Son consideradas atemporales porque no se encuentran asociadas a alguna fecha concreta o a un programa o iniciativa específica. Fueron quizás frases escuchadas por azar en una confitería, una frase rescatada de una conversación con un "tachero" (chófer de taxi en Buenos Aires), apuntes de una reunión, síntesis de alguna conferencia, notas realizadas en una servilleta de papel referidas a un libro o alguna intuición que apareció de repente sin tener mucho que ver con lo que estaba pasando. Estas experiencias fueron registradas simplemente como un título, estar apenas esbozadas en unas pocas frases, tener un mayor desarrollo, pero todas -como estructura abierta- pueden seguir aceptando ladrillo tras ladrillo nuevas aproximaciones.