La Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social

Fue fundada por 24 organizaciones artísticas, culturales y sociales de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y Perú que desde hace 20 años realizan prácticas artísticas de calidad - desde la música, teatro, danza, circo y artes visuales - en torno a la generación de integración social, ciudadanía efectiva, promoción de los derechos humanos, interculturalidad y sustentabilidad a través del arte.

Análisis y Evaluación de los procesos de Gestión del Conocimiento:

Como un ejercicio descriptivo aplicaremos el modelo SECI a la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social (www.artetransformador.net).

Esta red fue una de las entidades que participó tanto del Relevamiento de Modelos de Colaboración entre Organizaciones Sociales como de la experiencia con los líderes sociales -socios de Avina- en relación a la gestión del conocimiento e Incorporó procesos de intercambio de conocimiento y registro de aprendizajes. Se tomará el caso de - “Crear Vale la Pena” (http://www.crearvalelapena.org.ar)- uno de los miembros fundadores de la red que ha logrado avanzar con procesos de conversión del conocimiento al interior de su organización e incluso promover en la red iniciativas de Gestión del Conocimiento.

La Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social, como ya se expresara, fue fundada por 24 organizaciones artísticas, sociales y culturales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú, Centroamérica y Uruguay y en 2009 está integrada por más de 60 organizaciones. La Red utiliza herramientas de creación estética y comunitaria como una manera de transformar la realidad a favor de las mayorías populares y la generación de ciudadanía efectiva, integración social, y promoción de los derechos humanos.

Desarrollo del modelo SECI en la RLAYTS

En la Fundación “Crear Vale la Pena”, miembro argentino de la RAYTS, se comenzó un trabajo de formación en danza con jóvenes marginados del Conurbano Bonaerense. Básicamente una bailarina (Inés Sanguinetti- formadora de formadores) les enseñó la técnica inicial y luego los mismos participantes observando, ensayando y aprendiendo fueron formando (formadores) a las siguientes camadas de manera presencial en clases grupales. Con el tiempo ampliaron la gama de disciplinas artísticas y salieron a distintos lugares a enseñar y aprender cómo incluir y transformar a partir del arte.

Poco a poco los participantes de “Crear Vale la Pena” fueron llevando adelante una herramienta de enseñanza artística y de intervención artístico-pedagógica diseñada para trabajar en diversos espacios como escuelas, organizaciones sociales, entre otros. Lograron acordar cuáles eran los pasos que realizaban y con los que lograban mayor eficacia y comenzaron a ordenarlos para trasmitirlo a otros formadores. Se llegó a la producción de material didáctico Este proceso permitió relevar, ordenar y organizar los conceptos trazadores que dieron origen y direccionalidad a la experiencia institucional para compartirla con otros actores y desarrollar un programa de multiplicación en arte y organización social.

A partir de los ejes trazadores de la experiencia de “Crear vale la Pena” y del diseño del material didáctico se comenzaron a dictar cursos, seminarios, jornadas de capacitación y a generar espacios de formación teórico/práctico (vivencial, participativa y grupal) y de investigación sobre arte y transformación social. Las nuevas experiencias, aportes e intercambios con los participantes fueron sistematizadas en un documento y circuladas a todos los miembros de la RAYTS. Con los aportes y propuestas de la red se logró enriquecer la experiencia de “Crear Vale la Pena” y publicar un manual “Somos Voz” donde se logró ordenar estos nuevos conocimientos y describir el marco conceptual, las herramientas y modelos específicos de intervención, de los talleres para toda la red.

La internalización de los nuevos conocimientos incluidos en el manual se dio en dos niveles: 1) el de las organizaciones miembros de la red RAYTS que incorporaron el material de “Crear Vale la Pena” y el de “Somos Voz” a sus propias prácticas comunitarias. A partir de ello mejoraron las prácticas y están explorando grupalmente nuevas metodologías. 2) el manual es aplicado en el nivel interno de “Crear Vale la Pena” donde los formadores pudieron mejorar sus experiencias e iniciar nuevas alternativas y aprendizajes (las registraron como buenas prácticas en un video que pudieron colgar en la Web). Este video sirve a su vez a toda la red que está trabajando para registrar sus buenas prácticas.

En síntesis, se describió un proceso de conversión y circulación del conocimiento que se desarrolló como una espiral desde una organización hacia toda la red y viceversa. Por otro lado se visualizó una dinámica en espiral desde donde se dio el pasaje de conocimiento tácito a explicito y viceversa. Esta experiencia de administración del conocimiento está abierta y sigue produciendo resultados.

Las posibilidades prácticas de la Gestión del Conocimiento Luego de un año de trabajo conjunto se llegó a la conclusión de que las redes contaban con procesos informales de administración del conocimiento que eran pasibles de mejoras. Pero, se reconoció que para que la Gestión del Conocimiento pudiera funcionar como una práctica significativa en las redes de colaboración se debería formalizarla y tomar la decisión de implementar un proceso sistemático.

Se conversó sobre diferentes alternativas y la posibilidad de explorar sistemas de gestión del conocimiento organizacional para adaptarlos a las organizaciones sociales que integran una red de colaboración.

Al mismo tiempo se verificó que no toda experiencia compartida en una red generará aprendizaje compartido. Ni todo lo que sabe una organización formará parte automática del conocimiento de la red ni todo lo que sabe la red se transferirá a todos sus miembros espontáneamente. De la misma manera, el “saber hacer” no se sistematizará, ni se registrará en manuales de forma espontánea. Será necesario tomar la decisión, disponer de recursos y generar espacios, dispositivos y procesos de producción, almacenaje y circulación del conocimiento.

Se plantearon con honestidad problemas comunes a varias de las redes donde no existían alertas específicos con respecto a la pérdida de energía producida por factores relacionados con una mala administración del conocimiento. Frases como las que se pueden leer a continuación, eran de uso permanente entre las redes:

Aparecían problemas relacionados con el conocimiento que adquieren las personas como integrantes de una red pero que, por diversos motivos, no se transfieren ni a la organización de pertenencia ni a la red, dificultades con el acceso a determinada información por parte de los miembros de la red, falta de una cultura que facilite la transmisión y el almacenamiento del conocimiento adquirido, etc.

EnciclopediaRelacionalDinamica: RedLatinoamericanaDeArteParalaTransformaciónSocial (última edición 2011-01-23 22:20:24 efectuada por MercedesJones)