Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento- Madrid, 2002

Una sociedad para todas las edades



Las personas de edad y el desarrollo, el fomento de la salud y el bienestar en la vejez y la creación de un entorno propicio y favorable, sirve de base para la formulación de políticas y apunta a los gobiernos, a las organizaciones no gubernamentales y a otras partes interesadas las posibilidades de reorientar la manera en que sus sociedades perciben a los ciudadanos de edad, se relacionan con ellos y los atienden.

Artículo 6- Cuando el envejecimiento se acepta como un éxito, el recurso a las competencias, experiencias y (talentos) humanos de los grupos de más edad se asume con naturalidad como una ventaja para el crecimiento de sociedades humanas maduras y plenamente integradas.

Reconocemos que la perspectiva de género debe incorporarse en todas las políticas y programas para que se tengan en cuenta las necesidades y experiencias tanto de las mujeres como de los hombres de edad.

Artículo 15- Reconocemos lo importante que es la función de las familias, los voluntarios, las comunidades, las organizaciones de personas de edad y otras organizaciones de base comunitaria para prestar a las personas de edad apoyo y cuidados no estructurados, complementarios a los que proporcionan los gobiernos.

Artículo 16- Reconocemos la necesidad de fortalecer la solidaridad entre las generaciones y las asociaciones intergeneracionales, teniendo presentes las necesidades particulares de los más mayores y los más jóvenes y de alentar las relaciones solidarias entre generaciones.

Un pensamiento progresista reclama que aprovechemos el potencial de la población que envejece como base del desarrollo futuro.

Una sociedad para todas las edades incluye el objetivo de que las personas de edad tengan la oportunidad de seguir contribuyendo a la sociedad.

Ver los objetivos

y política de las personas de edad.

En este contexto, es indispensable adoptar políticas para ampliar las posibilidades de empleo, como nuevas modalidades de trabajo basadas en la jubilación flexible, los entornos laborables adaptables y la rehabilitación profesional para personas de edad con discapacidades, de forma que las personas de edad puedan combinar el empleo remunerado con otras actividades.

La pobreza y los bajos ingresos durante los años productivos de las mujeres pueden ser a menudo causa de la pobreza en la vejez

Al abordar el objetivo del empleo para todos hay que reconocer que el empleo continuado de los trabajadores mayores no reduce necesariamente las oportunidades de trabajo para los jóvenes y que efectúa una contribución constante y valiosa al mejoramiento de la actividad y la producción económica nacional, lo cual puede beneficiar a su vez a todos los miembros de la sociedad.

La economía general también puede beneficiarse de otros planes para utilizar la experiencia y los conocimientos de los trabajadores de edad para capacitar a los empleados más jóvenes y nuevos.

Alentar el diseño de viviendas que promuevan la coexistencia intergeneracional, cuando resulte apropiado desde el punto de vista cultural y los individuos lo deseen; e) Ayudar a las familias a compartir sus alojamientos con los familiares de edad que así lo deseen;

Cuestión 4: Acceso al conocimiento, la educación y la capacitación COMPLETAR Y ORDENAR- 14.09.2023

Si bien las políticas concretas han de variar según los países y regiones, el (aumento de la longevidad) de la población es una fuerza universal y tiene tanto poder para moldear el futuro como la mundialización.

Es indispensable reconocer la capacidad de las personas (mayores) para hacer aportes a la sociedad no sólo tomando la iniciativa para su propio mejoramiento sino también para el perfeccionamiento de la sociedad en su conjunto.

Un pensamiento progresista reclama que aprovechemos el potencial de la población que envejece como base del desarrollo futuro.

II. Recomendaciones para la adopción de medidas

y habilitación de las personas de edad.

necesario reconocer todas esas contribuciones, incluidas las del trabajo no remunerado que realizan en todos los sectores las personas de todas las edades, y en particular las mujeres.



población de edad se cuadruplicará en los próximos 50 años.


Modelo comunitario de envejecimiento saludable enmarcado en la resiliencia y la generatividad- México, 2018. Community model of healthy aging framed in resilience and generativity

Cuando se habla de resiliencia se asume que la persona desarrolló una competencia para el afrontamiento o la respuesta al estrés y a la adversidad. La resiliencia es considerada como un rasgo de la personalidad que le permite a una persona una mejor adaptación a la vida. Entre los factores que son enfrentados durante la resiliencia destacan la pobreza, el abuso, la discriminación y las limitaciones físicas. La capacidad resiliente es resultado de la conjunción de factores biológicos, familiares, ambientales y sociales. En este sentido, se reconoce que uno de los factores que puede influir positivamente en el desarrollo de la capacidad resiliente es la organización comunitaria, a partir de la solidaridad y la reciprocidad, además del sentido de pertenencia y de mantener los motivos de vida. Se señalan entre los principales componentes de la resiliencia el optimismo, la empatía, el insight, la competencia intelectual, la autoestima, la misión y la perseverancia. Se debe diferenciar la resiliencia de la recuperación, ya que en la primera el individuo tiene la capacidad de mantener un equilibrio ante situaciones adversas, mientras que en la segunda la persona se recupera después de sufrir el efecto.16,17,18,19,20En este sentido, muchos de los ancianos son “supervivientes a las situaciones adversas”, por lo que es importante resaltar que la resiliencia en la vejez es multidimensional y multideterminada, en cuyo proceso las personas adultas mayores se adaptan a los eventos y riesgos de tipo biológico, psicológico y social a los que se enfrentan. Entre los eventos estresantes a los que se enfrentan los ancianos podemos resaltar la muerte de seres queridos, la pérdida de trabajo, la jubilación, los accidentes, la enfermedad y la discapacidad, la pobreza, el abandono, los conflictos familiares, la violencia doméstica y urbana, y la discriminación social (viejismo). La resiliencia en la vejez depende en gran medida de las reservas afectivas, cognitivas y sociales, las cuales se manifiestan a través de la motivación (plan de vida), la satisfacción con la vida, la autoestima, la iniciativa y la autoeficacia, todo lo cual propicia una adaptación exitosa.21 En este sentido, existen instrumentos confiables para medir la resiliencia en el proceso de envejecimiento. Uno de los más aceptados es The Connor-Davidson Resilience Scale,22 del cual se han desarrollado versiones para población mexicana.23

EnciclopediaRelacionalDinamica: PlanesDeAccionSobreEnvejecimiento (última edición 2024-05-03 10:41:27 efectuada por MercedesJones)