CORRUPCIÓN




previsibles de las propias decisiones. «Somos lo que la educación ha hecho de nosotros», nos decía Kant con razón. Por eso, el primer y más importante freno contra la corrupción es la educación. Hoy en día la apenas residual y voluntaria formación ética que se imparte en primaria, secundaria y en la universidad, es la «maría» de siempre. «No hay que esperar que los reyes filosofen ni que los filósofos sean reyes, pero tampoco hay que desearlo, porque la posesión del poder daña inevitablemente el libre juicio de la razón», afirma Kant. Simplemente estamos diciendo que el representante del poder político escuche los principios del filósofo como derecho de los ciudadanos a una buena administración, reconocido en el artículo 41 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Nadie discute que siempre harán falta más medios contra la corrupción. Pero las leyes poco pueden hacer si no encuentran una cultura previa para la cual la corrupción es degradante y vergonzosa, una mala práctica que acaba con cualquier reputación y democracia. Y en ello, la educación, es nuestro aliado.


La ética es un saber que tiene que ver con predisponernos a tomar decisiones prudentes y justas. El hecho de tomar decisiones prudentes y justas en el sector público ayuda a crear lo que Amartya Sen llama «una sociedad decente», que «es el sentido de lo económico». Es decir, se trataría, pues, de la adquisición del carácter necesario para responder a las expectativas legítimas de los afectados por ella de manera excelente. A diferencia de las normas, que prescriben una determinada conducta como obligatoria, los valores nos orientan en la acción dejando abierto un vasto abanico de posibilidades, nos permiten orientar y modificar la conducta de los diferentes implicados y afectados por la actividad institucional y empresarial. La educación ética consistiría en cultivar esas condiciones que nos preparan para degustar ciertos valores, de las predisposiciones necesarias para apreciarlos. Valores que proponen a las personas un mundo de sentido: proponen una identidad a los sujetos que forman parte de las comunidades y organizaciones, un sentido de pertenencia, unos valores compartidos, una tarea común, un bien común, e incluso un sentido de la excelencia


ninguna buena política de gestión pública puede prescindir de incluir medidas coherentes de prevención de la corrupción. Educación ética, transparencia, participación ciudadana y compliance se reafirman como herramientas eficaces para prevenir y luchar contra la corrupción y las malas prácticas, ayudando a que se vaya configurando una cultura de respeto al Derecho y a la Justicia, abriendo esa senda de la moralidad, prudencia y justicia en el uso y destino de los fondos públicos, desde esa libertad de tomar la iniciativa que tiene el ser humano y los principios de la Filosofía.


EnciclopediaRelacionalDinamica: Corrupcion (última edición 2024-01-16 10:56:41 efectuada por MercedesJones)