Acuerdo y consenso, reflexionando junto con FernandoUlloa


El Dr. Fernando Ulloa era médico, psicoanalista y una persona extremadamente lúcida.

Cada vez que yo me refería a la necesidad de consensuar algo, Ulloa me sugería: es mejor que uses el termino “acordar”, consenso es una palabra fascista. Desterrala de tu vocabulario, concluía de manera enfática. En otros momentos se explayaba más y me explicaba: acuerdo viene de cordis, corazón. La característica de un acuerdo es que se llegan a compromisos sin que las partes tengan que dejar de lado sus perspectivas o convicciones. Por el contrario, el consenso requiere la uniformidad de pareceres. Dejar de lado aquello que postulo para adherir a la idea mayoritaria.

Las reflexiones de Ulloa son interesantes porque, en general, utilizamos las palabras consenso y acuerdo como sinónimos. Si uno explora el tema de los procesos de toma de decisiones por consenso se da cuenta que existe mucha confusión. Vemos que allí se utiliza la palabra consenso como equivalente a procesos participativos o de decisión grupal. Sin embargo, acuerdo y consenso, son conceptos muy diferentes. Conocer mejor su significado nos puede ayudar a generar procesos de interacción más cuidadosos. Que sean democráticos, genuinamente participativos y que nos permitan valorar la diversidad de ideas en todas sus formas.

La epistemología de la palabra acordar (ponerse de acuerdo) proviene del latín accordare. Está compuesta por el Prefijo AC que al igual que A o Ad-pueden indicar proximidad o contigüidad o servir también como intensificador y la palabra cord (corazón) su genitivo es cordis (de corazón), que encontramos en palabras como acreditar, recordar y misericordia. Si lo ponemos todo junto, la palabra acordar adquiere el significado de: unir los corazones.

La palabra consenso viene también del latín y significa “con la aprobación de todos”. Sus componentes léxicos son: el prefijo con (junto, todo) y sensus (sentido). En los procesos consensuados se persigue el objetivo de resolver o atenuar las objeciones de la minoría. Por lo cual, requieren un alto grado de unanimidad. No son malos o negativos en sí mismos. Pero, pueden resultar insuficientes para incorporar las distintas perspectivas y construir compromisos de largo plazo.

Según algunos autores, hay grupos que consideran la decisión unánime como una señal de solidaridad y unión. Sin embargo, esto no es siempre así. Existe evidencia que, a veces, las decisiones unánimes pueden ser una señal de coerción, temor, exceso de poder persuasivo o elocuencia, inhabilidad para comprender las alternativas y entonces adherir o rechazar automáticamente, o es el producto de la simple impaciencia con el proceso de diálogo que requiere tiempo y acompañamiento para dar lugar a la deliberación.

Estas diferencias en la toma de decisiones "por acuerdo" y "por consenso" nos desafían a seguir pensando en cómo, cuándo y qué modalidad conviene elegir para aplicarlas en las grandes negociaciones y también en las experiencias de nuestra vida cotidiana.

Por ahora, si quieren pueden ver más en: https://es.wikipedia.org/wiki/Decisión_por_consenso


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EnciclopediaRelacionalDinamica: AcuerdoyConsenso (última edición 2022-02-02 16:27:15 efectuada por MercedesJones)