. Parafraseando al filósofo alemán, puede decirse que asistimos a la “resurrección de Dios”. El pensador francés Gilles Kepel se adelantó y fue más allá, cuando en 1991 tituló, premonitoriamente, La revancha de Dios a su ensayo sobre el papel político de las religiones.

Un interesante trabajo realizado en 65 países por el Pew Research Center, un centro de estudios de Washington, titulado El futuro de las religiones del mundo: proyecciones del crecimiento poblacional 2010-2050, vaticina que para mediados de este siglo esa religiosidad será mayor que en la actualidad, con un notable incremento de la población musulmana y una incógnita sobre lo que sucederá en China, convertida en el mayor “mercado de almas” del planeta.

El relevamiento consigna que el 63 % de la población mundial se considera religiosa. El porcentaje más elevado se concentra en África y Medio Oriente, aunque la nación más religiosa es Tailandia, donde se asume como tal el 94 % de su población, mientras que en el extremo opuesto está China, donde el 61 % se considera ateo.

Ese porcentaje de la población mundial que se autodefine como religioso presenta variantes. Entre los menores de 34 años, ese promedio del 63 % aumenta al 66 % y en la franja de menores ingresos y menor nivel educativo trepa al 80 %. A la inversa, la religiosidad desciende entre los sectores con mayores niveles de ingresos. Los valores religiosos están más arraigados entre los más jóvenes y los más pobres.
 * Dentro de esta “geopolítica del espíritu”, el dato más relevante es la expansión del islam, que es la religión de más rápido crecimiento. La comunidad musulmana, que representa hoy el 23 % de la población mundial, alcanzará en 2050 el 30 %, con un salto de 1600 millones de personas en 2010 a 2760 millones. Para entender este fenómeno bastan dos hechos: uno de cada tres musulmanes es menor de 15 años y cada mujer musulmana tiene un promedio de tres hijos. En 2050, los musulmanes serán el 10 % de la población europea, una cifra significativa, pero alejada del fantasma de “Eurabia”, agitado por los movimientos xenófobos. Con una aclaración: ese minoritario 10 % estará desigualmente distribuido geográficamente. Esto explica la expansión de “bolsones islámicos” en territorio europeo.
 * Fórmulas aparte, lo cierto es que el vertiginoso avance de la revolución tecnológica, que es el sustento material de la globalización de la economía, ha originado, por primera en vez en la historia del hombre, la aparición de una sociedad mundial. Como toda comunidad, esta sociedad global requiere definir no solo un sistema de poder, sino una escala de valores comunes. El debate sobre esos valores universales, que van desde el medio ambiente hasta la defensa de los derechos humanos, no puede agotarse en los gobiernos. Incluye, necesariamente, la dimensión de la fe.

Pascual Albanese


  • Es periodista, vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico y cofundador del centro de reflexión para la acción política Segundo Centenario.
  • La segunda renovación peronista- Esta necesaria precisión conceptual ayuda a orientar el sentido de la etapa que se inicia. Porque “renovación” no significa “restauración”, ni menos aún un mero recambio de dirigentes para un simple maquillaje de ocasión. Los argentinos votaron por el cambio y el peronismo está obligado a escuchar ese mensaje. No hay lugar para la nostalgia de los “buenos viejos tiempos”. No se trata de volver a ningún pasado glorioso, sino de formular una nueva interpretación del presente con la vista puesta en el futuro. José Manuel De la Sota ya plantó la bandera de un “peronismo republicano”. Es una buena manera de empezar.
  • RELIGION Y POLÍTICA-Religión y política aparecen entremezcladas en un mundo en el que, contra los pronósticos más extendidos, salvo en Europa Occidental -y algunos aventuran que esa es la causa fundamental de su decadencia-, la religiosidad de los pueblos, lejos de disminuir, tiende a resurgir. El famoso “Dios ha muerto” de Federico Nietzsche parece quedar atrás. Parafraseando al filósofo alemán, puede decirse que asistimos a la “resurrección de Dios”. El pensador francés Gilles Kepel se adelantó y fue más allá, cuando en 1991 tituló, premonitoriamente, La revancha de Dios a su ensayo sobre el papel político de las religiones.

Un interesante trabajo realizado en 65 países por el Pew Research Center, un centro de estudios de Washington, titulado El futuro de las religiones del mundo: proyecciones del crecimiento poblacional 2010-2050, vaticina que para mediados de este siglo esa religiosidad será mayor que en la actualidad, con un notable incremento de la población musulmana y una incógnita sobre lo que sucederá en China, convertida en el mayor “mercado de almas” del planeta.

El relevamiento consigna que el 63 % de la población mundial se considera religiosa. El porcentaje más elevado se concentra en África y Medio Oriente, aunque la nación más religiosa es Tailandia, donde se asume como tal el 94 % de su población, mientras que en el extremo opuesto está China, donde el 61 % se considera ateo.

Ese porcentaje de la población mundial que se autodefine como religioso presenta variantes. Entre los menores de 34 años, ese promedio del 63 % aumenta al 66 % y en la franja de menores ingresos y menor nivel educativo trepa al 80 %. A la inversa, la religiosidad desciende entre los sectores con mayores niveles de ingresos. Los valores religiosos están más arraigados entre los más jóvenes y los más pobres.

  • Dentro de esta “geopolítica del espíritu”, el dato más relevante es la expansión del islam, que es la religión de más rápido crecimiento. La comunidad musulmana, que representa hoy el 23 % de la población mundial, alcanzará en 2050 el 30 %, con un salto de 1600 millones de personas en 2010 a 2760 millones. Para entender este fenómeno bastan dos hechos: uno de cada tres musulmanes es menor de 15 años y cada mujer musulmana tiene un promedio de tres hijos. En 2050, los musulmanes serán el 10 % de la población europea, una cifra significativa, pero alejada del fantasma de “Eurabia”, agitado por los movimientos xenófobos. Con una aclaración: ese minoritario 10 % estará desigualmente distribuido geográficamente. Esto explica la expansión de “bolsones islámicos” en territorio europeo.
  • Fórmulas aparte, lo cierto es que el vertiginoso avance de la revolución tecnológica, que es el sustento material de la globalización de la economía, ha originado, por primera en vez en la historia del hombre, la aparición de una sociedad mundial. Como toda comunidad, esta sociedad global requiere definir no solo un sistema de poder, sino una escala de valores comunes. El debate sobre esos valores universales, que van desde el medio ambiente hasta la defensa de los derechos humanos, no puede agotarse en los gobiernos. Incluye, necesariamente, la dimensión de la fe.

EnciclopediaRelacionalDinamica: PascualAlbanese (última edición 2024-01-08 17:21:13 efectuada por MercedesJones)