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Ikigai: la razón de vivir


Ikigai es el vocablo con el cual los habitantes de Okinawa (Japón) denominan a aquello que hace que la vida valga la pena de ser vivida. Es muy simple, nuestro ikigai es lo que nos hace despertar cada mañana. Se asocia con el entusiasmo y la curiosidad por la propia vida. El Ikigai es el motivo para vivir. Lo interesante de este concepto, que descubrí casi a finales de 2015, se asocia con la población de Okinawa que es una de las más longevas del planeta. Allí es común que la gente pase los cien años. La diferencia con nuestra experiencia occidental es que ellos llegan hasta el final de sus días con buena salud y experimentando la vida plenamente. Muchas de las enfermedades que son comunes entre nosotros cuando vamos envejeciendo resultan bastante raras entre los okinawenses.

Aquellas personas que han estado desde chicos en contacto con la naturaleza, o que han tenido mascotas, no les resultará extraña la experiencia okinawense. Es evidente que la mayoría de los animales se deterioran muy poco antes de morir. Recuerdo a nuestros gatos Tomás y Anastasia. A ambos los heredé de mis hijos Agustina y Juan Cruz cuando se fueron de casa para vivir solos. Tomás fue muy longevo. Los chicos le decían Highlander, el inmortal. Era muy inusual esa edad en un gato, ni el veterinario lo podía creer cuando leía su ficha. Ambos gatos murieron con muy poca diferencia entre sí. Pero, en cada caso, desde el momento en que comenzaron a tener algunos síntomas de malestar, los llevamos a que los viera Arturo -el veterinario de la calle Las Heras-y el momento en que murieron pasaron muy pocos días. Es decir, vivieron sanos hasta morir. Esa debería ser la regla también para nosotros los humanos!!!


Ver un libro sobre este tema: Ikigai Libro.pdf

El Ikigai además es una forma de vida. Para las personas de Okinawa es vital mantener el cuerpo y la mente ocupados, sostener relaciones estrechas con la familia y ser activos socialmente. En este sentido existe allí algo llamado moai, una especie de sitio de reunión, donde cada día se encuentran para conversar, contarse sus cosas, ayudarse mutuamente, en fin, mantenerse activos en diferentes formas, física, mental y en este caso espiritualmente, porque nada llena más el espíritu que contar con un grupo de amigos con quienes compartir la vida.

El Ikigai, según lo entiendo, dice Carolina González Arias, después de haber atravesado el vasto océano del internet en su búsqueda, es la necesidad de seguir teniendo deseos de vivir, de saber cuál es el sentido de nuestra vida, ese saber para qué nos levantamos esta mañana.

Recordar que si bien Okinawa pertenece a Japón, los okinawenses tienen identidad propia. Estan tolerando bases norteamericanas e injerencias del gobierno central japonés. Las tensiones entre el gobierno local de Okinawa, que reclama una retirada total o parcial de las bases norteamericanas, y el gobierno central del país, son problemas que se iniciaron durante la guerra pero perduran hoy en día. En la conciencia de los habitantes del archipiélago siempre está presente en realidad la diferencia entre un japonés y un okinawense. En la actualidad, los habitantes del antiguo reino de Ryukyu, además de manifestarse en contra de las bases militares americanas, luchan por preservar una lengua y una cultura centenaria que, poco a poco, se está perdiendo. https://viajandoporjapon.com/sobre-japon/lugares/okinawa/historia-okinawa/

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Seguiré escribiendo después de conversar con otras personas, y... hacer auténtico silencio.

MercedesJones


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