Santiago Llach

Francisco Borges, Isidoro Acevedo- El pasaje de las armas a las letras. El dolor por la muerte de su amigo, la narración de aprendizaje: se crece transitando el dolor. Hombre de la esquina rosada.


* Obra: ver https://www.santiagollach.com/obra/ en esa página hay links a muchas notas de Llach. A las de “La Agenda” no se puede entrar y a las de “Crónicas del Mundial de Brasil en Bastión Digital” tampoco pero a las de “Autobiografía musical: memoria de un joven de la era analógica” a las de “Brando” y a los “Trabajos prácticos” sí y hay varios que valen la pena.

Van tres de esos links:

* Claramente es muy futbolero, vean esta síntesis de Crónicas canallas: https://blatt-rios.com.ar/libros/cronicas-canallas-santiago-llach/

También ordenó ataques mortíferos y fusilamientos.

¿En qué medida alcanzó Guevara ese ideal fachosoviético? ¿Se pareció más al Hombre Nuevo o a un héroe contemporáneo que no se privó de nada, a la manera de su tocayo Hemingway o su colega, el guerrillero peronista Paco Urondo, muerto en combate pero célebre bon vivant? ¿Hasta qué punto Guevara no fue también uno más de la lista de excéntricos de la clase alta argentina, una lista que también incluye al polideportista Charlie Menditeguy y al loco lindo Federico Peralta Ramos? En términos marxistas (los términos que lo llevaron a implantar, junto con un puñado de compañeros de la vanguardia iluminada, una dictadura del proletariado en una isla del Caribe), Guevara fue un producto de su clase: la célebre oligarquía vacuna argenta. Guevara decidió morir en la jungla de uno de los países más pobres del mundo, pero nació en una cuna de oro, al final de la era de la Argentina granero del mundo.

Ernesto Guevara Lynch padre emprendió varios negocios, pero fracasó en casi todos. Esto llevó a que en sus primeros años la numerosa familia (eran cinco hermanos) llevara una vida trashumante: vivieron en un yerbatal en Misiones, pasaron unos días en Rosario (allí nació Ernesto hijo) y anduvieron después por San Isido, Barrio Norte, la localidad cordobesa de Alta Gracia (adonde fueron para curar el asma de Ernestito), Córdoba capital y Palermo.

La popularidad de Guevara no es ajena al poder visual de sus fotos más conocidas: incluso los analistas más serios han subrayado su parecido con las imágenes habituales de Jesucristo. Guevara no fue un bon vivant, pero las imágenes en las que se lo ve fumando habanos construyeron la idea de una especie de dandy tropical. Tampoco fue un burgués, si se entiende que burgués es aquel a quien la ciudad le va redondeando la zona abdominal. Una vez instaurada la Revolución Cubana, se trasladaba en un módico Studebaker negro, y cuando le dieron un Jaguar perteneciente a un ex funcionario de Batista, lo hizo devolver.

En los años de su primera juventud, Guevara aplicó a fondo su aventurerismo, y su conducta no estuvo exenta de "rémoras burguesas" ni de "vicios capitalistas", como gozar sexualmente de las mucamas o aceptar en sus primeros viajes algunos privilegios debidos a su clase o a su etnia. Si, como dicen, un fascista es un burgués asustado, en este caso un burgués ahogado se convirtió en rebelde fanático. Y, como dijo Dalmiro Sáenz, otro transgresor del patriciado local, "atacar tanto al fascismo es, en cierta forma, una manera de ser fascista". Las hazañas deportivas de Guevara, al igual que las sentimentales, estuvieron movidas por la voluntad de autosuperación o por la utilidad en pos de fines más altos. El joven aventurero atravesó una conversión casi cristiana al marxismo y, desde entonces, puso toda su energía (incluyendo el ejercicio de una violencia que hasta entonces no había practicado demasiado) al servicio de un ideal que la historia se encargó de desbaratar. El 14 de junio 1954, en plena conversión, Guevara encontró el goce que podía librarlo de la angustia: era el goce de la guerra. El escenario era la ciudad de Guatemala. El Ejército de Liberación de Carlos Castillo Armas, apoyado por la CIA, bombardeaba la ciudad para derrocar al gobierno progresista de Jacobo Arbenz. Deambulando por la ciudad atacada, Guevara le escribiría a su hermana sobre cómo se sentía: "Un poco avergonzado por divertirme como un mono". El lugar donde encontraba el placer era el lugar del mártir, el lugar del sacrificio, el coqueteo con el peligro y con la muerte. Su configuración psicológica era bien clara en ese sentido. A los 18 años, el atribulado Guevara escribía este poema asmático de autoayuda que preanunciaba su neurosis guerrillera: Las balas, qué me pueden hacer las balas si mi destino es morir ahogado. Pero voy a superar mi destino. El destino se puede alcanzar con la fuerza de voluntad. Morir, sí, pero acribillado por las balas, destruido por las bayonetas, si no, no. Ahogado no...


El payador de departamento

Cosas que sí dice Borges en la charla de la Universidad de Columbia, que este año fue publicada por primera vez en español por Penguin Random, en el libro El aprendizaje del escritor: que en una frase simula no saber nada sobre muchas cosas para que el lector crea otras, que el truco de ver a un jugador de truco es felicitar al contrario, cargándolo (lo vio en persona), que agregó tal incidente para demorar la historia, que a sus protagonistas no les importaba la política porque a los gauchos reales tampoco, que tal costumbre (la de que los esclavos llevaran el apellido de sus dueños) la conoció en su casa de la infancia, que una frase de un degollador se la contó su padre, que como el novelista uruguayo llenó de adornos la historia, él la contó de la manera más directa posible, que unos detalles de la psicología del soldado se los contó un abuelo y él los mezcló con un verso del escritor inglés Rudyard Kipling, que otro abuelo se hizo matar de un modo similar a otro de los personajes de su cuento, que la idea de escribir cuentos más directos la tomó también de Kipling y que "El otro duelo" refiere a su propio cuento "El duelo", que a su vez refiere al cuento "The End" del escritor estadounidense Henry James. En resumen, cuenta qué cosas tomó de la realidad y qué cosas tomó de otros libros, cuáles inventó, cuáles adaptó y cuáles compuso: da una imprescindible lección de poética. También dice, en ese libro, que sufrió por las mujeres: un dato clave para entender que, detrás de la elucubración intelectual de sus cuentos, está la experiencia, tan humana, del dolor. Como todo gran autor, se guiaba por un programa sencillo. Cómo escribir un cuento, según Borges: con atención, observación, imaginación. Apoyando la lapicera sobre el papel en el escritorio de su departamento porteño, Borges compuso inolvidables payadas con sus ancestros, con los grandes creadores de historias y con las mujeres amadas: la escritura creativa es otra manera de imaginar que no estamos solos.


CRÓNICAS CANALLAS Santiago Llach 2013 // 18 x 13 cm. // 154 pp. // Blatt & Ríos ISBN: 9789872972769 ISBN eBook: 9789872972776 Este libro es una racha. Es la racha histórica que en la temporada 2012/13 devolvió a Central a Primera y es también la racha que une definitivamente a un padre con su hijo. Escrito entre Florencio Varela y Jujuy, Crónicas Canallas recorre cientos de horas, miles de kilómetros e incalculable cantidad de energía emocional dedicados a seguir a un equipo de fútbol; que es lo mismo que decir que recorre la vida de un hincha. Y en el medio de esa vorágine asoma, porque no tiene otro tiempo ni lugar en el que asomar para los protagonistas de esta epopeya, la vida, sus temas: el amor, la familia, la política, la historia, las mujeres. Con un destino –el ascenso–, un mesías –Jesús Méndez– y un ejército de miles de voces que lo acompañan –“el carnaval es el pueblo / y el pueblo es hincha de Central”–, Santiago Llach aprovecha su propia racha de escritura para componer, acaso, su libro más amoroso.

EnciclopediaRelacionalDinamica: SantiagoLlach (última edición 2022-11-08 20:25:31 efectuada por MercedesJones)