El término laberinto viene del griego labyrinthos, y describe una estructura en forma de nudo espiral con un solo camino de salida, a diferencia de los laberintos modernos, que brindan múltiples vías entrelazadas.
El camino en el laberinto [etimología] https://ingoetiaclavis.wordpress.com/2012/08/19/el-camino-en-el-laberinto-etimologia/
- El primer indicio acerca del posible significado de la palabra “laberinto” lo encontramos en Egipto, donde el gran monumento funerario construido cerca del lago Moreis, al oeste del río Nilo y a 80 kilómetros al sur de la ciudad del Cairo, durante la XI dinastía por el faraón Amenemhat III, era llamado “lapi ro hunt», que significa «Templo a la entrada del lago». Comprendía una intrincada red de pasadizos que confundían a los intrusos en esta vida y en la siguiente.
- A imitación del laberinto egipcio, los griegos construyeron el legendario laberinto de Creta, que según Plinio, era cien veces más pequeño que el de Egipto. Fue construido por Dédalo, por orden del Rey Minos, cerca de la ciudad de Cnosos. Dédalo fue el inventor también de la labrys: hacha de dos filos (que asemejan dos cuernos de toro) y se cree que laberinto significaría entonces “palacio de la labrys”. Asimismo existe la palabra “labra” que hace referencia a una caverna con abundantes galerías y pasadizos.
- Al laberinto en Europa se le llama después Troya, que era la ciudad conquistable por antonomasia y pasa al antiguo aleman como drajan, al gótico como thraian, al celta como troian y al ingles medieval como trowen, palabra que además implica girar, dar vueltas y también engañar. Caerdroia se llamaba en Gales al centro del laberinto, que era el centro de Troya.
- Por homologación de lugares sacros o sencillamente recordables, Troya pasa a ser Roma y luego la ciudad santa del mundo antiguo: Jerusalén, sitio de peregrinación por excelencia y símbolo terrestre de la ciudad perfecta. Así los laberintos, sobre todo aquellos que se encuentran en las catedrales e iglesias góticas son llamados chemin du Jerusalem o lieu du Jerusalem (camino a Jerusalén o lugar de Jerusalem).
- Los laberintos que no van al centro, sino que buscan una salida, tienen un nombre distinto en inglés: maze, que deriva del cámbrico: maes que significa “prado” o del celta “maes”: campo, recordando los juegos de laberinto que se hacían en los prados y que luego se transformarían en lúdicos jardines de setos. De aquí derivan las expresiones amaze y amazement que significan estupor, la confusión de quien no sabe hacia donde volverse por el asombro.
- En alemán existe la palabra labyrinth (1), pero también los vocablos Irrweg e irrgarten que derivan del verbo irre que significa “errar, equivocarse, engañarse”. “Irre” hace referencia a un hombre loco, alguien cuyo espíritu esta en confusión, que yerra. De esta forma irrweg no es solamente el laberinto propiamente dicho, sino un camino falso o equivocado, una vía que conduce a error. Irrgaten en cambio se refiere a los laberintos de jardines (garten significa cuidar, vigilar, cercar).
- No resulta curioso que muchas palabras que designan al laberinto conlleven como significado la locura o el engaño. En holandés existe la palabra “doolhof” que significa “corte de los locos” y en Húngaro la palabra “utveszto”, un neologismo de principios del XIX que significa “pierde camino”.