Dora Barrancos
- Moralidades y comportamientos sexuales. Argentina, 1880-2011, de Dora Barrancos, Donna Guy y Adriana Valobra Buenos Aires, Biblos, 2014, 412 pp.
Dora Barrancos- https://www.elsevier.es/es-revista-debate-feminista-378-articulo-dora-barrancos-S0188947816300986
- Advertir en el anarquismo, tan propicio a la liberación humana, trazos patriarcales, fue un segundo hito en mis sensibilidades feministas.
- VIDEO MUY INTERESANTE- COPIO ABAJO ALGO DEL TEXTO
- Dora Barrancos
Dora Barrancos nació el 15 de agosto de 1940 en Jacinto Aráuz, zona sur de la provincia de La Pampa. Su padre era maestro y director de escuela. Su madre, quien había hecho la escuela primaria, provenía de una familia protestante muy dedicada al estudio de la biblia y de allí que era una gran lectora. Desde pequeña, Dora desarrolló el hábito de la lectura y el “olor a libros” es para ella el aroma de su infancia. Tanto su tía paterna (Leonilda Barrancos, una reconocida figura del Partido Socialista) como su madre, eran excelentes polemistas en materia política y social, por lo que Dora recuerda una infancia plagada de discusiones políticas.
En 1950, cuando su padre, un liberal-socialista que no adhería al peronismo, es cesanteado de su cargo, la familia se mudó a Laprida, provincia de Buenos Aires. Más adelante, se trasladaron al barrio de Floresta en la Ciudad de Buenos Aires, donde su padre dirigió una escuela y Dora cursó sus estudios secundarios. En el año 1958, participó con miles de jóvenes de las movilizaciones estudiantiles para defender la educación pública y laica durante el gobierno de Arturo Frondizi, aquel conflicto recordado como “Laica o Libre”.
En el año 1959, Dora se inscribió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires para estudiar abogacía. Pero en el primer año se dio cuenta de que el derecho no era para ella: lo que le interesaba no era la norma, sino la gente detrás de ella. Si bien le interesaban la filosofía, la historia y la psicología, se decidió por la carrera de Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras, que comenzó a cursar en 1962. La materia Historia Social General, dictada por José Luis Romero junto a Tulio Halperín Donghi, Reyna Pastor, Alberto Pla, Leandro Gutiérrez, entre otros, marcó de modo perdurable el pensamiento de Dora, al hacer conversar sociología e historia. Su generación como estudiante estuvo marcada por la crítica al estructural-funcionalismo que había signado fuertemente la formación en los primeros años de la carrera.
Aunque había militado algunos años el “socialismo de vanguardia” a fines de los años 50, Dora no participó de la militancia universitaria dentro de la carrera. Especialmente movilizada por la muerte de Ernesto “Che” Guevara en 1967, se incorporó con intensidad a la militancia barrial en Ezpeleta (Buenos Aires) junto al sociólogo y amigo Pedro Krotsch, acercándose allí a Rodolfo Puiggrós y definiendo su participación dentro de la Juventud Peronista.
Mientras era estudiante universitaria, Dora siempre trabajó. En los primeros años como maestra, en una escuela en la ex Ciudad Evita (La Matanza, Buenos Aires) y luego en la Ciudad de Buenos Aires. Más adelante se desempeñó en las Universidades Populares Argentinas, organismo dedicado al dictado de cursos destinados para población adulta. Primero, Dora preparaba allí los discursos de los dirigentes y trabajaba en la redacción de ciertas notas, pero a partir de 1965 (y hasta 1969) se desempeñó como profesora de Castellano.
Obtuvo la licenciatura en Sociología en 1968 y al año siguiente ingresó al Ministerio de Agricultura, en la Dirección de Educación Agrícola. Años después, tras una breve mudanza a General Roca, Río Negro, regresó a Buenos Aires y se incorporó al recientemente creado Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, más conocido como PAMI.
Hacia 1973, dictó la materia optativa “Problemas de la Educación argentina” en la carrera de Sociología, cargo que perderá con la intervención de la Universidad en 1974.
Con el golpe de estado de 1976, Dora fue cesanteada en el PAMI y obligada a dejar su lugar de trabajo. En mayo de 1977, tras el secuestro de una compañera, Dora fue advertida de que su nombre estaba entre las listas de los militares. Decidió partir a Belo Horizonte, Brasil, donde su esposo Eduardo ―médico― tenía conocidos. A los pocos meses, podría reunirse allí con sus dos pequeñas hijas. A su llegada a Brasil, Dora encontró trabajo como socióloga en el estado de Minas Gerais. Con su experiencia previa en el PAMI, se incorporó en el equipo de Salud del Estado que realizaba por entonces las primeras experiencias en atención primaria de la salud. En 1982 llegó a dirigir la “Escola de Saúde Pública”, fue la primera vez que el organismo era dirigido por una mujer que, además, no era médica y era extranjera.
Es en el exilio que Dora entró en contacto con el movimiento feminista y con otros movimientos sociales que se posicionaban en contra de la dictadura. Se incorporó a un grupo que desarrollaba actividades en las favelas. Por entonces, tomó contacto con el reconocido trabajo que había preparado el Colectivo de Mujeres de Boston titulado “Nuestros cuerpos, nuestras vidas” (1984). Para Dora, no sólo la reivindicación de la autonomía de las mujeres, sino también el derecho a la sexualidad, marcaron su acercamiento al movimiento feminista. Su estadía en Brasil fue también el lugar de descubrimiento de un nuevo conjunto de lecturas, que reorientaron sus intereses de reflexión e investigación: los filósofos Michel Foucault, Gilles Deleuze y Feliz Guattari, el epistemólogo Georges Canguilhem, y también Antonio Gramsci.
En 1984 Dora regresó a la Argentina y se abocó a estudiar la historia política de los movimientos socialistas y anarquistas. En 1985 presentó su tesis para obtener la Maestría en Educación en la Facultad de Educación de la Universidad Federal de Minas Gerais, que definió su orientación hacia la investigación histórica y el cierre del período dedicado a la Educación y a la Salud Pública.
En 1986 obtuvo el puesto de investigadora en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL), donde luego asciende a investigadora principal. Años más tarde, se convertiría en miembro del Directorio del organismo, en representación de las Ciencias Sociales y Humanidades (2010-2019).
En 1993, obtuvo su doctorado en Historia en el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), bajo la dirección de Michel Hall, con una tesis sobre la Sociedad Luz de Barracas. La tesis originó el libro “La escena iluminada. Ciencias para trabajadores, 1890- 1930”, publicado en 1996. En esos años, Dora participó de un grupo de estudios sobre clases trabajadoras y sectores populares junto a Ricardo Falcón, Leandro Gutiérrez, Ofelia Pianetto, Mirta Lobato, Juan Suriano, Luis Alberto Romero, Agustina Prieto y Edgardo Bilsky.
Los intereses de investigación de Dora se fueron acercando cada vez más a la historia de las mujeres, tema troncal de su producción especialmente a partir de mediados de los años 90. En 1991 participó de las Primeras Jornadas de Historia de las Mujeres, que fueron el origen de las Jornadas de Estudios de Género e Historia de las Mujeres, que perduran hasta el presente. En 1992 dictó un curso de Historia de las Mujeres. Por estos años se vuelca a la lectura de Joan Scott, Mary Nash, Martha Vicinus, Michelle Perrot y Sheila Rowbotham. A nivel local, los trabajos de Catalina Wainerman, Elizabeth Jelin, María del Carmen Feijóo, Susana Bianchi y Mirta Lobato. En Campinas, conoció a profesoras feministas como Margareth Rago y Elizabeth Souza Lobo. Todas esas influencias confluyeron en la profundización de su indagación sobre la historia de las mujeres, que darán lugar a libros como “Historia y Género” (1993), “Inclusión/Exclusión. Historia con mujeres” (2002), “Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos” (2007) y “Mujeres entre la casa y la plaza” (2008), además de numerosos artículos, capítulos de libros y compilaciones.
Paralelamente, Dora participó activamente en la política institucional. En 1994, cuando se sanciona la autonomía y se crea la primera Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, Barrancos fue electa legisladora de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente Grande, que había ayudado a crear.
Dora fue además Profesora Titular de la Cátedra de Historia Social Latinoamericana en la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, para convertirse luego en Profesora Consulta. Dirigió el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (IIEGE) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (2000-2009). Dirigió la Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad de La Pampa (2000- 2005), luego la Maestría y el Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes.
En 2014 fue distinguida por el CENIEH-España en “Ciencia y Mujeres: 13 nombres para cambiar el mundo”. En 2016, recibió el Premio Konex “Diploma al Mérito de las Humanidades” en la hasta entonces inédita categoría de Estudios de Género. Y en 2018 recibió la Mención de honor “Senador Domingo Faustino Sarmiento”, otorgada por el Senado de la Nación.