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11.04.2021 Contanos un poco tu objeto de estudio como socióloga. ¿Por qué te interesa “las personas mayores” como tema de investigación? ¿Qué significa el trabajo en la vida de una persona, en especial en los mayores de 50? ¿Qué consecuencia puede tener la pérdida de trabajo o incluso laS largas búsquedas laborales que padecen los mayores de 50 años? ¿Le pasa lo mismo a hombres que a mujeres en la búsqueda de trabajo, después de los 50 años? ¿Cuáles son las salidas laborales/profesionales/personales/emocionales que encuentran las personas cuando no son incluidas en un ámbito laboral formal?

DESARROLLO

Trabajo desde una sociología amable, una sociología para la gente. Una sociología que busca soluciones para la vida de las personas. Por supuesto que estoy en la universidad y me interesa mucho la reflexión, la investigación y los datos pero mi foco está en la acción. La academia es el lugar ideal para la reflexión y para la gestión del conocimiento y es importante para mí. En mi caso es una reflexión para la acción, para la transformación social, para mejorar la realidad. En todo caso, apoyo la idea de que "Cuando aplicamos el saber para explicar y conocer la realidad, estamos mejorando la realidad y enriqueciendo el saber"

Que interesante la pregunta, porque mi primera reacción es las personas mayores no son un tema de investigación para mí. Yo soy una persona mayor. Diría que aprender a ser una persona mayor del siglo XXI es una tarea cotidiana y todo un desafío para mí. Pero, si me pongo a pensar en cómo surgió mi interés en la temática del mundo silver, del mundo de los seniors te diría que comenzó hace unos 20 años atrás, casi sin darme cuenta, mi madre envejecía y yo percibía cómo la trataban de manera entre despectiva y sobreprotectora. Esto le generaba profundo malestar. Era doctora en Ciencias Económicas, una de las primeras mujeres en estudiar economía en la UBA, una pionera y ahora la trataban como si tuviera alguna deficiencia directamente asociada a las canas y las arrugas. Como si por estar vieja hubiera perdido todas sus capacidades y talentos. Allí inicié un camino, que sigo transitando con una enorme curiosidad, asombro y, a veces indignación. El nivel de edadismo y viejismo que tenemos en nuestro país es muy grande y, si pensamos que la mayoría de nosotros tenemos altas probabilidades de ser longevos, y vivir hasta los 100 años, más vale que tenemos que pararlo y terminar con el prejuicio y la exclusión por la edad de las personas. Por eso participo en el movimiento iberoamericano StopEdadismo al que invito que se sumen simplemente poniendo en la web ·#StopEdadismo (Hashtag stop edadismo todo junto) y firman allí. En síntesis, aquello que comenzó con acompañar a mi madre en su proceso de envejecimiento, es ahora uno de los ejes más importante de mi vida personal y profesional

Hannah Arendt diferencia la labor, del trabajo y de la acción y sus reflexiones ayudan a diferencias estos conceptos. Sería para conversar horas enteras pero lo cierto es que cuando Arendt habla de vida contemplativa y vida activa nos quiere alertar que no todo lo activo está asociado al trabajo. Me parece que es un desafío importante diferenciarles y pensar en el futuro del trabajo tal como lo estamos viviendo. Pero, mientras tanto en nuestras sociedades el trabajo es el ordenador de la vida de las personas y tiene una gran importancia en la identidad, seguridad y auto-estima.

Por eso, le exclusión laboral, sobre todo de los espacios laborales de trabajo en relación de dependencia, se transforma en un estigma y en un canal de marginación inminente. Hay mucho para explorar en el terreno del emprendedurismo senior y otras alternativas pero lo cierto es que cuando una persona pierde su trabajo después de los 50 años automáticamente entra en un cono de sombra donde se prende y se apaga la idea de que no se podrá conseguir trabajo y muchas veces se tira la toalla y se deja de buscar. A una amiga, profesional de la comunicación, cuando estaba cerca de los cincuenta la echaron del lugar en el que estaba trabajando. De eso hace cinco años y comenzó a enviar currículums. Con el tiempo logró crear una consultora y le va muy bien. Ella sigue enviando currículums y en cinco años todavía no recibió ninguna respuesta. En síntesis, las consecuencias pueden ser nefastas si no cambiamos nuestra perspectiva del trabajo y, como sociedad, buscamos respuestas creativas a esta situación social.

Por ahora, no hay muchos espacios sociales donde les pase lo mismo a hombres que a mujeres. Adhiero a la idea de Susan Sontag que afirmaba “los hombres maduran, las mujeres envejecen”. Lo cual significa que hay un doble estándar con las personas de edad si son varones o no lo son y, en Argentina, no es lo mismo quedarte sin trabajo si sos mujer que si no lo sos.

En los encuentros que hemos realizado desde el Centro de Innovación Social para hablar de estos temas llegamos a la conclusión de que es algo que estamos explorando, es un terreno desconocido. Nunca antes las personas vivieron tanto y en tan buen estado de salud. No sabemos por qué las empresas toman ese tipo de decisiones pero sí sabemos que hay un importante grado de viejismo y edadismo basados en información errónea y antigua respecto de la vejez. estamos poniendo señales en aquellos lugares en donde vemos que las decisiones tomadas o los resultado de las decisiones no tomadas, son una insensatez. Es insensato que algunas organizaciones no contraten personas después de los 40 años. Es insensato que las personas mayores de una edad sean excluidas y además entren en un cono de sombra, están invisibilizadas. Si lo pensamos desde el punto de vista de los negocios vemos que el 31.2 % del consumo mundial lo hacen las personas mayores y en el mundo es un mercado de 15 billones de dólares. Pero los datos señalan que los seniors además de invisibles para la sociedad son consumidores ignorados, en Cannes en una rueda sobre consumo senior el 70% de los creativos nunca recibieron un brief relacionado con esta generación. Las personas mayores son consumidoras pero también productoras es decir prosumidoras, son emprendedoras, son contribuidoras.

Pensamos que la transición demográfica y el notable aumento de la longevidad mundial es un hecho novedoso y pareciera irreversible para la humanidad. Vivimos más, se agregaron entre 30 y 40 años a la vida. Ya estamos viviendo vidas de 100 años. La pregunta es: ¿cómo hacemos para, además de vivir más, vivir bien? Vivimos más ¿cómo hacemos para vivir bien? La respuesta la tenemos que dar entre todos. Pero, al proponerme contestar esa pregunta me fui dando cuenta cuenta de que existe una enorme oportunidad para generar una transformación social positiva si afrontamos estos desafíos de manera conjunta e instalamos esta nueva perspectiva que va de la vejez a la longevidad y pone color plateado a la perspectiva gris y antigua de la vejez. La universidad es un espacio privilegiado para pensar en cómo resolver estas cuestiones La academia junto con la sociedad civil, empresas y gobiernos y la calle, los territorios y el arte son lugares de fuerte transformación para lograr una longevidad positiva.

EnciclopediaRelacionalDinamica: PaulaMorelKristof (última edición 2022-04-11 14:13:20 efectuada por MercedesJones)